Por Afonso Magalhaes. 12.02.2024
La discusión es interminable porque, fuera de los medios legales, genocidio, masacre, matanza, asesinato en masa, etc., etc., se han convertido en una sola cosa.
Esto es un hecho. Es lo mismo que el robo y el hurto… en la calle, en la práctica, es lo mismo. Me robaron, me hurtaron. Pero hay mucha diferencia en la legislación.
Y esto pesará sobre el Tribunal de La Haya. Pero la iniciativa de Sudáfrica, con la adhesión formal de varios países y la adhesión informal de muchos otros…, es una acción política para presionar a la dictadura de Netanyahu. Indirectamente, también es una oportunidad para que Estados Unidos ponga freno a su aliado (B. Netanyahu).
Antony Bliken ya ha estado en Tel Aviv al menos dos veces después del 7 de octubre, para intentar controlar al dictador. La acción en La Haya podría actuar como un freno a esta cruel matanza en la franja de Gaza e incluso construir una transición post-Netanyahu bajo su control (estadounidense).
Joe Biden está bajo presión por el próximo proceso electoral. Trump gana puntos cuando «prioriza el mercado interno» y promete retirar a Estados Unidos del apoyo a la OTAN en Ucrania (y esto se extiende políticamente al Medio Oriente). Retórica electoral (porque el complejo militar estadounidense es más grande que todos ellos). Biden, Trump…, pero que pesa mucho en el voto del elector.
Acerca del Tribunal de La Haya
De manera similar al espacio más amplio, que es la propia ONU, la Corte de La Haya es también un escenario de disputas políticas y lucha de clases. Y la coherencia jurídica de sus decisiones no puede generalizarse. Está la famosa condena de Slobodan Milosevic, presidente de Yugoslavia, y su posterior absolución tras su muerte.Y, por último, la condena de Vladimir Putin, acusado de «llevar por la fuerza a niños ucranianos a Rusia», lo que parece una broma, que recuerda a aquella propaganda antisoviética: «los comunistas comen niños», en este caso «secuestran niños».En última instancia, el Tribunal de La Haya no merece tanto crédito como algunos quisieran, pero puede servir como un espacio táctico para poner en jaque al imperialismo, como en la presente petición firmada por Sudáfrica con el apoyo de muchos países del Sur Global, incluido Brasil.
Afonso Magalhaes. Miembro de la Dirección Nacional de la Central de Movimientos Populares (Brasil). Miembro del Consejo Directivo de la Fundación Internacional J. Posadas. Analista político para la televisión estatal iraní HispanTV.