Los falsos sacerdotes son los que convierten los templos del Dios Santo, santuarios dedicados a la oración, en templos – mercados de dioses falsos, dios dinero, dios ambición, dios corrupción utilizando la fe como medio de engaño al pueblo y enriquecimiento ilícito. «les dijo: Escrito está: «Mi casa será llamada casa de oración», pero vosotros la estáis haciendo cueva de ladrones» Jesucristo Mateo 21:13.
Los falsos sacerdotes, tienen doble cara, doble moral, enseñan una cosa y practican otra, enseñan amor y practican odio, aparentan pureza y promueven la impiedad, tienen ropajes exteriores de pulcritud, pero en su desnudez están llenos de egoísmos e insolidaridad, hacen homilías de fraternidad con una cara y con otra pregonan el fratricidio entre hermanos y hermanas. “¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre» Jesucristo Mateo 23:27.
Los falsos sacerdotes no enseñan para alabar al Dios de Justicia y unir al pueblo, su motivación no es el servicio desinteresado a las familias y la comunidad, sino que su móvil es el metal, la prevenda, la recompensa de los poderosos de esta tierra. «Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por precio, sus profetas adivinan por dinero, y se apoyan en el SEÑOR, diciendo: ¿No está el SEÑOR en medio de nosotros? No vendrá sobre nosotros mal alguno» Miqueas 3:11.
Los falsos sacerdotes, tienen una opción y vocación por el imperio, los ricos, por quienes explotan, discriminan, despojan, maltratan y vociferan históricamente a los pobres. «Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores» Santiago 2:1-9.
Los falsos sacerdotes violan la Ley de Dios, que es la Ley del amor al prójimo, y violan las leyes terrenales que garantizan La Paz, la democracia, la tranquilidad y el orden público. «Sus profetas son temerarios, hombres pérfidos; sus sacerdotes han profanado el santuario, han violado la ley». Sofonías 3:4.
Los falsos sacerdotes, tratan de convencer con sus discursos manipuladores que liberen a los delincuentes y que condenen a los Justos, que condenen a Jesús, Señor y Salvador, que crucifiquen al Pueblo.
«Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús». Mateo 27:20.
Los falsos sacerdotes tienen apariencia de piedad, de mansedumbre, de actitud mística, pero en realidad son belicosos, instigadores, atizadores de la violencia, el caos, la desarmonía, la conflictividad y la guerra espiritual y material. «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Mateo 7:15-16.
Los falsos sacerdotes ponen su corazón en la forma de los ritos, en la veneración de objetos y símbolos religiosos y no en el significado de la esencia de los mismos, que es hacer justicia, buscar el bien común, ser instrumentos de paz y misioneros de la vida plena para las personas y comunidades.
“¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda» Isaías 1:12-17
Luego reflexionaremos sobre los verdaderos sacerdotes
Escrito por Carlos Emilio López Hurtado
Excelente mensaje