Escrito por Renan Guevara
¿Ucrania ya perdió la guerra?
Absolutamente. No hay duda de eso, la perdió hace algún tiempo. Lo que escuchamos ahora son los silenciosos susurros en los pasillos de Bruselas diciendo: esto es un callejón sin salida, ¿Cómo salimos?, ¿Dónde está nuestra rampa de salida? Los europeos están muy preocupados por eso. También existe cierta preocupación en la Casa Blanca, probablemente aún no se hayan dado cuenta. Hasta que tengan algún tipo de rampa de salida que crean que puedan ocultar la demencia de haber arrastrado a Ucrania a esto así como a Europa, seguirán diciendo que todo va bien, que están mejorando y que hay más armamento en camino. Incluso sin tener las más mínimas evidencias.
El 13 de julio, en la capital de Finlandia, presidente Joe Biden declaró lo siguiente:
Vladimir Putin, «ya perdió la guerra» en Ucrania y la actual contraofensiva de Kiev para reconquistar los territorios ocupados en casi 17 meses de guerra lo obligará a negociar. No hay posibilidad de que [Putin] gane la guerra en Ucrania (…). Ya la perdió, debido a la falta de recursos militares de Rusia y a sus dificultades económicas.
En este mismo discurso, Biden se contradice diciendo:
“Putin podría poner fin a la guerra mañana, solo tendría que decir: ‘Me detengo'».
Fue lo único acertado de su perspectiva. Depende de Putin y qué tipo de acuerdo está dispuesto a firmar. Lo que lo hace correcto es que Putin está sentado en el asiento del conductor, es él quien tiene la iniciativa estratégica, no Estados Unidos. Los EE. UU. en este momento están tratando de ponerse al día y limitar el daño qué se han hecho a ellos mismos.
De la Cumbre de la OTAN en Vilnius podemos sacar dos perspectivas. La primera es que al presidente Zelensky se le prometió el mundo, a fines de marzo, principios de abril de 2022, cuando Boris Jhonson voló porque su equipo había dejado escapar que Ucrania podría aceptar la neutralidad. Boris Jhonson apareció casi de inmediato para decir: absolutamente está fuera de la mesa, he hablado con el presidente Biden y él es de la misma opinión, debemos luchar hasta el final, tendrás a la OTAN de tu lado y todo el apoyo científico, industrial y militar de los Estados Unidos, vas a ganar. Parece que Zelenski lo creyó y ha jugado esa carta hasta el final. El problema es que no ha resultado como lo habían prometido ni Boris Jhonson ni Biden.
Segundo, en Vilnius, hubo muchas discusiones entre bastidores sobre metas y objetivos. Las metas y objetivos de los EE. UU. son esbozados por el presidente Biden. En febrero de 2023, cuando habló en Varsovia fue muy extremista y maximalista. Biden no es el llanero solitario, muchos otros en Europa le dicen lo mismo y quieren el fin del conflicto. El problema es que EE.UU. sigue en el negocio de destruir Rusia y esto va a promover la fragmentación y tal vez la desintegración de la OTAN.
En este momento es difícil saber qué surgirá de esto y Putin ahora tiene que tomar algunas decisiones: ¿marcho hasta el río Dniéper? ¿Tengo que enviar fuerzas rusas directamente a Kiev? ¿esto va a ser suficiente? si no, ¿tengo que movilizar otras 250.000 tropas y avanzar hacia el oeste?
Rusia se ha movido con cautela, deliberada e incrementalmente, hay una razón para eso: Putin está anticipado de una confrontación directa con la OTAN, no quiere una guerra con los Estados Unidos ni la OTAN. Su posición es demostrar qué su emplazamiento es más defensivo, qué ellos no quieren este conflicto ni destruir a Ucrania y lo están haciendo porque ya no tenían más alternativas. Adicionalmente, ha sido muy sensible a la opinión no solo de China y la India, sino también de la del Sur Global en general. No quieren qué piensen qué ha descartado las dimensiones humanitarias del conflicto, lo cual no ha hecho.
Sin embargo, Putin ahora está en posición de decir que el ejército ucraniano se está desmoronando. Por primera vez grandes cantidades de tropas y unidades ucranianas se acercan a los rusos diciendo que han terminado, que no pueden hacerlo más. Lo que los rusos están tratando de hacer ahora es dejar que los ucranianos comprometan sus últimas reservas. Se estima que son unas 10 brigadas, unos 30 a 35 mil efectivos. Si pueden hacer que los ucranianos los arriesguen, los rusos pueden quitarlos de enmedio. Una vez eliminados, no hay nada, y los rusos lo saben.
