Escrito por Marvin Ortega
Nicaragua con la mayor extensión territorial de los siete países del Istmo centroamericano, es el menos poblado[1] por km2. Tiene el PIB menor de la región (con excepción de Belice), pero es el único con capacidad de garantizar con producción propia el 90% de los alimentos que consume su población. La seguridad alimentaria en Nicaragua, reconocida en el mundo[2], es la base histórica de la soberanía nacional, que muy escasos consiguen acercarse a ella en el continente.
Poco estridente en algunas de sus posiciones, es inclusivo con la diversidad, y presta atención revolucionaria a los derechos de la mujer. Es el país menos desigual de la región[3], ocupando el séptimo lugar mundial en igualdad de género[4]; y cuenta con una sólida organización de base popular anti imperialista.
Esta organización ha sido construida en un largo proceso de luchas, del tamaño de las necesidades del país, y es de las mejores y más organizada en el continente, lo que se traduce en una importante garantía de la independencia, soberanía nacional y progreso con inclusión social.
Como ya es normal saber, esta organización popular le parece de mal gusto a occidente capitalista, porque no solo al imperialismo no le gusta; muchos de nuestros vecinos y otros no tanto, posiblemente por la influencia de la propaganda imperialista, la caracterizan como organización manipulada por el gobierno y su partido.
Así pretenden descalificar a más de 60 mil brigadistas de salud que participan del Modelo Salud Familiar Comunitario (MOSAFC), con el que se atiende la salud de la población.
Lo mismo descalifican a centenares de miles de personas organizadas en los barrios y comunidades rurales por todo el país, que posibilitaron, en los primeros cinco meses de 2020, más de 5 millones de visitas casa por casa, acompañando y apoyando a los equipos de salud, educando, previniendo e informando a la población sobre la pandemia.
Aunque para algunos sea difícil de aceptar, Nicaragua es un modelo de abordaje ejemplar en el continente en la lucha contra el COVID, con menos afectaciones y muertes, sin interrumpir la vida cotidiana, el trabajo, la producción y la educación. Gracias a la organización popular, y a contar con la más importante infraestructura de salud de la región.
La OMS y la Universidad de Oxford colocaron a Nicaragua entre “Los 10 países más seguros para viajar en el mundo”[5], a pesar de las campañas mundiales del imperialismo y quienes le siguen, para desprestigiar la capacidad del sistema de salud de Nicaragua.
La Juventud Sandinista 19 de Julio, con más de 40 años de existencia y centenares de miles de militantes organizados, que se expresan en diferentes organizaciones juveniles ambientales, culturales, deportivas, comunicacionales y solidarias, entre otras[6], es acusada de cualquier cosa, porque no pueden evitar su presencia en la vida nacional.
Igual actitud tienen sobre las organizaciones de vecinos, de mujeres, de productores, de los cooperativistas, campesinos y sindicalistas; de las redes de comunicadores, de emprendedores y de comerciantes.
En ese mismo tipo de organizaciones las ONGs financiadas por EEUU y Europa, gastan millones de dólares anuales, por todo el mundo, para coparlas y ponerlas a su servicio; pero en Nicaragua las rechazan, porque no las pueden copar. Las acusan de fuerzas paramilitares y turbas gubernamentales, y les molesta que se movilicen permanentemente en actividades comunitarias y políticas en defensa del proceso revolucionario.
Les incomoda que el pueblo organizado refrende un proceso de transformaciones cimentado en la sangre de millares de combatientes, brindando homenajes y exigiendo el respeto a su memoria, defendiendo el modelo revolucionario que nos heredaron.
Les molesta que el pueblo permanezca unido a pesar de los intereses particulares de cada sector popular en el proceso revolucionario, de sus diferentes perspectivas sociales, incluso contradicciones, discrepancias y dificultades internas, porque con ello se fortalece un proceso de transformaciones que incomoda al imperialismo por autónomo, independiente y soberano, que además cuestiona su hegemonía.
Y se defiende un modelo revolucionario que ha sido capaz de crear con el pueblo y sus organizaciones, sistemas de salud y educación gratuitas, que, en medio de las limitaciones materiales creadas por la agresión externa, mantienen los esfuerzos por la calidad, la cobertura y la gratuidad, mientras en el resto de países vecinos y del continente se impone como tendencia la privatización de la educación y la salud.
Y no es eso lo único que les molesta a quienes se sienten dueños del mundo y consideran en Nicaragua defectos que no pueden aceptar.
Por ejemplo, Nicaragua, después de Cuba, ha sido el único país que rompió y desarticuló de raíz el poder de la oligarquía local desde 1979, arrancándole el control de los destinos de la patria.
