Buenas noches, Queridos familiares, buenas noches a todos ustedes, madres, padres, herman@s, espos@s, hij@s, de estos Jóvenes que tienen la Riqueza de la Dignidad, del Amor a la Patria, del Servicio a la Comunidad. Son muchachos, jóvenes de Familias trabajadoras, de Familias humildes, dispuestos a entregarse de lleno en la defensa, en la seguridad de todas las Familias nicaragüenses.
Para ustedes, queridos Familiares de estos jóvenes que hoy se gradúan, nuestro reconocimiento. Y le damos las Gracias a Dios, que ustedes han formado muchachos, muchachas, dispuestos a amar al prójimo como a uno mismo.
Querid@s Herman@s nicaragüenses; Queridas Familias nicaragüenses; Querida Compañera Rosario, Vicepresidenta de la República; Querido Compañero Francisco Javier Díaz Madriz, Primer Comisionado General, Director de la Policía Nacional; Querido General de Ejército Julio César Avilés Castillo, Comandante en Jefe de nuestro Ejército.
Querido Hermano Comisionado General Horacio Sebastián Rocha López, Ministro Asesor para Asuntos de Seguridad de la Presidencia de la República; Querido Comisionado General Zhukov Serrano Pérez. Zhukov hizo estudios especializados en la Federación Rusa, en Rusia, 2 años, y seguramente aprendiste el ruso ahí también; y lleva nombre ruso, del Mariscal Zhukov, sí, sé que tu padre le tenía una gran admiración al Mariscal Zhukov, un Héroe.
Y está nuestro Querido Hermano, Héroe, que puso a prueba con los Compañeros que estaban en ese Comando en Masaya, puso a prueba lo que es la disciplina. Porque no es fácil estar en un Cuartel, estar armado, con suficientes armas y personal como para barrer con quienes atacaban todos los días ese Cuartel, alentados por los que no tienen ningún Amor a Dios, alentados por los Caínes y atacando todos los días.
Y nos comunicábamos con el General Díaz y me comunicaba también con él, insistiéndoles: ¡No disparen! ¡Hay que aguantar! ¡Hay que aguantar! Esa es una orden difícil de cumplir, y aquí la Policía dio una muestra de disciplina, y todo para evitar una mayor tragedia de la que ya estaban provocando los terroristas.
Pensaban que la Policía estaba vencida, y los ataques eran en diferentes Cuarteles, todos los días, y salían de algunos Templos, no de todos los Templos, pero sí de algunos Templos donde estaban los fariseos, los sepulcros blanqueados, de esos Templos salían, y hubo Departamentos donde incluso abiertamente salieron algunos Curas, con la sotana, manipulando a los Santos, para llamar al derramamiento de sangre, y en otros sitios incluso algunos Obispos.
Esos Curas, esos Obispos, y lo digo como cristiano, yo me formé en una Familia católica, cristiana, pero aprendí con el paso del tiempo, que, al final de cuentas, detrás de una sotana está un Ser Humano, la sotana no hace santo a nadie, el hábito no hace al monge; un Principio.
Desde niño tuve siempre una gran fé, una gran admiración, un gran respeto a Cristo. Cristo fue mi primera inspiración para luchar por los pobres, porque en Cristo yo veía al Hijo de Dios, que había bajado a la Tierra a luchar por los pobres, no por los ricos, no por los capitalistas, no por el Imperio Romano, que es lo que equivale al Imperio yanqui en estos tiempos, y no podía confiar en los Sacerdotes. Habían algunos Sacerdotes que les tenía respeto, cariño, a otros no podía tenerles respeto ni cariño, por su actitud.
Y fíjense, la cúpula de la Iglesia Católica en Nicaragua, la cúpula, los Obispos, todos eran somocistas, predicaban el Somocismo, en Nombre de Dios santificaban al Somocismo… ¡Sí, eran Somocistas! Y la mayor vergüenza, cuando las tropas yanquis en una de las tantas intervenciones en nuestro País, se formaban y ponían los fusiles ahí cruzados, y las tropas aquí formadas, los fusiles ahí en ramos, unos junto a otros los fusiles, en racimos digamos, entonces apareció el Señor Arzobispo, el primer Obispo que tuvo este País, Monseñor José Antonio Lezcano y Ortega, a bendecir a las tropas yanquis y a bendecir las armas. ¡Cómo se le puede llamar cristiano a alguien que actúa de esa manera!
