Beijing. Por Yang Sheng y Li Xuanmin, Global Times
El gobierno chino publicó el “Libro blanco” para presentar la base teórica, la práctica y el desarrollo de una comunidad global de futuro compartido, ya que al exponer la visión de China sobre el curso del desarrollo humano, contrarresta el pensamiento hegemónico de ciertos países que buscan la supremacía.
Hace diez años, el Presidente chino Xi Jinping propuso la idea de construir una comunidad global de futuro compartido. “Su propuesta ilumina el camino a seguir mientras el mundo busca soluciones a tientas, y representa la contribución de China a los esfuerzos globales para proteger el hogar compartido y crear un futuro mejor de prosperidad para todos”, según el Libro Blanco, titulado “Una comunidad global de futuro compartido: Propuestas y acciones de China”.
El momento de publicar dicho documento es crucial, ya que, además de conmemorar el 10º aniversario de la propuesta de una idea significativa, el mundo se encuentra sumido en graves turbulencias y experimentando profundos cambios que no se habían visto en el siglo pasado, por lo que la comunidad internacional ha estado pidiendo soluciones, y China, como gran potencia responsable que es mucho más poderosa que hace 10 años, tiene la responsabilidad de aportar su sabiduría y sus acciones para satisfacer la demanda de esta era, señalaron analistas chinos.
Los expertos chinos dijeron que el Libro Blanco, sin mencionar a EEUU, ha expresado claramente una firme oposición contra muchas ideas y comportamientos de Washington, como “democracia frente a autoritarismo”, “confrontación basada en alianzas” y “patio pequeño, valla alta”, y esto muestra que China está ahora abiertamente en desacuerdo con el “orden basado en reglas” propuesto por EEUU, que de hecho es una forma de preservar el viejo orden dominado por la hegemonía estadounidense.
Muchas ideas y comportamientos del Occidente liderado por Estados Unidos ya han causado conflictos y tensiones interminables y continuas en todo el mundo, y llevarán al mundo a una nueva guerra fría. China y la mayoría de los países del mundo comparten preocupaciones similares, y son responsables de encontrar una vía para reformar eficazmente el orden mundial y construir una comunidad global de futuro compartido, señalaron los expertos.
Oponerse y proponer
Según el Libro Blanco, el juego de suma cero está condenado al fracaso. “Pero algunos países siguen aferrándose a esta mentalidad, persiguiendo ciegamente una seguridad absoluta y ventajas monopolísticas, que a la larga no contribuirán en nada a su desarrollo, sino que crearán una gran amenaza para el mundo”.
Cada vez es más evidente que la obsesión por la fuerza superior y la mentalidad de suma cero están en conflicto con las necesidades de nuestro tiempo, afirma el Libro Blanco, señalando que la nueva era exige nuevas ideas.
Wu Xinbo, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Fudan, declaró el martes al Global Times que muchas formas de pensar, así como acciones de EE.UU., son contrarias a los intereses de China, y también a los de la gran mayoría de los países del mundo.
“Como país importante y responsable, nosotros, China, debemos dejar clara nuestra posición y decir claramente al mundo lo que defendemos, y si queremos que otros países nos apoyen, debemos decirles hacia dónde vamos”, declaró Wu.
El Libro Blanco y las iniciativas propuestas por China no pretenden desafiar a EE.UU. y Occidente ni servir a la ambición de lucha por el poder, sino partir de los intereses comunes de la humanidad, porque “los planteamientos de EE.UU. conducirán definitivamente al mundo a una nueva guerra fría”, señaló Wu.
Las propuestas y acciones de China no buscan su propio beneficio o interés, sino el bien común de la humanidad, afirmó el experto.
El Libro Blanco dice: “Construir una comunidad global de futuro compartido es perseguir la apertura, la inclusión, el beneficio mutuo, la equidad y la justicia”. El objetivo no es sustituir un sistema o civilización por otro. Por el contrario, se trata de que países con diferentes sistemas sociales, ideologías, historias, compartan derechos y responsabilidades en los asuntos mundiales, reza el documento.
Maya Majueran, directora de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el Sudeste Asiático, una organización con sede en Sri Lanka especializada en la cooperación, declaró al Global Times que “Estados Unidos y sus aliados occidentales llevan mucho tiempo intentando influir en otros países y en el orden mundial con sus propios valores y sistema político en nombre de la promoción de la democracia y los derechos humanos, y siguen presionando a los países cuyas posturas difieren de las suyas.”
