El 27 de diciembre de 1974, el Comando Guerrillero «Juan José Quezada» asaltó la casa de Chema Castillo. A continuación se presenta el Comunicado No. 2 leído y publicado en medios somocistas, como una exigencia del Comando para asegurar la liberación de los rehenes.
Hermanos nicaragüenses, durante cuatro años nuestra organización ha acumulado fuerzas en las montañas, campos y ciudades de nuestro país para dotar a las clases explotadas y agredidas -obreros y campesinos- de un instrumento político-militar capaz de dirigir la guerra justa y necesaria que liquidará para siempre el sistema criminal, entreguista y opresor que encabeza hoy el odiado déspota Anastasio Somoza Debayle.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en una etapa necesaria de aprendizaje y acumulación de experiencias, realiza los esfuerzos guerrilleros de los años 1963 y 1967 en los ríos Coco y Bocay, Fila Grande y Pancasán. Aquellos esfuerzos no lograron consolidarse debido al escaso desarrollo de un movimiento revolucionario que apenas estaba dando sus primeros pasos. Sin embargo, los fracasos parciales que significaron las jornadas del 63 y 67 dejaron un saldo positivo en las valiosas experiencias que han sido recogidas, con fervor, por las nuevas generaciones revolucionarias. Nuestra organización, desde sus primeros momentos, intentó vincularse a las clases explotadas de nuestro país. Es explicable que una joven organización revolucionaria, como la nuestra, con todo el entusiasmo de sus militantes, haya tenido que caminar casi a oscuras en la búsqueda de lazos para estrecharse con los sectores más combativos del pueblo. Haber asegurado, empero, la continuidad de la constancia sandinista en esta voluntad de unirse a las masas ha dado, al fin, sus frutos.
Las acciones guerrilleras del 58-61 en todos los rincones del país son el preludio a un auge de las condiciones subjetivas en las organizaciones gremiales y políticas a nivel nacional.
Es preciso hacer hincapié que la guerrilla del 63 representa el surgimiento de la primera organización armada con carácter homogéneo desde el punto de vista ideológico, el planteamiento de un programa revolucionario para construir una sociedad socialista y la aglutinación de los combatientes dispersos identificados con este programa y este planteamiento.
Ya la guerrilla de 1967 en Fila Grande y Pancasán representó una nueva calidad en cuanto a la metodología de trabajo y a la depuración de ciertos errores pasados. Desde el punto de vista político, Fila Grande y Pancasán fue una respuesta diferente a la formulada por la oposición burguesa y la izquierda tradicional, que intentaron dar una solución cortoplacista a la lucha contra el régimen de Anastasio Somoza; el cortoplacismo que se expresó en los conocidos sucesos del 22 de enero de 1967, donde nuestro pueblo ansioso de cambios llegó a entregar generosamente su sangre para satisfacer, sin saberlo, los mezquinos apetitos de los políticos tradicionales. La traición y cobardía de los dirigentes opositores se tradujo en la liquidación histórica del partido conservador y la confirmación de la dualidad y el oportunismo de la izquierda tradicional.
La jornada de Pancasán es la consecuente proyección militar del desarrollo político que se venía gestando dentro de los sindicatos de colonos en el campo. Pancasán fue la respuesta de las organizaciones gremiales campesinas y de comunidades indígenas ante la constante agresión de la Guardia Nacional (GN), brutal guardiana de la voracidad de tierras de un puñado de terratenientes de todo el país.
La lucha planteada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), responde a una necesidad histórica. Nicaragua es un país dependiente del imperialismo norteamericano, centro hegemónico que dirige y disfruta -junto con la oligarquía libero-conservadora – el saqueo y la explotación de que es víctima nuestro país. El instrumento de dominio imperialista es el gobierno libero-conservador, que controla el aparato estatal por medio del cual ha desatado la violencia y el terror contra diferentes sectores populares, especialmente contra los campesinos de la montaña.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) hace pública una política amplia y generosa con aquellos rasos, clases y oficiales que se resisten a obedecer las órdenes criminales del régimen, o bien estén dispuestos a ingresar en las filas de los combatientes revolucionarios. En todo caso, nuestra política en relación con los soldados enemigos será la de ser implacables en el combate y la justicia, y generosos en la victoria. Nuestra organización aprovecha el momento para recordar con respeto los nombres de Adolfo Báez Bone, Napoleón Ubilla Baca, Julio Alonso, Víctor Rivas Gómez, oficiales de la Guardia Nacional, muertos en combate o asesinados por el régimen somocista; de Carlos Ulloa, piloto de la Fuerza Aérea (FAN) muerto heroicamente en defensa del pueblo cubano, y del teniente David Tejada Peralta, glorioso militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se identifica plenamente y deposita su más ardiente fe en los campesinos y obreros agredidos y explotados que se pondrán a la cabeza de las jornadas combativas que se avecinan y expresarán con mayor nitidez, si cabe, su histórica vocación revolucionaria. En los campesinos y obreros está el destino de Nicaragua. Ellos son la Patria del mañana. Los trabajadores de campos y ciudades son la carne del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) practica con toda energía la violencia revolucionaria, pero quiere hacer uso de esa violencia tan sólo en la medida que sea estrictamente indispensable para lograr la victoria popular. Estamos conscientes de que la violencia revolucionaria es un doloroso y necesario medio y de ninguna manera un fin en sí misma, así como de que esa violencia necesaria ahorrará, en última instancia, sangre, mortalidad infantil, frustraciones culturales, frío y hambre a los amplios sectores de nuestro pueblo.