Así es como está la atmósfera en este momento, por lo que esta ofensiva de Ucrania, cada vez se enfrenta a fuerzas rusas en toda la línea. Quienes avanzan gradualmente invitando a los ucranianos a atacar.
En otro ángulo, el asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan el 16 de julio comentó lo siguiente:
“vamos a apoyar a Ucrania sin tener tropas estadounidenses sobre el terreno ni soldados estadounidenses luchando contra soldados rusos y eso seguirá siendo constante a lo largo de este conflicto.”
Nadie en la casa blanca va a decir la verdad en esta etapa y decir que han fallado. Debe recordarse que, desde el principio, los EE. UU. siempre intentaron construir el poder militar ucraniano sobre la marcha. Estados Unidos importa juegos de equipo militar en el extranjero, les dice a los soldados ucranianos que se aclimaten con el equipo y luego, después de un poco de entrenamiento, los envían a la acción.
Para empezar, nunca fue una buena idea. No puede admitir que, en esta etapa, el mensaje que Sullivan y el presidente Biden envían a Moscú es algo así: tendrás que marchar hacia el oeste, nada se detendrá hasta que dejes en claro que has ganado sin ambigüedades y eso puede implicar hacer correr tanques rusos por las calles de Kiev.
El presidente Biden tendrá que decir algo entre estas líneas: el pueblo ucraniano ha hecho todo lo que se podía esperar de él, pero la lucha ahora debe terminar, tenemos que llegar a un acuerdo con los rusos y reconocer que tienen un interés legítimo en Ucrania. Eso es algo que él no quiere hacer, especialmente reconocer el interés legítimo de Rusia. En segundo lugar, debe reconocer que todo lo que surja de estas conversaciones que llamamos Ucrania debe ser neutral.
Hay rumores de que los europeos, con la excepción de los británicos, están tomando esta posición: está bien para ellos y quieren que el conflicto termine. Washington, Londres y la ciudad de Nueva York no quieren admitir eso.
El 13 de julio, durante la Cumbre de la OTAN, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, le dijo a CNN qué:
“no tengo dudas de que Ucrania se convertirá en parte de la OTAN después de que termine la guerra de Rusia contra el país.”
Nuevamente, lo que no aprecian es la muy severa división en la OTAN detrás de escena. No se trata solo de Hungría y Bulgaria, hay muchos estadistas europeos detrás de la escena que dicen: tendremos que aceptar algo menos de lo que buscamos. Lo más probable es que los franceses y los alemanes -las dos economías más grandes de la Unión Europea- estén de acuerdo con esto. Macron y la Presidenta del Banco Central Europeo Christine Lagarde han hablado de una agenda estratégica autónoma. Es difícil decir cómo se sienten los suecos y los finlandeses en este punto, ya que ambos han sido históricamente neutrales, pero renunciaron a eso para unirse a la Alianza cuando es obvio que esta Alianza no puede prevalecer en este conflicto.
Ninguno de estos países tiene las formaciones de combate listas, no tienen las reservas de municiones, misiles, cohetes, proyectiles de artillería, no tienen una fuerza de defensa aérea y de misiles integrada desde Finlandia hasta el Adriático en el norte de Italia. Sin esto, no se puede ir a la guerra con Rusia, a menos que estén dispuestos a aceptar un daño enorme e irreversible. Es sencillo deducir que los europeos están empezando a comprender que si continúan obstruyendo un acuerdo, se arriesgan a una guerra total con Rusia. Que es algo para lo que no están preparados.
El Coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, John Kirby el 23 de julio dijo:
«lo que realmente necesitan (Ucrania) son las cuatro «A» (por sus siglas en inglés): artillería, municiones, defensa aérea y tanques blindados, hemos proporcionado paquetes sin precedentes […] los F-16 llegarán allí probablemente hacia el final del año, pero no creemos que los F-16 solos, sean suficiente para cambiar el rumbo, lo que realmente necesitan más que nada es la artillería y es por eso que el presidente tomó la difícil decisión de proporcionar municiones en racimo como una solución de puente a medida que construimos nuestra capacidad de producción de cartuchos de artillería convencionales normales.»