“Incluso intimidan a los mercados emergentes y a los países en desarrollo para que tomen partido, por lo que muchos países ven en la propuesta de China un motor para impulsar su propia recuperación económica alineándose con ella”, afirmó Majueran.
Li Haidong, profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China, declaró al Global Times que las propuestas e iniciativas de China han sido bien acogidas en todo el mundo, pero unos pocos países occidentales liderados por EEUU siempre intentan boicotear, estigmatizar o restar importancia a las propuestas de China, y esto se debe a su arrogancia e ignorancia, y a que no quieren que se reforme el desigual sistema internacional que les beneficia injustamente.
Sabiduría y acciones
El concepto de una comunidad global de futuro compartido hunde sus raíces en el profundo patrimonio cultural de China y en su singular experiencia de modernización. Transmite las tradiciones diplomáticas de China y se inspira en los logros sobresalientes de todas las demás civilizaciones, afirma el Libro Blanco. También pone de manifiesto las tradiciones históricas de China, las características distintivas de su tiempo y la riqueza de sus valores humanísticos.
El Libro Blanco también señala la dirección y el plan para construir una comunidad global de futuro compartido, incluyendo el impulso de un nuevo tipo de globalización económica en la que los países deben seguir una política de apertura y oponerse explícitamente al proteccionismo, a la erección de vallas y barreras, a las sanciones unilaterales y a las tácticas de máxima presión, con el fin de conectar las economías y construir conjuntamente una economía mundial abierta.
El concepto que defiende China no se basa en sacrificar los intereses de los países vecinos, lo que contrasta con la etapa de acumulación de capital de los países occidentales, declaró a Global Times Wirun Phichaiwongphakdee, director del Centro de Investigación Tailandia-China de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El experto tailandés ejemplificó con una serie de proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el Sudeste Asiático, entre ellos el ferrocarril China-Tailandia que se está construyendo y que, en su opinión, demuestra cómo China y la ASEAN trabajan juntas para construir una comunidad de futuro compartido.
Contribuciones convincentes
China no se limita a ofrecer propuestas, sino que también aplica activamente sus propias ideas mediante acciones, y ha proporcionado al mundo amplios logros. En la última década, China ha aportado su fuerza para construir una comunidad global de futuro compartido con una convicción firme y acciones sólidas.
Por ejemplo, en julio de 2023, más de tres cuartas partes de los países del mundo y más de 30 organizaciones internacionales habían firmado acuerdos de cooperación sobre la Franja y la Ruta con China. La Iniciativa de la Franja y la Ruta en el Sudeste Asiático se originó en China, pero las oportunidades y logros que crea pertenecen a todo el mundo. Se trata de una iniciativa de cooperación económica, no de alianzas geopolíticas o militares, y es un proceso abierto e inclusivo que no tiene como objetivo ni excluye a ninguna de las partes, según el Libro Blanco.
Entre varios proyectos de la Iniciativa, por ejemplo, el ferrocarril China-Laos comenzó a funcionar el 3 de diciembre de 2021, con 167 túneles y 301 puentes construidos en 11 años a lo largo de su longitud total de 1.035 kilómetros. La construcción del ferrocarril creó más de 110.000 puestos de trabajo locales, y ayudó a construir unos 2.000 kilómetros de carreteras y canales para las aldeas a lo largo del ferrocarril, beneficiando a la población local.
Asimismo, gracias a la mediación de China, Arabia Saudí e Irán lograron una reconciliación histórica a principios de este año, dando un buen ejemplo a los países de la región para resolver disputas y diferencias y lograr relaciones de buena vecindad a través del diálogo y la consulta, y catalizando una ola de reconciliación en Oriente Medio.
China también ha propuesto una serie de iniciativas regionales y bilaterales para construir comunidades de futuro compartido y trabajar con las partes interesadas para crear consenso y ampliar la cooperación, desempeñando así un papel constructivo en la promoción de la paz y el desarrollo regionales. Asimismo, impulsa la cooperación internacional en ámbitos como la lucha contra la pandemia Covid-19, el desorden en la gobernanza del ciberespacio y el desafío climático mundial.
A lo largo de la última década, la visión de una comunidad global de futuro compartido ha ganado un apoyo más amplio. Más países y personas han llegado a comprender que esta visión sirve a los intereses comunes de la humanidad, representa los llamamientos populares a la paz, la justicia y el progreso, y puede crear la mayor sinergia entre todas las naciones para construir un mundo mejor, afirma el Libro Blanco.
Fuente: La Primerísima