Escrito por Margine Gutiérrez
Fue una radiografía del nivel ideológico de muchos «cuadros» (yo la momia con términos qué ya ni se usan); de la nula capacidad crítica para analizar/examinar lo que hay detrás de cada evento/actuación/ mensaje que genera el capitalismo, que jamás -en ningún caso es inocente- y que siempre está en función de sus intereses.
Fue una revelación de que cómo nos gobiernan las emociones, que es a lo que apelan las películas, las tiras cómicas, los concursos de belleza etc para alienar a la gran masa de consumidores de espectáculos, qué dejan de pensar racionalmente para dejarse llevar por sus ilusiones, frustraciones, sueños y emociones. Y no me refiero al común de la gente, que estas cosas son las pocas alegrías que tienen y que damos por un hecho que no tienen formación político ideológica, aunque no siempre sea cierto.
Sucumbieron hasta quienes se proyectaban a favor de la dignificación de la mujer y en contra del uso de su figura como mercancía que genera plusvalía al capitalismo. Todo eso se olvidó con semejante nivel de manipulación y manoseo.
Naturalmente que quienes están detrás de todo esto nada dejaron al azar y nos remacharon que además de ser muy bonita, es de origen humilde, vive en un barrio pobre, su casita es sencilla y de niña vendía buñuelos. Nos la pusieron para hacernos delirar y explotar nuestra «conciencia de clase» y hacernos olvidar que en la actualidad y desde hace muchos años en Nicaragua hay miles y miles y miles de mujeres hermosas, qué viven en barrios pobres, qué son humildes qué viven en casitas sencillas y que han logrado trascender sus condiciones de vida trabajando de sol a sol para engrandecer a Nicaragua y a su familia. Son las emprendedoras que con el apoyo de programas gubernamentales están saliendo adelante convirtiéndose en un verdadero ejemplo para todos los nicaragüenses.
En el colmo de la idolatría alguien escribió que era la máxima representación de todos los nicaragüenses borrando de un plumazo a Darío y a Sandino.
Entre las muchas cosas insólitas qué se escribieron otra llamó momia a quien no está de acuerdo con la mercatilización histórica de la mujer como si estos concursos fueran el «sumun» de la modernidad cuando son tan viejos como la «profesión» más antigua a la que el capitalismo ha empujado a la mujer producto de su depauperacion y explotación a que somete el capital a los trabajadores.
También dijeron que había que disfrutar de este triunfo porque es lo que une. Hicieron emotivos llamados a lo tolerancia y a la compasión , cuando nunca se les ha visto tolerantes y compasivos con otros que delinquieron.
También hacen llamados a no mezclar la política como si todo lo que se hace y se dice no fuera político o como si no supiéramos que en todo lo que se mueve en el mundo están la mano y los intereses de EEUU, quien no tiene ningún interés de que Nicaragua se posicione como lo ha hecho ahorita en el mundo. Está dejando pasar este trago amargo porque sabe que después se lo va a cobrar.
Los llamados a la tolerancia, al «amor», a la compasión, a no politizar todo, son positivos pero si fueran aplicables para todos y todas son distinción. Porque muchos de los atributos qué se le otorgan a esta jovencita son aplicables, por ejemplo, a Medardo Mairena y a la Chica queso. Son humildes, vivían en barrios pobres, en casas sencillas y miren hasta donde han llegado. Ahora viven en Estados Unidos y son tratados como líderes internacionales, lo único diferente es que son feos.
Pero la cosa no es así de simple. Lo que hay que discernir es a que intereses sirve. No se puede ser tolerante ni compasivo, ni apolítico, con quien sirve a los intereses de los EEUU.
Tampoco se puede vivir como una «auténtica» fiesta Nacional este hecho «histórico» porque son mucho más históricos todos los logros que están conquistando los más pobres y humildes de nuestro pueblo, a punta de tesón, sacrificio, esfuerzo, fuerza de voluntad para aprovechar al máximo todas las facilidades que les ofrece el gobierno a los deportistas, a los estudiantes, a los científicos y a todo aquel que quiere engrandecer Nicaragua.
No echemos eso por la borda. No minimicemos ese sacrificio y esfuerzo cotidiano de nuestro pueblo que está decidido a maximizar las extraordinarias oportunidades que nos ofrecen las políticas públicas encaminadas a acabar con la pobreza desde el 2007.
Este es el el mayor logro qué podemos celebrar hoy junto con los premios internacionales qué estamos conquistando. Los logros colectivos producto de esa unidad pueblo trabajador/gobierno sandinista.
Esto es lo que nos une: el amor a Nicaragua y nuestro empeño de avanzar hacia el desarrollo sostenible. Por eso es que estamos brillando a nivel internacional.
Totalmente de acuerdo, y teniendo el poder del discernimiento de nuestra parte, ese tipo de estrategias se caen.