Escrito por Carlos Fonseca Terán || 07/10/23
Si Ucrania bombardea el Donbás, la élite política occidental y sus satélites enmudecen, pero si Hamas bombardea Israel, hay más condenas que misiles lanzados, y ni una palabra sobre el uso por Israel, de esos mismos métodos de ataque contra los palestinos, pues al parecer tales métodos son condenables en dependencia de quién los use. El régimen neonazi ucraniano ha agredido y masacrado por casi diez años al pueblo ruso del Donbás, y es el actual instrumento de la OTAN para amenazar e intentar destruir a Rusia, potencia militar antihegemónica que impulsa un orden mundial más justo y equitativo, por lo que representa un gran peligro para el poder de las potencias imperialistas. Los palestinos atacan en defensa propia a los ocupantes de su territorio, que les niegan el derecho a vivir en su propia nación milenaria. El pueblo palestino tiene décadas de estar siendo oprimido, ocupado, masacrado por el Estado sionista de Israel, que es una potencia militar agresora, opresora, ocupante ilegal del territorio palestino. Condenar al oprimido por luchar contra la opresión, y solidarizarse con el opresor, es el mayor acto de cinismo que pueda concebirse.
Por eso nuestro gobierno revolucionario, digno representante del pueblo de Nicaragua y de los ideales revolucionarios históricamente impulsados por el sandinismo, unido por lazos de sangre con el heroico pueblo de Palestina, ha condenado lo que hay que condenar: el agravamiento del conflicto, la trágica situación actual y la barbarie desatada, de la que es responsable el sionismo que predomina en Israel, a la vez que ha denunciado la ocupación israelí y el no reconocimiento de los derechos del pueblo palestino, que es con quien hay que solidarizarse, tal como lo ha hecho siempre y lo está haciendo una vez más Nicaragua, una nación que ha debido enfrentarse a través de toda su historia a quienes la han querido someter, y no han logrado doblegarla, ni lo lograrán jamás.
Por su parte el pueblo de Israel, tan virtuoso y sufrido, no merece ser instrumentalizado y manipulado por el Estado terrorista que lo gobierna y que lo representa tan mal, ni merece ser un rehén del imperialismo, como lo es hoy. La solución del conflicto palestino-israelí pasa por el reconocimiento del Estado Palestino, el respeto a la autodeterminación de la nación palestina y el cumplimiento de las numerosas resoluciones internacionales violadas de manera sostenida y sistemática por el lumpen-Estado de Israel.
Es en esa dirección que se debe avanzar para poner fin a ese calvario del Medio Oriente, que parece eterno. Y es precisamente en esa dirección que las naciones soberanas y dignas del mundo seguiremos avanzando, como parte de nuestra lucha contra los hegemonismos y la opresión de unas naciones por otras, que caracteriza a la etapa imperialista de desarrollo del capitalismo, cuyo colapso es cada vez más inminente, como lo es el advenimiento del nuevo orden mundial en el que, como dijo Sandino, “habrá justicia y (…) paz sobre la tierra, (1) (porque) los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra”. (2)
¡VIVA LA HEROICA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!
¡EL PUEBLO PALESTINO VENCERÁ!
(1) Augusto C. Sandino, “El pensamiento vivo”, tomo 2, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1984, pág. 147.
(2) Idem, pág. 160.
Nuestra solidaridad con el pueblo de Palestina, su lucha es justa y Dios estará de su lado.