Escrito por Alonso.
Paz verdadera, construida desde la lucha popular, forjada en el fuego de la conciencia de las masas trabajadoras y campesinas que por décadas, siglos, derramaron preciosa sangre para conquistar nuestro presente, encargarnos el futuro.
Precedentes de guerra e invasiones en Nicaragua
Es Nicaragua una tierra bendita, hoy más que antes, pues el antes estuvo marcado por la destrucción, las guerras, la ignominia.
En 1847 nos atacaban los británicos, fondeando el puerto de San Juan de Nicaragua, en 1854 el bombardero Yankee Cyane, destruyendo San Juan del Norte, en 1855 nos invadían los filibusteros; de este modo, yankees y británicos en sus deseos de expansión, mantenían un estado de guerra continua contra nuestro pueblo.
Tal destrucción dantesca yacía en la tierra nuestra, que la gente comentaba: «Por allá vienen los yanques, con cotona colorada, gritando ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Hurra! En Granada ya no hay nada».
Llegaría un nuevo siglo (sin olvidar las batallas internas fomentadas por la casa blanca y sus secuaces vende patrias, durante todo el siglo 19), y con este, nuevas amenazas a nuestra soberanía.
En 1907, el gobierno Yankee ocuparía el golfo de Fonseca, en clara disposición de guerra contra Nicaragua, cumpliendo tal deseo para 1912, con el desembarco de tropas de marines en Corinto.
Luego de 13 años de dominio, violencia, abusos y muerte, terminarían saliendo, pero no en realidad, dejando atrás la guerra fraticida entre liberales y conservadores, por la cual terminarían invadiendo nuevamente nuestras tierras en 1926.
Le tomaría 6 años a los bravos hombres y mujeres Sandinistas expulsar al enemigo, seis más de muerte, decadencia y atraso, pues la guerra es eso, retroceso económico, social y cultural.
Tiempos de guerra para alcanzar la paz
Tras la traición y asesinato del General Sandino en 1934, el pueblo de Nicaragua fue engañado con una falsa paz, pues, no habría tal cosa, mientras la guerra continuara con la lucha por la supervivencia frente a un sistema semi feudal asesino, contra la guardia nacional, los terratenientes y sus esbirros.
Los movimientos libertadores que iniciaron en la década de los 50 a combatir con fuego la maldad, sufrieron toda la crueldad del dictador, desde las epopeyas de Raití-Bocay y El Chaparral, Nicaragua mantenía su estado combativo, siempre con la esperanza de un futuro en paz.
No fue sino hasta 1961, con el nacimiento del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que el pueblo, ahora organizado bajo una vanguardia, tendría la definitiva posibilidad de alcanzar el sueño de la libertad y tranquilidad.
Siglos de luchas que alcanzarían su gloriosa cúspide histórica el 19 de Julio de 1979, dejando a su paso centenares de miles de muertos, montañas y ciudades teñidas de sangre, en una contienda que el gran invasor se negaría a terminar.
Aún cuando las masas gritaron al mundo, queremos paz, trabajar y progresar, el enemigo nos impondría 10 años más de guerra, donde abonarían su sangre pura las flores más rojas de nuestra patria, continuando una obra majestuosa por el futuro.
Nuevas victorias, alcanzamos la paz
El pueblo no se rindió, el Frente Sandinista no se entregó, nuestro Comandante continuó, a pesar de las traiciones de cobardes y perder el poder político, Nicaragua estaba cada vez más cerca de uno de sus objetivos.
Así, tras dieciséis años en oposición, con la guía imperecedera de Daniel Ortega, el pueblo trabajador lograría nuevamente el poder, llegando una década de esfuerzos que desde 2007 nos brindarían los más grandes avances que este país jamás imaginó.
La dignidad se hizo realidad, en escuelas, hospitales, carreteras, hogares y trabajo; proyectos populares que le dolieron al enemigo, tan profundamente que un golpe de estado contra nuestro gobierno fue planificado durante años.
Y la vergüenza se hizo material cuando el 18 de Abril de 2018, la burguesía tradicional en Nicaragua (Chamorros, Pellas, Lacayos, Pallais, etc.) en alianza con el imperialismo yankee, así como elementos reclutados y preparados por la CIA, con el apoyo financiero de USAID, ejecutaron su plan, de intento de golpe, pero aún más que eso, de intento de exterminio, de genocidio.
Durante 3 meses, el pueblo de Nicaragua sufrió los fantasmas de un oscuro pasado, de violencia, muerte y destrucción, donde lo ilegal ante los ojos criminales de los opositores era ser Sandinista, y perdimos 200 camaradas, héroes de la patria, torturados, vilipendiados y exterminados físicamente, solo por pensar diferente, como seres humanos.
Más el enemigo siempre calcula mal, y no se entera de nada, aún no comprende que aniquilando nuestra carne, solo nos convierte en ideales inmortales, transformando nuestros 200 en miles de nuevos Sandinistas.
Pero Nicaragua venció, una vez más, demostrando que amamos la paz, y a la vez, la defendemos, pues, no habrá tranquilidad, si no hay defensa; los tranques fueron destruidos por los héroes de la brigada de la paz y Nicaragua volvió a brillar.
Paz, sinónimo de revolución
No se trata de predicar la paz abstractamente, sino de construirla bajo un modelo revolucionario, claro, la violencia nunca ha sido el camino elegido por nosotros, sino el impuesto por los opresores, esos mismos que hoy en día yacen en el extranjero o en la cárcel.
Y la violencia no es productiva para una revolución, únicamente con paz se puede avanzar, trabajar, fortalecer nuestros medios de producción, industrializar el país, construir más puentes, carreteras, hospitales, escuelas, estadios, puertos, parques y casas para los trabajadores.
Sin paz, hay retroceso, no hay revolución, es la paz el elemento fundamental en la construcción económica de nuestra nación y modelo, aunque los enemigos de la derecha deseen la guerra, aunque los infantiles de la ultra izquierda también deseen el desorden.
Nicaragua ha de avanzar, siempre combativa, cariñosa, endurecidos por nuestra historia pero sin jamás perder la ternura; unidad y paz, trabajo para las masas, solo de esta manera le entregaremos a las nuevas generaciones, las bases necesarias para que estás continúen la construcción de la revolución.
«Este pueblo gracias a Dios tiene la fortaleza de librar las más grande batallas, enfrentar los mayores desafíos y alcanzar la paz; como esa paz que hemos logrado reconquistar después de abril; esta paz de la que estamos gozando ahora que salieron los golpistas, los mercenarios, bueno respiramos más paz en Nicaragua, gracias a Dios» – Comandante Daniel Ortega.
Y que sepa el Yankee terrorista, que aquí hay un pueblo digno, de hijos de Sandino, de mujeres y hombres valientes que nunca se rendirán, que sepa el Yankee que ¡No pudieron! ¡Ni podrán! Porque somos un pueblo de Patria Libre o Morir.
Referencias:
[1] IES, Pensamiento antiimperialista en Nicaragua. Antología. Editorial Nueva Nicaragua, 1982.
[2]https://diariobarricada.com/2023/02/09/comandante-daniel-ortega-ahora-que-salieron-los-golpistas-respiramos-mas-paz-en-nicaragua/