La familia del asesinado mártir de la independencia de la República Democrática del Congo, Patrice Lumumba, enterró este jueves sus únicos restos conocidos, un diente, en la capital, Kinshasa, 61 años después de su asesinato a manos de rebeldes secesionistas respaldados por Bélgica y la ONU, la cual tenía una misión en ese país.
Cientos se reunieron en una gran plaza para la ocasión, ondeando banderas y en la cual se encontraba una gran foto de Lumumba, con sus característicos anteojos con montura de carey y el cabello peinado hacia un lado, enmarcado por flores blancas.
Lumumba fue asesinado por un pelotón de fusilamiento el 16 de enero de 1961 en la provincia de Katanga, en el sureste del país, después de haber sido derrocado como primer ministro el año anterior, meses después de la independencia del Congo de Bélgica.
Una pancarta con las palabras «Muchas gracias, héroe nacional» estaba suspendida sobre la multitud, la cual incluía al presidente de la vecina República del Congo, Denis Sassou Nguesso, el ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica y varios embajadores africanos.
El presidente Felix Tshisekedi, al hacer uso de la palabra dijo: «Finalmente, el pueblo congoleño puede tener el honor de ofrecer un entierro a su ilustre primer ministro. Estamos terminando… el luto que comenzamos hace 61 años».
El funeral se celebró en el 62º aniversario de la independencia del país centroafricano. Ese día, Lumumba pronunció un valiente discurso criticando los 75 años de colonización del Congo por parte de Bélgica.
Sin embargo, su Gobierno duró apenas tres meses antes de ser derrocado y asesinado. Una investigación parlamentaria belga sobre el asesinato de Lumumba concluyó en 2002 que Bélgica era «moralmente responsable» de su muerte.
Fuente: TeleSur