La Paz de una nación no es algo que se logra de un día a otro. Son muchas las variables que el estado de una nación debe manejar para lograr un resultado de bienestar, seguridad, y felicidad para el Pueblo.
En Nicaragua, antes del Triunfo Revolucionario, el Pueblo de Nicaragua vivió más de 4 décadas de dictadura. La Paz no era una opción para el Pueblo en ese momento. El gobierno de turno, defendiendo intereses extranjeros, sometió al Pueblo a un estado de opresión y explotación.
Desde antes de 1979 fue surgiendo en el Pueblo nicaragüenses ese cambio radical de conciencia, anhelando la Paz, pero un cambio condicionado por la situación económica y social de un país viviendo en dictadura. Los diferentes combates populares que se venían produciendo y la incrementada represión de la dictadura somocista convencieron a muchos/as de que la búsqueda de la Paz no iba a conseguirse por medios reformistas.
La lucha revolucionaria fue tomando cuerpo, donde las demandas y las ansias de justicia se fueron integrando a la lucha política de mayor alcance por el derrocamiento del régimen vigente. La dictadura y el capitalismo incrementaron la necesidad de la solidaridad y la cooperación genuina entre los sectores populares que se unieron a la lucha armada.
El avance de la gestión revolucionaria y la toma de las diferentes ciudades por el Pueblo Sandinista durante la Insurrección Final, conformado por obreros/as y campesinos/as, fue la estocada para que el 17 de julio de 1979 Somoza huyera de Nicaragua. ¡El día de la alegría había llegado!
El Triunfo Revolucionario era inminente y la consagración final se dio ese histórico 19 de julio de 1979, donde el Pueblo consiguió su liberación. El Triunfo Revolucionario fue el gesto de amor más grande del Pueblo nicaragüense. Entonces, fue ese el momento que dio inicio al mayor reto y la tarea más difícil para el Pueblo: establecer y consolidar la Paz.
La Paz debía comenzar a forjarse en medio de los estragos que dejó la dictadura somocista. La correlación de fuerzas que conformaron la vanguardia de la victoria popular no dudó en identificar y escoger al líder que se encargaría de dirigir esta nueva etapa, este nuevo reto, su nombre: Daniel Ortega Saavedra.
En los años 80, en medio de adversidades y obstáculos impuestos por el gobierno de Estados Unidos, la bandera insignia de la Revolución fue la gran Cruzada Nacional de Alfabetización. El aporte de los jóvenes durante la primera campaña de alfabetización en 1980 redujo el índice de analfabetismo de más de un 52% a un 12%.
Durante estos años, la Paz fue arrebatada al Pueblo por medio de una guerra de agresión creada y financiada por el gobierno de Estados Unidos.
Un total de 50 mil hermanos/as nicaragüenses asesinados y un bloqueo económico y financiero a la nación centroamericana provocó que, en el año 1990, la Revolución Sandinista dejara el gobierno y comenzara un trabajo desde las bases, a “gobernar desde abajo”.
Los enemigos/as de la Paz pensaron que era el final de la Revolución, sin embargo, con sacrificio y arduo trabajo, el Comandante Daniel Ortega fue el responsable de movilizar las masas populares para su posterior reunificación y cohesión.
En el 2007, la Revolución Sandinista volvió al gobierno por medios electorales. No fue fácil encarrilar a un país empobrecido por 16 años de neoliberalismo, sin embargo, con una buena política nacional e internacional, encontró la fórmula para salir adelante.
Por medio de reivindicaciones socio-económicas el país avanzó en la restitución de derechos humanos fundamentales: salud y educación gratuita, vivienda digna, equidad de género, lucha contra el narcotráfico, seguridad alimentaria, seguridad, felicidad, entre otros. Con una estrategia de lucha contra la pobreza y la desigualdad, finalmente el Pueblo nicaragüense consiguió la Paz.
Es meritorio mencionar algunos de los programas emblemáticos que impulsa el gobierno de Nicaragua a través del Plan Nacional de Desarrollo y que son la base para la construcción de la Paz en el marco de la política social: educación y atención en salud gratuitas, microcrédito justo usura cero, construcción de caminos rurales, plan techo, bono productivo alimentario, financiamiento y capacitación para la micro, pequeña y mediana empresa, calles para el Pueblo, sistemas de agua potable y saneamiento, electrificación urbana y rural, subsidios al transporte urbano colectivo, al consumo de energía en asentamientos de barrios económicamente vulnerables, a la energía y agua para jubilados[1].
Además de estos programas y lineamientos sociales se promueven los programas: hambre cero, patio saludable, plan especial de apoyo a pequeños productores, adaptación de la agricultura al cambio climático, mejoramiento de las capacidades organizativas y productivas de los productores/as de cacao en el triángulo minero, emprendimientos de familiares en diez municipios de Las Segovias, apoyo para el incremento de la productividad, seguridad alimentaria y nutricional en la Costa Caribe Nicaragüense, apoyo de adaptación a cambios en el mercado y a los efectos del cambio climático, desarrollo de sistemas productivos, agrícolas, pesqueros y forestal en Territorios afrodescendientes de la Región Autónoma Costa Caribe Norte y Sur, apoyo a la cadena de valor ganadera en Nicaragua, fortalecimiento de las mujeres artesanas del tuno en la comunidad de Sakalwas, territorio de Mayangna Sauni AS, Costa Caribe Norte de Nicaragua, desarrollo del sector lácteo en la cuenca ganadera suroeste del Río San Juan, desarrollo sostenible de los medios de vida de las familias rurales en el corredor seco de Nicaragua, apoyo para la inserción de pequeños productores en las cadenas de valor y acceso de mercados.
En 2018, con gran estrategia política, el Pueblo defendió con mucha valentía esa Paz que tanto ha costado construir. Durante 3 meses, los enemigos del Pueblo intentaron tirar abajo todos estos logros revolucionarios obtenidos durante 11 años. Con secuestros, torturas y masacres asesinaron a 199 hermanos/as nicaragüenses. Con mentiras, odio y terror, buscaron llegar a gobernar un país, sin embargo, se toparon con un Pueblo que tiene memoria y conciencia revolucionaria. ¡El golpismo fue derrotado!
A 43 años del triunfo Sandinista, la Paz es la bandera que todos/as los/as revolucionarios nicaragüenses orgullosamente enarbolamos y defendemos día a día.
“Esa ha sido nuestra bandera, nuestro compromiso a lo largo de todo el tiempo y fue nuestro reto alcanzar la Paz y lo que costó alcanzar la Paz; cuánto dolor, pero al final se alcanzó la paz…”. (Daniel Ortega, 2018)
Escrito por Germán J. Van de Velde
22/07/2022
[1] López García, R. (2020). “Nicaragua restituyendo los derechos del Pueblo, escenario oportuno para el Trabajo Social”. Ensayo. UNAN Managua. https://repositorio.unan.edu.ni/15324/2/15324.pdf
Estoy muy Agradecido por el enorme aporye a la Revolución Popular Sandinista encabeza por el comandante Daniel Ortega Saavedra, a la cabeza dirigiendo, enseñando, manteniendo la cordura, la responsabilidad, el Amor y la felicidad, la Libertad, La Verdad ante el pueblo nicaragüense. Soy un hombre Orgulloso de ser Sandinista, Revolucionario, Socialista. Comandante aquí está tú pueblo «Hasta La Victoria Siempre.» ❤🔥🖤 seguiremos el camino de Sandino, Carlos, Tomás, el Che, Chávez, Fidel, Simon Bolívar, de Putin. Y de todos los héroes y Mártires.!! ❤🔥🖤