Desde el inicio de su lucha nacionalista, antiimperialista y latinoamericano-caribeña, Augusto C. Sandino percibió nítidamente la necesidad de una efectiva política de comunicación, no sólo para romper el cerco militar impuesto por el invasor yanqui, sino principalmente para llevar su mensaje libertario a todos los confines del mundo de la época, con especial énfasis en América Latina y el Caribe.
Sobre la Costa Caribe de Nicaragua, el General Augusto C. Sandino declara el 10 de marzo de 1933 [1]:
– Es evidente – dijo el general – que esta obra es muy difícil, pero con sólo lograr inculcarles ilusiones, esperanzas y las nociones más elementales de moral y de higiene, lograría un verdadero triunfo. Son millares y millares de indios entre zumos, zambos, miskitos y caribes los que hay en esta Costa Atlántica de Nicaragua y las cuencas de sus ríos. Aunque desde luego no existe ningún censo oficial, con la ayuda del coronel Rivera he logrado estimar que conjuntamente exceden de cien mil.
-En mi guerra me tocó venir aquí y me di cuenta de nuestra realidad, porque esto también es Nicaragua y me hice el firme propósito de que en cuanto terminara la guerra de independencia, en vez de aceptar las buenas invitaciones que tengo a París, Buenos Aires y México, dónde sólo iría a exhibirme como artista de cine, contante de tangos, político o embajador de vitrina, me quedaría aquí en el río Coco. La parte más salvaje, pero más bella de nuestra patria. A libertarla de la barbarie, en que la tiene sumida la explotación, feudo-colonial primero y ahora capitalista. Para hacer lo posible por civilizar a estos pobres indios que son el tuétano de nuestra raza. Y como usted puede apreciar, ya está principiando a fructificar mi obra. Ojalá lograra yo al menos dejar esta obra bien iniciada, para que nuestras futuras generaciones y gobiernos se ocupen de este problema que es fundamental para el desarrollo económico y moral de Nicaragua. Esta región virgen comprende mucho más de la mitad de todo el territorio nacional y solamente civilizándola se puede hacer de Nicaragua un país digno y respetado.
-Román, óigame bien usted que está joven, óigame estas palabras porque pueden resultar proféticas: de aquí no saldré. Sé que por estas ideas me matarán ¡no los marinos, sino los nicaragüenses! Lo sé pero no me importa, porque ese es mi destino, el mismo que me trajo aquí. Por lo menos dejaré la semilla sembrada y algún día fructificará.
….
-Tome muy en cuenta, que aunque sin duda alguna son los marinos los que han causado todo este daño y destrucción para el efecto de un resultado práctico, todos los nicaragüenses debemos compartir la responsabilidad de la reconstrucción. Personalmente me siento obligado, porque todo aquél que inicia una guerra, por justa que sea como lo fue la mía, forzosamente se involucra en las consecuencias de la misma.
-Con el retiro de los marinos norteamericanos de Nicaragua, la firma del tratado de paz del dos de febrero pasado y el doctor Juan Bautista Sacasa en la presidencia, el «interior» de Nicaragua tiene un brillante futuro. En cambio esta región, por obvias razones, siempre ha estado abandonada de nuestros gobiernos. ¿Si yo no asumo la responsabilidad de iniciar su incorporación a la vida nacional, quién la asumirá?
Es entonces, hasta el triunfo de la Revolución Popular Sandinista que el Frente Sandinista de Liberación Nacional, retomando el pensamiento vivo del General Sandino, establece en su Programa Histórico [2]:
«La Revolución Popular Sandinista pondrá en práctica un plan especial a favor de la Costa Atlántica (hoy Costa Caribe), sumida en el máximo abandono, para incorporarla a la vida de la nación.
Sandino, creador de todo, visionario universal del futuro de nuestra Nicaragua siempre libre y soberana.
Referencias:
[1] José Román. «Augusto C. Sandino. Entrevistas-reportajes – Maldito País». Aldilá y Cía Ltda. pp. 271 – 273