Estados Unidos mantiene una política de intervencionismo e injerencismo, principalmente sobre los países latinoamericanos, con la implementación de políticas que buscan ahogar los Gobiernos económicamente y en algunos casos invadiéndolos para robarse sus riquezas, considerando al resto del continente como «su patio trasero».
Ante esta problemática, el general Francisco Morazán, pensador centroamericano y presidente de la República Federal de Centroamérica (federación compuesta por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica), quien aún desconocía las intenciones de Estados Unidos para el resto del continente, plasmó pensamientos libertarios que se pueden interpretar para reaccionar ante sus acciones injerencistas.
1.- Niños detenidos en la frontera
El presidente de Estados Unidos tiene bajo su poder cientos de niños de inmigrantes latinoamericanos, en su mayoría centroamericanos, detenidos en la frontera con México.
Ante este hecho tan humillante para el mundo por el trato a los niños, Morazán, muchos años antes, mostró su visión de lucha contra los «rehenes» que para él eran sagrados.
«Los rehenes que mis enemigos tienen en su poder son para mí sagrados y hablan vehemente a mi corazón pero soy el jefe de Estado y debo atacar; pasaré sobre los cadáveres de mis hijos, haré escarmentar a mis enemigos y no sobreviviré un solo instante a tan escandaloso atentado».
2.- Injerencia e intervención
Estados Unidos mantiene la filosofía del «Destino Manifiesto«, la cual se basa en la convicción de que Dios eligió a esta nación para ser una potencia política y económica, una nación superior al resto del mundo.
Por este pensamiento, Estados Unidos ha edificado políticas de intervencionismo e injerencismo, con las cuales si un Gobierno de un país soberano no le resulta conveniente a sus intereses, los derroca y aparta, como lo hizo con el presidente chileno Salvador Allende en el 1973, el primer presidente socialista que llegó al poder mediante elecciones, y como cuyas políticas no eran del gusto del Gobierno estadounidense le aplicó la conocida Doctrina Monroe.
Por este tipo acciones injerencistas que buscan poner a los pies de una potencia al pueblo de una nación, Morazán declaró su voz de guerra para hacerlos libres de la esclavitud.
«Ni el oro del Guayape, ni las perlas del Golfo de Nicoya, volverán a adornar la corona del Márquez de Aycinena, ni el pueblo centroamericano verá más esta señal oprobiosa de su antigua esclavitud pero si alguna vez brillase en su frente este símbolo de la aristocracia, será el blanco de los tiros del soldado republicano».
3.- Gobierno que se arrodillan
Actualmente podemos ver cómo muchos Gobierno elegidos por los pueblos gracias a falsas promesas de una estabilidad económica, social y política, deciden obviar sus promesas y traicionar la confianza de aquellos que apostaron en él y arrodillarse ante la máxima potencia injerencista de América Latina.
En esta oportunidad podemos traer como ejemplo el Gobierno de Mauricio Macri, quien decidió ignorar los gritos de súplica y protesta de su nación y solicitar un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI), del cual es socio Estados Unidos, endeudando a la nación e implementado políticas que hacen a la población cada vez más pobre.
A estos Gobiernos que dejaron de lado su compromiso con el pueblo y permitieron la entrada a la nación del mayor enemigo de los pueblos latinoamericanos, Morazán les recuerda que ellos fueron elegidos para buscar la felicidad de la población y por tal objetivo es que deben gobernar.
«Los pueblos me han confiado sus destinos; yo seré todo para los pueblos. Una lágrima menos, una espiga más, un retoño de la planta que no se había cultivado. Será el máximum de mi felicidad».
Fuente: TeleSur