Los verdaderos sacerdotes, equivalente a decir los verdaderos pastores, guías espirituales, predicadores, evangelistas, misioneros, obispos son aquellos que tienen las siguientes características mínimas…
-Los verdaderos sacerdotes Jamás muestran su espiritualidad en público, no se jactan de hacer oraciones para que se les vea, y se divulgue su religiosidad, no están enfocados en que se les alabe por practicar ritos delante de la comunidad, no buscan gloria o exaltación por “comunicarse con Dios”. Un verdadero pastor busca y se comunica con El Ser Supremo Amoroso en lo privado, en lo íntimo de su casa interior.
Jesús, Maestro de maestros nos enseñó “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos…” Mateo 6:5-8.
-Los verdaderos pastores Nunca usan el templo como guarida y refugio, centro de planificación y acción de ladrones, violadores, delincuentes, infractores de la ley y el orden público.
Los templos son espacios sacros para orar, alabar a Dios, reflexionar en comunidad sobre las Sagradas Escrituras, convivir en fraternidad hermanas y hermanos o para que desde ahí se impulsen proyectos de desarrollo para la
Comunidad.
El profeta Isaías dice:
“yo los traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”. El apóstol Lucas testifica sobre los primeros cristianos que “…la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad”. Hechos 4:32-35.
-Los verdaderos ministros, de ningún modo llaman a la guerra, la confrontación, el fratricidio, el holocausto, genocidio, no bendicen los bombardeos, agresiones, ni justifican la violencia, por el contrario son promotores de paz, predicadores y constructores de reconciliación y armonía a nivel familiar, comunitario, comunicacional, nacional e internacional.
Jesús Principe de Paz nos mostró el camino “Bienaventurados quienes luchan por la Paz, porque ellos y ellas serán llamados hijas e hijos de Dios” Mateo 5:9
Una de las oraciones más conocidas de la humanidad, pronunciada por San Franciso de Asís reza: “Señor, hazme un instrumento de tu paz: donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensas, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo unión, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza…”
-Los verdaderos representantes del Dios de justicia bajo ninguna circunstancia optan por los que acumulan riquezas para sí, poder, quienes dominan el mundo, la historia, los recursos naturales, los bancos, las finanzas. Quienes sirven al Dios de toda bondad siempre optan por las personas, grupos y naciones empobrecidas, explotadas, dominadas, discriminadas, y aportan a la construcción del reino de Dios aquí y ahora que es un reino de paz, justicia, igualdad, equidad, libertad y felicidad.
El Salmista canta “Yo sé que el Señor sostendrá la causa del afligido, Y el derecho de los pobres” salmo 140:12
El Apostol Santiago escribe “Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los apobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” Santiago 2:5.
-Los verdaderos obispos son mensajeros y edificadores de una cultura de amor y vida y no de odio y muerte (Juan 13:35), son pregoneros y construtores de unidad y no de antagonismos y polarizaciones (Juan17:21), son humildes, sencillos, se funden con el pueblo, son servidores de la comunidad, no se sirven de la congregación, son ejemplo a seguir no antihéroes, ni seres aborrecibles, entregan sus vidas a la familia humana, a la protección de la vida, la Madre Tierra, no se enriquecen con la fe, no son arrogantes, altivos, soberbios, iracundos, pendencieros, como si la grey del Dios de amor les perteneciera.
Esto lo explica mejor el Apóstol Pedro, ordenándole a quienes quieren ser pastores que
“Apacienten la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”
I Pedro 5:2-4.
Hay tanto que la
Comunidad
espera del
comportamiento de sus líderes espirituales esto son tan sólo algunas cualidades mínimas plasmadas en la Biblia, para que la
Fe del pueblo en ese Dios de la vida, no disminuya, sino que crezca.
Esta también dicho en las Sagradas Escrituras que debemos hablar de sacerdotisas, ministras, maestras, profetisas, evangelistas, obispas, pero eso es otro tema, un día de estos hablaremos de ello.
Posdata: El comportamiento de algunos líderes religiosos no debe afectar nuestra fe, ni el compromiso con nuestro modelo cristiano
“…Puestos los ojos en Jesús autor y consumador de la fe” Hebreos 12:2
Escrito por Carlos Emilio López Hurtado