Kirby plantea y dice “la dificil decision” mas bien debio haber dicho “la desesperada decisión”. Para darse una idea, Estados Unidos compró una gran cantidad de municiones de 155 milímetros de la República de Corea a un precio más elevado del precio de mercado. Las opciones se han ido y la industria estadounidense no tiene esa capacidad. En otras palabras, EE. UU. no está en posición de decir: bueno, producimos 100 de X cada mes, pero queremos aumentar ahora de 100 a 5000 por mes, no pueden hacerlo. Están hablando de instrumentos que podrían marcar una diferencia -sin alterar el resultado final- que no llegarán durante meses. Además, francamente, por la forma en que se dirige la guerra, para cuando aparezcan los F-16, todos los aeródromos y pistas de aterrizaje probablemente estarán en las manos de los rusos.
El presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, dijo en una conferencia de prensa el 18 de julio:
“haga un ejercicio matemático rápido, son diez F-16 o dos mil millones de dólares, los rusos tienen cientos de fuselajes de cuarta y quinta generación. Entonces, si van a tratar de igualar a los rusos uno por uno o incluso dos a uno, estás hablando de una gran cantidad de aviones que llevará años entrenar a los pilotos, años para hacer el mantenimiento , años para generar ese grado de apoyo financiero para hacer eso, estás hablando de muchos más miles de millones de dólares de los que ya se han generado.»
El riesgo real en este punto es que tal vez no haya un gobierno ucraniano para recibir. ¿Cuánto tiempo llevará una vez que los rusos tomen la decisión de romper todas estas posiciones defensivas y avanzar al otro lado del río Dniéper? No creo que vaya a tardar mucho. Lo que los rusos parecen hacer, es avanzar con cuidado sus defensas aéreas integradas, luego avanzan sus sistemas de ataque, una vez que han logrado otra burbuja de protección con esos sistemas, avanzan las tropas de maniobra. Esto parece que sucederá una y otra vez.
Adicionalmente, se ha dicho que los comandantes ucranianos están discutiendo abiertamente entre sí luchan o se retiran. Se dicen abiertamente: esto es todo, no tenemos más, tenemos que retroceder y luego la gente cuelga el teléfono y habla de su enojo porque saben que es verdad, pero sienten que deben seguir luchando. Se han publicado videos en Telegram que muestran a los comandantes ucranianos disparando a los desertores. En un caso, después de que un grupo de soldados ucranianos dentro de un búnker expresaran su preocupación de que estaban agotados y lo que queda es que los maten, el comandante sacó una granada y mató a todos. Este es el tipo de situación descaminada para estar en un ejército.
Una piedra angular del conflicto también recae en la retórica de Polonia y Lituania y sus deseos de entrar en territorio Oeste de Ucrania. En primer lugar, este suceso jamás sucederá por accidente. En segundo, suponer qué tendrán inmunidad, el Presidente Putin ha dejado claro qué las amenazas a Rusia serán eliminadas, en otras palabras: si los polacos y lituanos cruzan la fronteras van a morir. Tercero, este dúo puede asumir qué la OTAN mandara refuerzos para auxiliarlos. Este último es el más arriesgado, puede ser qué haya una cúpula política en Washington qué tengan los deseos, da la impresión qué el ejército de los EEUU teme por ello, pero la atmósfera política puede plantear: si no ayudamos a nuestros socios de la OTAN, indudablemente nuestra credibilidad cesará en existir.
La OTAN en el camino largo está maldecida, son 32 países con leves y mayúsculos intereses en conjunto. No todos miran a través de los mismos lentes qué Washington y Bruselas, quienes parecen mirar a las élites gobernantes europeas y dicen: no tienen más remedio que ir con nosotros de todos modos. Puede ser qué esto sea verdad para los globalistas qué lideran esos países, pero no es necesariamente la realidad para la gente qué vive en Europa. El electorado europeo puede qué no mire la situación de esa manera, directamente han sufrido las consecuencias.
No hay una imagen clara de lo qué pasará en un futuro. En EE.UU. los políticos y oficiales militares qué son sinceros en cuanto a la fantasía de una victoria de Ucrania y el incremento y la excepcionalidad del poder militar de Rusia, no son bienvenidos. Parece qué los generales de cuatro estrellas y las élites políticas para sentarse en la toma de decisiones más bien tienen qué decir: los rusos son tontos, no pueden hacer nada bien y si se cruzan con las fuerzas de la OTAN están condenados. Sin ninguna evidencia, esto es un disparate necio y tóxico para cualquier gobierno.