Y yo me avergonzaba porque él venía siendo tío de mi padre y por lo tanto tío-abuelo nuestro. Bueno, era el Obispo, pero no podía respetarlo como Autoridad Religiosa, no podía ver en él la Palabra de Cristo, por mucho que hablaran en Nombre de Cristo, sencillamente estaban blasfemando cada vez que hablaban en el Nombre de Cristo.
Y crecí así, estudiando en Colegios católicos, sí, estudié en Colegios católicos, donde nos hablaban de las maravillas del Presidente Somoza, nos hablaban maravillas del Gobierno, nos hablaban maravillas de los yanquis, que tenían intervenido nuestros País; donde eran incapaces de condenar los crímenes que se cometían en contra de nuestro Pueblo durante todo ese período, mucho menos que hubiesen tenido el valor de condenar el asesinato del General de Hombres Libres, Augusto Calderón Sandino, más bien lo aplaudieron, esos crímenes los aplaudían ellos.
Recuerdo, en los funerales del dictador Somoza, en los funerales de Somoza, ejecutado por el Héroe Rigoberto López Pérez, recuerdo que estábamos curioseando el paso del funeral, y allí los Señores Obispos enterrando al dictador con Honores de Príncipe de la Iglesia… ¡Imagínense, a un tirano, a un asesino lo enterraron con Honores de Príncipe de la Iglesia!
Entonces, qué respeto podía tener, yo nunca les tuve respeto a los Obispos, no podía creer en los Obispos; con algunos Sacerdotes sí había acercamiento, eran la excepción los Sacerdotes que tenían una práctica cristiana, como Gaspar García Laviana, que sin ser nicaragüense tuvo más compromiso con el Pueblo, con los pobres, con los campesinos, con la Dignidad de esta Tierra agredida, que la mayoría de los Curas y Obispos de Nicaragua. ¡Gaspar fue la excepción!
Y conocimos a Gaspar, él venía de una región minera en España, Asturias, de ahí vino como Sacerdote, pero a Gaspar no le hacía falta la sotana para actuar como cristiano, y anduvo predicando y recorriendo las Comunidades en el Departamento de Rivas, visitando a los campesinos, y ahí se fue encontrando con unos jóvenes, con unos muchachos sandinistas, y se identificó con ellos, se identificó con Camilo, Camilo mi hermano que en ese momento estaba clandestino allá en el Departamento de Granada y se movía en la zona de Rivas; entonces ahí Gaspar protegiéndolo, y oficiando siempre y predicando el Evangelio. ¡Un Sacerdote de verdad, un cristiano consecuente!
Luego, en la medida que él va viendo y va viviendo la angustia, el dolor, la tragedia de los campesinos, nosotros leemos los poemas de Gaspar y están dedicados en la mayor parte a los campesinos, cómo denuncia las condiciones en que vivían los campesinos, cómo les robaban las tierras, cómo los sobreexplotaban, cómo los humillaban, cómo los ultrajaban… Todo eso lo vio y lo describió Gaspar en sus poemas.
Y llegó un momento en que tomó la decisión que lo llevó a ofrecer su Vida por el Pueblo nicaragüense, a ofrecer su Vida por los campesinos, y se incorporó al Frente Sandinista, e hizo una carta pública en la que él explicaba la razón como cristiano, el asumía esa actitud como cristiano, la asumía, y entregó su Vida, pero siguió viviendo en la conciencia y en el corazón del pueblo, y en las batallas que seguíamos librando hasta la Victoria. Y Gaspar estuvo presente el 19 de Julio acompañándonos desde ese otro Plano de Vida, donde estoy seguro que está ahí siempre bajo la protección de Dios.
Y hoy, Ustedes, Queridos Cadetes, le están dedicando esta Promoción a Gaspar, y estoy seguro que Gaspar nos está viendo, nos está escuchando, y que se siente contento de ver a esta Juventud dedicándole esta Promoción.
