El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza denunció este jueves que los bombardeos israelíes a partir del 7 de octubre pasado asesinaron hasta el momento a 7.028 palestinos y causaron heridas de diversa consideración a otros 18.484.
En un comunicado, la cartera detalló que entre quienes perdieron la vida hay al menos 2.913 niños, 1.709 mujeres y 397 ancianos, cifras que podrían crecer pues se dispone de reportes de 1.650 personas desaparecidas (de ellas, 940 menores de edad) que podrían estar bajo los escombros de edificios residenciales, casas, hospitales, mezquitas, panaderías, mercados, escuelas y otras instalaciones civiles bombardeadas de manera deliberada por el ente sionista.
Los trabajadores de rescate no pueden sacar a estas personas de entre los escombros, pues no cuentan con el equipamiento pesado ni el combustible para hacerlo.
Sanidad precisó que en las últimas horas las fuerzas israelíes cometieron 43 masacres de civiles -a menudo familias casi completas-, que cobraron la vida de 481 mártires.
Señaló que Tel Aviv también prosigue el bombardeo de instalaciones hospitalarias, privando a los heridos y sus familiares de opciones de asistencia y provocando un colapso del sistema de salud. En ese sentido, apuntó que 57 instalaciones han sido ubicadas como blanco y que los ataques ya pusieron fuera de servicio 12 hospitales, 32 centros de atención primaria y 25 ambulancias, y mataron a 101 trabajadores sanitarios.
Estos crímenes no han hecho más que agudizar la situación humanitaria en Gaza, donde unas 200.000 viviendas fueron total o parcialmente destruidas por los bombardeos israelíes, según declaraciones del ministro de Obras Públicas y Vivienda de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohamed Ziara.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa), comunicó este miércoles que la reserva de combustible en la Franja está a punto de agotarse y los camiones con ayuda humanitaria que entraron por el paso de Rafah, en la frontera de Gaza con Egipto, no transportaron carburante.
Tel Aviv ha reiterado que no permitirá la entrada de combustible a la Franja de Gaza y desde el 7 de octubre mantiene un bloqueo total de ese rubro, agua, electricidad y alimentos a los 2.2 millones civiles que habitan allí.
El ente sionista señaló en los últimos días que no permitirá que llegue combustible a manos del movimiento de resistencia islámica Hamás, pero ello contradice afirmaciones del jefe del Estado Mayor de sus fuerzas armadas, teniente general Herzi Halevi, quien aseguró que se harían esfuerzos para la llegada de carburante a Gaza.
El agotamiento de la mínima reserva existente detendría el funcionamiento de hospitales -incubadoras, ventiladores, máquinas de diálisis, máquinas de anestesia, quirófanos y autoclaves de esterilización precisan de electricidad-, así como de las pocas panaderías y plantas desalinizadoras de agua que quedan en pie.
La portavoz de la Unrwa, Juliette Touma, aseguró que Gaza necesita al menos 160.000 litros de combustible al día para cubrir necesidades básicas.
De acuerdo con reportes de esta agencia, de los más de 1.200.000 desplazados internos a causa de los bombardeos, más de 613.000 están refugiados en 150 instalaciones de Unrwa en Gaza. Esta red de instalaciones está saturada, en tanto que 42 fueron dañadas por bombardeos y 38 trabajadores de la agencia murieron a causa de los ataques israelíes.
Mientras ello ocurre en Gaza, en Cisjordania ocupada fueron asesinados 95 civiles y cerca 1.900 fueron heridos debido a la violencia de los militares y colonos israelíes a partir del 7 de octubre, cuando Hamás desplegó la operación Diluvio de Al-Aqsa en territorios palestinos ocupados. Este ataque sorpresivo dejó más de 1.400 fallecidos y 224 rehenes, según Tel Aviv.
Fuente: TeleSur