Iremos a la guerra a matar y morir, pero para que nuestro pueblo tenga una real oportunidad de vivir.
La violencia revolucionaria, en las condiciones particulares de nuestro país, se manifiesta por medio de una guerra, que reúne características particulares, la Guerra Popular Prolongada que, en otras palabras, significa el enfrentamiento político y militar del pueblo organizado contra sus enemigos extranjeros y locales durante el tiempo que la preparación cuidadosa y el desarrollo de la contienda así lo exijan. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se propone desarrollar, con absoluta responsabilidad, la guerra de todo el pueblo en montañas, campos y ciudades, para acelerar el momento de la victoria revolucionaria.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se ha visto obligado a realizar esta acción como respuesta a la política represiva del régimen. Nos mueven razones profundamente humanitarias. Nuestro sistema operacional contrasta claramente con el de las fuerzas represivas. Nosotros hacemos rehenes, transitoriamente, a un grupo de diplomáticos para que respondan por la libertad de nuestros hermanos prisioneros.
Si en Nicaragua existiera la más pequeña posibilidad de rescatar de la cárcel, por otros medios, a nuestros hermanos sandinistas prisioneros, esta acción no se hubiera realizado. Esta acción es, además, nuestra primera respuesta a la ilegalidad por medio de la cual Anastasio Somoza Debayle ha decidido continuar con el apoyo del imperialismo norteamericano, ostentando el título de Presidente de la República.
Exigimos:
1.- Liberación de los siguientes hermanos sandinistas injustamente encarcelados: José Benito Escobar, Daniel Ortega, Carlos Guadamuz, Jacinto Suárez, Manuel Rivas, Julián Roque, Oscar Benavidez y Lenin Cerna, quienes deberán ser puestos junto con los integrantes de esta unidad de combate y los rehenes seleccionados (cuya lista damos aparte) en avión de la empresa Lanica en un plazo fatal de 36 horas, a partir de la hora señalada al pie de este mensaje.
2.- Cinco millones de dólares reunidos dentro del mismo plazo por gobiernos señalados en lista aparte. Este dinero deberá ser entregado, a los integrantes de esta unidad, en billetes de 50, 20, 10 y 5 dólares repartidos en partes proporcionales y con numeración indiscriminada.
3.- Inmediato Decreto de Ley elevando el salario mínimo, en todo el país, de la siguiente forma:
a) Trabajadores en general: 2.50 córdobas la hora.
b) Trabajadores industriales: 3.00 córdobas la hora.
c) Trabajadores del campo: 2.50 córdobas la hora con alimentación y alojamiento.
d) Trabajadores domésticos: 350.00 córdobas mensuales, alojamiento, alimentación, descanso semanal y vacaciones pagadas.
Agréguense a esto:
a) Aguinaldo sobre el 100% de su salario mensual a los obreros de las siguientes ramas en todo el país:
Trabajadores hospitalarios, sin exceptuar ningún centro regional.
b) Trabajadores de la construcción.
c) Obreros textiles.
d) Estibadores.
Choferes y auxiliares.
e) Obreros de Siemens.
f) Trabajadores de los ingenios azucareros.
g) Trabajadores de las fincas bananeras contratadas por la Standard Fruit Company.
Finalmente:
Aumento a los rasos de la Guardia Nacional a 500 córdobas mensuales.
4.- Suspensión total de medidas represivas. Esta no es una simple frase. La violación de este requisito despertaría la justa ira de nuestra unidad de combate.
5.- Inmediata e íntegra publicación de este mensaje, con letra clara y en lugar destacado, en los diarios: La Prensa, Novedades y el Centroamericano; letra íntegra, con voz clara y sin tergiversaciones de este mismo mensaje en los noticieros radiales: Extra, Radioinformaciones, Reportaje, Sucesos, Diez en punto y La Verdad, y por los telenoticieros Extravisión y Telemundo. Léase asimismo con voz clara y sin tergiversaciones e íntegramente en la cadena nacional de radio, de medio día, durante dos días consecutivos.
6.- Absoluta libertad de información a los medios hablados y escritos para divulgar los sucesos relacionados con esta acción. Si no se cumplen las condiciones especificadas en un plazo de 36 horas, o no están en vías de cumplirse, será ajusticiado el primer rehén; 12 horas más tarde el segundo rehén será ajusticiado y así sucesivamente.
Finalmente, queremos agregar que las condiciones señaladas son órdenes emanadas de la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y no están, por lo tanto, sujetas a cambio alguno. Lo aquí indicado será cumplido, sin que le quede a nadie la menor duda, con mano firme y segura. Nuestros combatientes han sido educados en una férrea disciplina consciente y están dispuestos a resistir hasta las últimas consecuencias. Todas las órdenes serán cumplidas, menos una, rendirse.
11 de la noche del día 27 de diciembre de 1974.
Referencia: Tomas Borge en su libro «La Paciente Impaciencia»
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