Hoy estos sectores se encuentran políticamente aislados del pueblo, sin capacidad de ser alternativa; pero, apoyados por el imperialismo, pretenden destruir la revolución con una propaganda mediática masiva, que vende imágenes caricaturescas del gobierno, intentando mostrarlo como la continuidad de la vieja dictadura somocista, que fue subordinada al imperialismo y de la que ellos hicieron parte; pero hay también otros sectores minúsculos, que hoy aplauden las decisiones del imperialismo contra nuestro pueblo, que ya tuvieron su medio día de pasado decente, y lo terminaron vendiendo.
En estos días, agrupados en una organización creada en Costa Rica, llamada Monte Verde, se reunieron en EEUU financiados por la NED y la USAID, para recibir orientaciones de lo que EEUU demanda de ellos.
Y ese proceso de desarticular el modelo oligarca, se dio sin eliminar físicamente a la oligarquía. Le sobreviven algunos herederos, que continúan con sus empresas, sin ser hegemónicos, con alguna posibilidad de maniobras económicas, pero sin capacidad para disponer del país a su antojo. Consiguen agrupar a su alrededor algunos seguidores, unos por raíz económica y otros por dominación ideológica, pero cada vez más débiles, y sin capacidad de imponer su ideología y controlar la vida política y económica nacional.
La Iglesia Católica, la misma que bendecía las armas de las tropas invasoras norteamericanas, durante la intervención norteamericana entre 1926 y 1933[7], aliada permanente de la dictadura somocista[8], ha continuado sirviendo de retaguardia a las pretensiones de EEUU de controlar Nicaragua, prestando sus templos y su institucionalidad para esconder armas para desestabilizar el país[9], para canalizar recursos económicos enviados por los EEUU y proteger y encubrir propiedades mal habidas de la oligarquía, escondiéndolas a nombre de la Iglesia Católica[10].
En la región, como un desafío a la unidad centroamericana, hay países donde sus oligarquías, además de políticamente fuertes, son particularmente serviles con las viejas potencias imperiales, y en todos existen castas políticas vinculadas a las viejas oligarquías, que reproducen, con mayor o menor éxito, el modelo de dominación impuesto desde la colonia y preservado por el imperio.
Y algunos de estos gobiernos de la Patria Grande, con tradición de serviles, se suman fácil al concierto imperial contra Nicaragua.
Y lo hacen igual otros gobiernos, que tienen incluso importantes bases militantes de izquierda y progresistas, pero cuyas oligarquías, serviles también al imperio, conservan mucha fuerza, la que les permite influenciar, más de lo que sus bases partidarias quisieran, el discurso democrático de algunos partidos que son gobierno.
La OEA, la misma acusada en la región por conspirar, en estos días, contra los gobiernos de México, Perú, Bolivia, Colombia, ya no digamos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, sirve de parapeto para agredir deshonrosamente, en nombre de la democracia, a Nicaragua. Y sufrimos vergüenza ajena viendo a representantes de países que se manifiestan contra la manipulación de la OEA por los EEUU, agredir a Nicaragua en la misma organización que los agrede.
Vale la pena recordar a quienes se erigen como los árbitros de la democracia, y escogen sus referentes ideológicos para informarse, entre quienes se alinean con el imperialismo, que este mes se cumplen 37 años de Nicaragua haber ganado la demanda a EEUU en la Corte Internacional de Justicia, sin que este país haya cumplido con la sentencia. y sin que estos árbitros democráticos levanten su voz exigiendo el cumplimiento del orden internacional.
Es más fácil unirse al coro imperialista, que exigirle al imperialismo que cumpla con el fallo de la Corte Internacional de Justica.
Posiblemente por lo anterior y por el mal ejemplo que significa, Nicaragua es importante para EEUU y Europa, porque, a pesar de nuestras debilidades estructurales y humanas, nunca les doblamos el espinazo y nos sometimos.
En algunos momentos de la historia nos han ganado un combate, pero nunca nos han derrotado. Un terrible y mal ejemplo que nos convierte en el enemigo a derrotar, y en portada obligada de sus medios fake news.
No hay que olvidar, además, que estamos en el centro del Istmo, pase obligatorio para todos, y que contamos con los recursos acuíferos más importantes de la región, lo que nos ha puesto siempre en una situación geográfica privilegiada, indispensable para la circulación interna y externa de las mercancías con perfil y potencial mundial.
Esta ventaja siempre ha despertado la codicia de las potencias occidentales para someternos. Por este interés nos han agredido y nos agreden. Han tenido sus agentes internos y aún los tienen. Los conservan, los cultivan, los alimentan y los agitan contra el pueblo cuando les conviene, como un misil predador. Pero siguen sin poder someternos.
Nicaragua, de siempre, con distintos énfasis, ha vivido acosada y atacada con saña por el imperialismo y la derecha mundial.