Hasta que consigan algún mecanismo de escape que les permita ocultar la locura de haber llevado a Ucrania y a Europa en esta situación, continuarán afirmando que todo está bien, que están progresando y que se está avanzando en la adquisición de armamento. Incluso sin ningún indicio. Los Estados Unidos están actualmente tratando de actualizarse y disminuir el daño que se han causado a ellos mismos. La cuestión radica en que ni Londres ni Washington han cumplido con sus promesas de resultados. EE.UU. continúa involucrado en el proceso de destrucción de Rusia, lo que contribuirá a la división y posiblemente a la desaparición de la OTAN. Todo parece indicar qué hasta qué Rusia marche en las calles de Kiev, la narrativa mantendrá la imagen de Ucrania ganando.
El peligro es: demasiada contención de Rusia. Esto puede provocar qué los polacos y lituanos intervengan. Esto sería una caja de Pandora, la caja -en la mitología griega- que contenía todos los males, liberando en el mundo todas las desgracias que aquejan a la humanidad. Al mismo tiempo la contención de Rusia se interpreta en Occidente como debilidad, los rusos lo saben y tengo el presentimiento qué así lo perciben en Polonia y Lituania. Si este dueto son los suficientemente vesánicos para intervenir, sospecho qué a ese punto la gran avalancha del poder militar ruso caerá en el oeste de Ucrania y potencialmente creará una zona de control militar en esas dos fronteras. No creo qué esté en sus intereses -pero todo indica qué lo será en dado caso- tener decenas de miles de fuerzas de combate rusas en sus puertas de entradas.
Militarmente la guerra está ganada por Rusia, pero : ¿Cómo sería un arreglo político?
Primero, Rusia no quiere gobernar el oeste de Ucrania, no quieren anexar áreas qué son fundamentalmente ucranianas, es peligroso, también quizás no tengan las estructuras políticas para llevarlo a cabo ni el deseo. Sería como poner una manzana envenenada en tu saco e intencionalmente comérsela durante el día. Lo qué tienen anexado hasta el momento es históricamente Rusia, donde la población rusa vive, lo retendrán. Probablemente en Odesa y Kharkov habrán soluciones inventadas: desmilitarización y quizás en Odesa por su posición geográfica un estatuto similar al de La Ciudad Libre de Dánzig. Puede ser también qué Rusia no quiera quedarse a reconstruir las dos ciudades.
En el tema de Ucrania, serán neutrales, de eso no hay duda. No podrá haber presencia de la OTAN en Ucrania y quizás ni en la frontera este de Polonia. Cualquiera qué intente este movimiento, entrará en guerra con Rusia, está claro, sin ambigüedades y no será objeto de negociación.
Mirando al pasado en como Estados Unidos ha manejado sus derrotas políticas, no se puede predecir de ninguna manera un buen resultado. En Vietnam fue claro qué perdieron no porque sistemáticamente fueron derrotados en el campo de batalla sino que: no tenían estrategia, tenían objetivos militares y políticos inalcanzables, finalmente decidieron irse porqué no valía la pena el gasto ni en tesoro y ni en sangre. El sur de Vietnam quedó por su cuenta y solamente dos años después desaparecieron como entidad política. Los primeros dos puntos se pueden trazar paralelos con Ucrania, pero, la pregunta es: ¿Cómo organiza Washington su retirada?
Por ahora parece qué creen qué no tienen qué hacerlo, qué pueden seguir adelante como lo han venido haciendo. Yo no creo qué puedan por mucho. Cuando descubran qué esto no funciona, qué los rusos no se están jactando y crucen el río Dniéper, qué no los pueden derrotar en Ucrania, el registro indica qué no harán nada. Nunca aceptaran el error en Ucrania, probablemente declararán qué se terminó y pretenderá qué nunca paso, mientras convierten a Polonia en potencia militar regional. Las élites gobernantes en París, Londres, Berlín, Bruselas, etc. Igualmente, estarán más preocupados por su supervivencia política interna.
Lo más seguro es que todos los intentos se vean centrados en forzar el ojo público en Asia del Este. Quizás una retórica bélica de esta manera: no podemos permitir qué Taiwán sea la próxima Ucrania.