El exministro fue detenido en el aeropuerto internacional de Brasilia cuando llegaba de Miami, según confirmaron sus abogados a la prensa. Torres era secretario de seguridad del distrito federal de Brasilia cuando miles de partidarios radicales de Bolsonaro invadieron y destrozaron el 8 de enero las sedes del Congreso, el Tribunal Supremo y la Presidencia.
La orden de arresto contra el exfuncionario fue expedida por Alexandre de Moraes, magistrado de la Corte Suprema, por «presunta omisión», y confirmada en pleno por los miembros del máximo Tribunal de Justicia. Al conocer la decisión del magistrado, Torres aseguró que volverá al país para entregarse a la justicia y demostrar su inocencia, agregó que había un plan de respaldo en caso de violencia en las marchas bolsonaristas.
«Creo en la justicia brasileña y en el poder de las instituciones. Confío en que la verdad prevalecerá», afirmó en sus redes sociales.
Más temprano, el ministro de Justicia, Flavio Dino, prometió que si Torres no regresaba a Brasil antes del 16 de enero, el Gobierno reclamaría su extradición.
En el armario del exministro Torres fue encontrado el proyecto de un decreto para anular los resultados de las elecciones presidenciales. Este decreto establece la institución del Estado de Defensa y la creación de una Comisión supervisada por el Gobierno de Jair Bolsonaro, que tiene entre sus funciones «verificar la conformidad y legalidad del proceso electoral».
La cláusula solo se activa cuando «el orden público o la paz social» se ven «amenazados por una grave e inminente inestabilidad institucional», aunque el medio señala que este documento fue redactado después de las elecciones por lo que sería inconstitucional.
El pasado 8 de enero, cientos de bolsonaristas que se niegan a aceptar la derrota de su líder en las últimas elecciones presidenciales invadieron las sedes del Congreso Nacional, la Presidencia y el Tribunal Supremo, reclamando una intervención militar para derrocar al Gobierno electo que asumió sus funciones el 1 de enero.
La multitud violentó las barricadas de seguridad, atacaron a los efectivos de seguridad, rompieron puertas y ventanas, además ocuparon parte del edificio y los techos del Palacio de Planalto. En la noche del 8 de enero, la Policía consiguió retomar el control de los edificios.
Tras el ataque, Lula da Silva anunció la intervención del distrito federal hasta el 31 de enero, afirmando que lo ocurrido fue a causa de la «incompetencia y mala fe» de quienes tenían que velar por la seguridad de la jurisdicción. La intervención se limitará a aspectos vinculados a la seguridad.
Fuente: Sputnik News
Es sabido que el mundo está manipulado, por grandes corporaciones, que los dueños de las mismas son tres familias billonarias. Que siempre joden y joden. Pensando seriamente nuestros gobernantes les faltan huevos para decir no. Ya estoy arta de estas matices. No dejan crecer nuestros países.