Construimos el futuro en un estado permanente de agresión externa, algunas veces armadas, promoviendo guerras, y en otras con sanciones y medidas coercitivas ilegales e inmorales, con las que pretenden doblegarnos.
A ellas se suman vergonzantes algunos países de la Patria Grande. Y cuesta entender por qué gobiernos que se dicen progresistas, frente a los desafíos y la lucha del pueblo nicaragüense, prefieren alinearse al carro del imperialismo.
El financiamiento occidental, económico y político y casi siempre de los dos, fluye en dirección a cualquiera dispuesto a sumarse contra Nicaragua, y es abundante y pródigo, y busca violentar la legislación nacional para provocar crisis, para poner el foco de la atención internacional en el país, lo que genera heridas, pero no hace retroceder la conciencia nacional.
A las trincheras del pueblo, donde se vive, se trabaja, se estudia y se progresa, no llega la influencia y el eco de los lamentos del imperialismo, y los de un cartel opositor apátrida e insulso, sin propuestas ni futuro, que se alinea con el imperialismo y se abraza a la izquierda anodina, insustancial, la que tiene sus cuarteles en Miami y Madriz, desde donde suspiran y conspiran, intentando provocar lástima, lejos de la solidaridad.
A pesar de todo, enfrentando a diario a las potencias imperialistas occidentales y a países de la Patria Grande, que ni debemos ni queremos enfrentar, Nicaragua se mantiene viva, avanza activa, lúcida, transparente, progresando y en paz, incomodando el sueño monroista de EEUU y el neocolonialismo europeo; y ese, constituye uno de los más grandes logros del pueblo de Nicaragua y su gobierno.
[1] Superficie: 130.370 km2, Población: 6.850.540 (Estimaciones 2023).
[2] 09.10.2015. FAO reconoce avances de Nicaragua en seguridad alimentaria.
21.04.2013. La FAO reconoce la labor de Nicaragua en la lucha contra el hambre. https://www.fao.org/news/story/es/item/175032/icode/.
[3] Índice Gini. Banco Mundial. https://datos.bancomundial.org/indicator/SI.POV.GINI
[4] World Economic Forum. Global Gender Gap Report 2022 Insight Report july 2022. https://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2022.pdf
[5] “Los 10 países más seguros para viajar en el mundo” Forbes Centroamérica 11 mayo, 2021. https://www.larepublica.net/noticia/nicaragua-el-pais-mas-seguro-para-viajar-en-la-region-pese-al-covid-19-estudio
[6] Organizaciones de perfil nacional como el Movimiento Ambientalista Guardabarranco, el Movimiento Cultural Leonel Rugama, el Movimiento Deportivo Alexis Arguello, La Promotoría Solidaria, La Federación de Estudiantes de Secundaria, la Red de Jóvenes Comunicadores y las Brigadas de Médicos Sandinistas.
[7] Rompiendo Cadenas. Vicente Saenz. Las del Imperialismo Norteamericano en Centroamerica.. CIADE, MEXICO DF 1933.
https://books.google.com.pa/books/about/Rompiendo_cadenas.html?id=kINnAAAAMAAJ&redir_esc=y
[8] La Iglesia católica y su participación política en Nicaragua (1960-1979). Contribuciones desde Coatepec, núm. 12, 2007, pp. 85-105 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México. Juan Monroy García Profesor, Facultad de Humanidades. file:///C:/Users/User/Downloads/28101205%20(1).pdf. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28101205
[9] 05.agosto.2022. Cura nicaragüense es desarticulado en nuevo intento desestabilizador. Se tuvieron que cerrar seis emisoras de radio y dos canales de televisión desde donde se incitaba al odio y a la violencia. Estos medios inscritos para información religiosa para “divulgar la palabra de Dios”, eran propiedad del obispo Rolando Álvarez. https://cuadernosandinista.com/2022/08/23/cura-nicaraguense-es-desarticulado-en-nuevo-intento-desestabilizador/
[10] Explota al fin la bomba de una Iglesia somocista en la Nicaragua sandinista. Religión Digital. Benjamín Forcano y José M. Torres. Junio 2023. Los datos, rigurosamente contrastados, son innegables y muestran una Iglesia cómplice, muy ajena al Evangelio: en varias diócesis se encontraron sacos que contenían dólares. Millones de dólares corrían por cuentas diocesanas a nombre de sacerdotes y obispos. Millones de dólares entraron ilegalmente con destino a actividades terroristas y de lucro personal. El Estado impuso el bloqueo a estas cuentas al igual que a la transferencia de tierras y bienes inmuebles a nombre de obispos y sacerdotes. https://www.religiondigital.org/opinion/Explota-Iglesia-somocista-Nicaragua-sandinista_0_2567143288.html 08.06.2023
Fuente: Revista Soberanía