Bueno, nos acompaña aquí también la Compañera María Amelia Coronel Kinloch, Ministra de Gobernación; el Comisionado General Jorge Cairo Guevara Cajina, Director de la Academia de la Policía “Walter Mendoza Martínez”.
También nos acompañan el Comisionado General Aldo Martín Sáenz Ulloa, Subdirector General de la Policía Nacional; el Comisionado General Jaime Antonio Vanegas Vega, Inspector General de la Policía Nacional; el General de Brigada Spiro José Bassi Aguilar, Segundo Jefe del Estado Mayor General del Ejército de Nicaragua… ¡Cuánto gusto, General! Ya mejor, ¿verdad? El Mayor General Marvin Elías Corrales Rodríguez, Inspector del Ejército de Nicaragua.
La Compañera Ramona Rodríguez Pérez, Presidenta del Consejo Nacional de Universidades; la Doctora Maribel Duriez González, Presidenta del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación; los Miembros del Consejo Nacional de la Policía Nacional; los Miembros del Consejo Militar del Ejército de Nicaragua.
Nos acompañan también, el Teniente Coronel Ernesto Martínez Gelado, Agregado Militar Naval y Aéreo de la Embajada de la República de Cuba… ¡Bienvenido, General! El Comisionado José Luis Mancía Valle, Agregado Policial de la Embajada de la República de El Salvador.
El Coronel Oleg Surov, Director del Centro de Capacitación Especializada del Ministerio del Interior de la Federación Rusa en Nicaragua. Ellos han hecho un gran trabajo aquí, para toda la región y más allá. Este Centro es para formar, capacitar, para proteger a las Familias, para proteger al Pueblo. Gracias, Coronel.
El Coronel de Policía Gulyaev Gorli, Jefe de Logística del Centro de Capacitación Especializada del Ministerio del Interior de la Federación Rusa en Nicaragua. Y el Coronel de Policía Yirin Aleksei, del Centro de Capitación Especializada del Ministerio del Interior de la Federación Rusa en Nicaragua.
Saludamos a todos los Hermanos, Hermanas, que nos acompañan en este Acto de Graduación.
Hemos felicitado a los Primeros Expedientes, a Natán Misael Romero Ulloa, a Walter José González y a Johana Ivette Chavarría Chavarría. Felicitamos a sus Familias, así como felicitamos a la Familia de todos los Jóvenes que se están graduando.
Vamos ahora a cumplir con la Promesa de Ley. Queridos Jóvenes, ¿prometen ante Dios, ante la Patria, ante el Pueblo y las Familias nicaragüenses, ante nuestros Héroes y Mártires, respetar la Constitución, las Leyes, los Derechos y las Libertades del Pueblo, y cumplir fielmente las Misiones encomendadas bajo los Principios fundamentales de actuación de la Policía Nacional, para defender la Paz, la Seguridad y la Estabilidad de nuestra Nación, revestidos todos por el Lema de: Honor, Seguridad, Servicio? ¡Sí, Prometo! Si así lo hacen, que la Patria y el Pueblo se los reconozcan, porque ustedes estarán defendiendo la Soberanía de la Nación, si no, que ellos se lo demanden.
En este día decimos: Gaspar García Laviana aquí estás presente… Padre, Comandante Guerrillero Gaspar García Laviana, aquí está tu pensamiento en todos y cada uno de estos Jóvenes. ¿Qué nos dice Gaspar en uno de esos pensamientos? “Mi contribución efectiva en este proceso, es un signo de solidaridad cristiana con los oprimidos y con aquellos que luchan por liberarlos”.
¡Que Viva el Comandante Gaspar García Laviana!
¡Que Viva el Padre y Comandante Guerrillero Gaspar García Laviana!
¡Que Viva su Pensamiento!
¡Que Viva su Ejemplo!
¡Que Viva la Policía Nacional!
¡Y Que Vivan los Cadetes que se están graduando el día de hoy!
¡Sandino Vive, la Lucha Sigue!
¡Patria Libre o Morir!
¡Que Viva la Paz!
¡Y Que Viva Nicaragua, Bendita y Siempre Libre!
Fuente: 19 Digital