El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, agradeció la presencia de Maduro, Ortega y Arce, “líderes de la resistencia heroica de nuestra América”, y de los líderes del Caricom tras su grata acogida en días recientes.
Felicitó al primer ministro Roosevelt Skerrit por la victoria en las elecciones generales celebradas el pasado 6 de diciembre.
Agradeció las palabras de reconocimiento al legado de los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez y también las palabras dedicadas a nuestra Revolución y a nuestro pueblo.
Recordó la creación de este mecanismo de integración por Fidel y Chávez, quienes “nos unieron en una verdadera alianza solidaria”.
A 18 años de su fundación, dijo, la Alianza no solo puede dar prueba de su necesidad, sino también de su valor como mecanismo de integración, al unir voluntades alrededor de la solidaridad, la complementariedad y la cooperación.
El presidente cubano rememoró las históricas misiones Milagro y Yo sí puedo, ejemplos, sin precedentes en la región, que devolvieron la visión y alfabetizaron a millones de habitantes en nuestra América.
“El ALBA fue el bloque de integración regional que más rápido mostró resultados concretos de beneficio para sus pueblos de todos los bloques que existen en el mundo”, dijo.
Actualmente, prosiguió, América Latina y el Caribe enfrenta una nueva encrucijada para sus destinos, que no puede ser encarada sin la cooperación y la unidad. “La región más afectada por la pandemia de la COVID-19 continúa siendo la más desigual, sufre los efectos del injusto orden económico internacional y hasta los embates de la grave situación creada en otro continente”.
El presidente también señaló los efectos de la creciente inflación, que en varios países ha alcanzado los niveles más altos de los últimos años. “El acceso a recursos financieros se ha vuelto más difícil y costoso. Aumentó la tensión sobre los presupuestos y se mantiene la agobiante presión de la deuda externa”.
En este contexto, tiene lugar un avance de fuerzas políticas que se proponen implementar políticas orientadas al desarrollo social y la integración de nuestros países. “Ese avance es el resultado de las luchas sociales y populares para buscar satisfacer las demandas ciudadanas de transformaciones profundas y urgentes de las políticas precedentes que llevaron a grandes masas a la incertidumbre.
Alarmados por ese avance, el imperialismo y sus aliados -indicó- han acelerado el acoso a candidatos de izquierda, conducen y estimulan procesos judiciales políticamente motivados contra estos. En este sentido, reiteró el respaldo a la vicepresidenta Argentina, Cristina Fernández, a quien envió un cálido abrazo.
Agregó que el imperialismo y las oligarquías acuden permanentemente a la desinformación y la manipulación de la realidad latinoamericana y caribeña, a través de los medios tradicionales de comunicación y las redes digitales que controlan.
Díaz-Canel explicó que esas oligarquías, sin esconderse, se agrupan para apoyar a políticos y candidatos con programas de orientación fascista y declaran su voluntad de impedir a toda costa el triunfo electoral de la izquierda.
“Mientras en la región se retoman los caminos de la justicia social y la integración, los Estados Unidos reactivan la doctrina Monroe, próxima a cumplir 200 años de su proclamación”.
Dijo que estos son pretextos que se han utilizado para justificar invasiones, golpes de Estados y presiones económicas a los países durante diversos períodos.
“Ahora intentan limitar la soberanía y, como siempre, imponer el dominio sobre nuestros destinos”, indicó y agregó que esas realidades hacen más necesario el impulso a la integración y la cooperación, en la que el ALBA-TCP desempeña un papel clave al probarse como un exitoso foro de concertación.
En ese sentido, llamó a fortalecer ese legado. “Es nuestro deber y debe ser también nuestro desvelo”.
Recordó que este año Cuba recibió el apoyo de 185 Estados del mundo en su lucha contra el bloqueo impuesto a su pueblo por el Gobierno de los Estados Unidos por más de 60 años. Igualmente crece el reclamo de que excluya a Cuba de la arbitraria lista estadounidense de Estados patrocinadores del terrorismo. “Son estas, posiciones que agradecemos profundamente”.
Díaz-Canel reiteró el apoyo al presidente Nicolás Maduro Moros y a la unión cívico militar que lidera, y saludó los avances del Gobierno Bolivariano y chavista a favor de devolverle a Venezuela los recursos financieros y ecológicos que han sido usurpados.
“La perseverancia, la dignidad y la valentía del pueblo venezolano frente a los continuos ataques en su contra, quedarán en la historia como otro ejemplo de que sí se puede”.
Rechazó los ataques y medidas coercitivas contra Nicaragua y reafirmó el apoyo solidario y fraterno al Estado Plurinacional de Bolivia y a su presidente Luis Arce, quien ha tenido que enfrentar intentos desestabilizadores de la oposición fascista boliviana.
“Nuestros países tienen mucho que compartir en la construcción de una ruta económica y social propia y beneficiosa para todos. Sigamos uniendo voluntades políticas para rebasar el ámbito declarativo y concretar proyectos con realismo y determinación, como hicieron antes incluso de nombrarlo los inolvidables líderes de nuestras tierras”, subrayó Díaz-Canel.
El presidente cubano dijo que el 2023 será un año de lucha y de esperanzas. “De nosotros depende que sea también un año de avances y de victorias. Con el tesón, la perseverancia y la creatividad natural de nuestros pueblos singulares y resistentes, podemos lograrlo por estos 18 años de concertación e integración solidaria. Por Fidel y por Chávez, por los padres fundadores de América Latina y el Caribe, trabajemos por un ALBA más unida, solidaria y digna”, concluyó.
Un mecanismo de solidaridad
Este miércoles se efectuará la XXII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno ALBA-TCP en el Palacio de la Revolución, donde intercambiarán sobre los avances y retos en beneficio de las naciones.
La XXI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), se celebró también en La Habana, el pasado mes de mayo.
La declaración final de ese encuentro ratificó el compromiso de las naciones miembros con el fortalecimiento del ALBA-TCP como instrumento de unión de nuestros pueblos, sustentado en los principios de solidaridad, justicia social, cooperación y complementariedad económica; con la genuina integración regional liderada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y con los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Asimismo, los Estados miembros reafirman su apoyo al multilateralismo como principal instrumento para enfrentar los multifacéticos y complejos desafíos globales a través de una acción colectiva, y denuncian las pretensiones de dominación imperialista sobre los pueblos de América Latina y el Caribe, para mantener dividida a la región en función de sus intereses hegemónicos.
ALBA-TCP está conformada actualmente por 10 países: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, y Santa Lucía.
Fundado en la capital cubana el 14 de diciembre de 2004 por los líderes Fidel Castro y Hugo Chávez, el mecanismo de integración pone énfasis en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación. Una alianza política, económica y social en defensa de la independencia, la autodeterminación y la identidad de los pueblos que la integran.
Dos años más tarde, el organismo se enriqueció con la propuesta del Tratado de Sistema Nacional de Información de los Pueblos, un instrumento de intercambio solidario y complementario entre los países en contraposición a los Tratados de Libre Comercio (TLC).
En junio de 2009, los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros acordaron que el mecanismo se denominaría Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos” (ALBA-TCP), lo que le dio un mayor alcance para hacer efectiva la cooperación.
Desde su concepción, ALBA busca tener una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la integración como motor del desarrollo e independencia de nuestros pueblos.
ALBA-TCP fue la respuesta a los designios de Washington de mantener a la región como su traspatio. Fue, como afirman los historiadores, el parto natural de un subcontinente necesitado de independencia.
Fuente: Cubadebate