Escrito por Redacción Central
La movilización popular en defensa de Pedro puede alcanzar niveles imprevistos. Inclusive, de mantenerse el nivel de agitación en las calles de los últimos días, puede provocar desequilibrios políticos, oscilaciones de las esferas del poder, más que cambios radicales en el sistema político peruano.
Se ve difícil, aún, una derrota fatal para las fuerzas de la derecha peruana.
No hay liderazgo, fuerzas de vanguardia capaces de ocupar el lugar de esa oligarquía conservadora, corrupta, clientelista y sumisa al poder imperialista.
La pequeña burguesía urbana, que representa al pequeño y mediano capital (sobre todo comercial y de servicios, aunque no exclusivo), a la intelectualidad política, cultural, académica; a la élite de los funcionarios públicos y los pequeños terratenientes, puede, en la crisis, encontrar espacios para proyectarse como alternativa nacional.
Es posible que logre pescar en este río revuelto; pero, lo que parece más creíble, lo que pueda esperarse, es que sirva de cama para, en el medio plazo, con algunas reformas de por medio, lograr algún tipo de reestructuración del modelo de dominación del capital y la oligarquía.
No es claro el papel del campo, de lo rural; de los campesinos, los obreros agrícolas y los indígenas. No parecen tener capacidad de convertirse en un sector más refractario al capital y a la oligarquía (que se entrelazan pero que tienen diferencias y contradicciones); no parecen menos susceptible a los mecanismos de control del capital, o que puedan escaparse más fácilmente al control hegemónico como el ejercicio de la acción de dominación.
La ruralidad no se muestra más más refractaria al control del capital y la oligarquía. Tampoco es evidente que los mecanismos de control del medio urbano, usados en el medio rural, los haga más abiertos a rebelarse.
No olvidemos que el capital oligárquico es moderno en el área urbana y extensivo en el área rural, y maneja diferentes estrategias de dominación en los dos espacios.
Llama más la atención, en la movilización en defensa de Pedro, el de las periferias urbanas, que no son más que grandes masas de obreros desempleados, sin calificación, los hace todo, los sin estudios, sin futuro, los que viven lejos, en los cerros, en los lugares infectados (en el sentido ecológico y social), donde vivir es una aventura. Muchísimos de ellos, con un pasado campesino, o por lo menos rural, cercano.
No hay que olvidar que en las grandes revoluciones fueron ellos quienes le quebraron la espina dorsal al capital, los que presionaron por las confiscaciones, por matar (físicamente y como clase) al capital, al capitalista, al oligarca.
Son difíciles de organizar y dirigir en el proceso de lucha, pero no imposible. En el poder, se encarrilan más fácil. Recordemos las grandes revoluciones mundiales triunfantes, incluidas las de liberación nacional y socialistas.
En el caso del Perú, no se ve claro que existan organizaciones que los puedan dirigir.
Totalmente de acuerdo mi estimado la oligarquía está bien asentada pero el pueblo se está cansando de sus fechorías y del entreguismo a las trasnacionales imperiales.