Sandino ha sido llamado de muchas maneras, todas ellas responden a su legado, su pensamiento, su escritura, pero sobre todas las cosas a su vida de acción libertadora en el ámbito político, social y económico. Sandino, General de Hombres y Mujeres Libres, Guerrillero proletario, Guerrillero de Raití, Guerrillero de nuestra América, Político integral de su tiempo y de todos los tiempos, Libertador, Defensor de Trabajadores, Campesinos, Artesanos, Productores y Pueblos Originarios y Afrodescendientes, Héroe Nacional, Defensor de la soberanía nacional, el más grande antiimperialista y nacionalista; Padre de la Revolución Popular Sandinista, Padre – Fundador del Régimen Cooperativista en Centroamérica.
Hay otras formas que también se le ha llamado, a nuestro David, vencedor del Goliat del norte, tales como: el último Profeta, Hijo de la Luz y la Verdad, Maestro y Guía Espiritual, Estudioso de la Masonería, no en el sentido negativo que se ha satanizado el término, sino por su amor al conocimiento universal y su búsqueda de una comprensión amplia de Dios, Discípulo y Predicador Teosofista, cada una de estas nominaciones, reflejan su esencia y su fuerza espiritual, una dimensión poco visibilizada, su misión espiritual no está desvinculada de su praxis como defensor de la integridad territorial y de los derechos colectivos del pueblo.
Las reflexiones que presento acá están inspiradas en el libro «La Espiritualidad de Sandino, El Último Profeta», de Augusto Puertas, pero sobre todas las cosas se nutren de escritos del propio puño y letra de nuestro místico de la montaña, fuente de su sabiduría y conocimientos.
El mítico y místico iluminado General, oriundo de Niquinomo, como todos los redentores sociales que nacen en pequeñas villas, pueblos o comarcas. En un lenguaje revelador en «El Manifiesto de Luz y Verdad» habló a «sus hermanos» de los temas que son esenciales para la existencia humana, Dios, el amor, el origen de todo, la justicia, la verdad, el juicio final, entre otros, pero no los reveló como discursos abstractos, sino como componentes de la vida que es multidimensional, simultáneamente materia y energía, presente y futuro, tierra viviente y trascendente, liberación espiritual y terrenal.
«Lo que existió en el Universo, antes de todas las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter como sustancia única y primera de la Naturaleza (materia). Pero antes del éter, que todo lo que llena en el Universo, existió una gran voluntad, un gran deseo del Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de amor.
Por lo explicado se deja ver que el principio de todas más cosas es el Amor; o sea Dios.
También se le puede llamar Padre Creador del Universo. La única hija del Amor, es la Justicia Divina».
La Luz que habitaba en Sandino, que no se queda en él como contemplador introspectivo, sino que nos la transmite como pedagogo liberador en este manifiesto cosmogónico, nos irradia que la génesis de todo es el Amor, el Amor fuerza creadora del universo, el Amor preexistente al tiempo, el espacio y la materia porque es su origen y sustento. El Amor como fuerza creadora, racional, sensitiva del Universo. El Amor que da origen a la vida. El Amor que no solo crea lo visible, sino también lo invisible. El Amor por tanto todo lo puede, todo lo revoluciona, todo lo sana, todo lo transforma.
Como tantas veces lo ha expresado la Compañera Rosario Murillo sobre los significados y alcances ilimitados del amor, como valor y fuerza motriz del día a día de las mujeres y hombres revolucionarios “…vivimos el amor en Grande interiorizamos todos los días que con amor todo podemos, con amor todo vencemos, es con amor que vamos adelante…”
El Amor da a Luz a la Justicia, es decir donde no hay Justicia no hay Amor y la Justicia real siempre es Divina.
Para nuestro Maestro de la Luz y la Verdad, la injusticia debe ser eliminada, no debe existir, acá se está refiriendo al hambre, la explotación, las desigualdades, la pobreza, la concentración de riqueza, la esclavitud, el colonialismo, la dominación imperial, la destrucción de la Madre Tierra, y que éstas injusticias no deben darse ni en Nicaragua, ni en América, ni en ninguna parte del planeta, o sea que Sandino además de ser nacionalista, latinoamericanista, antiimperialista, además era universalista, es decir también predicó el bien común para toda la humanidad, por eso afirmaba en este Manifiesto de Vida que «La injusticia no tiene razón de existir en el Universo…»
Ese sentido de justicia infinita que une lo divino y lo humano, el presente y el “más allá”, es la fuente matriz de todos los programas socioeconómicos del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, programas que hacen realidad los derechos a la educación, salud, viviendas, seguridad humana, empleos, acceso a los servicios básicos y los derechos de todas las familias a tener una mejor calidad de vida. Como lo ha sostenido tantas veces el continuador del legado de Sandino, el Comandante Daniel Ortega, parafraseando muchas de sus intervenciones, Sandino es nuestra inspiración para luchar por la Justicia Social de nuestro pueblo.
Sandino en «El Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolivar» escribe, visiona, pregona, exhorta, como todo profeta sobre:
«La Nacionalidad Latinoamericana…la Alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa
independencia frente a las pretensiones de los Estados Unidos de Norteamérica…».
En este Macro Plan o Testamento Profético El Maestro de la Unidad Latinoamericana o la Patria Grande, como le llamó Bolivar propone:
«Una Conferencia de Representantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA», para derogar la Doctrina Monroe…» y para asegurar «nuestra libertad y nuestra soberanía interiores amenazadas por el más voraz de los imperialismos, para cumplir seguidamente con el gran destino de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA ya culminada, como tierra de promisión para los hombres de todos los pueblos y de todas las razas»
«Una Corte de Justicia Latinoamericana…para la defensa de la Soberanía integral de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA».
«Un Ejército… con fuerzas de Mar y Tierra de la ALIANZA LATINOAMERICANA…» para defender la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA»
Este proyecto en realidad es un Evangelion, es decir un anuncio de un nuevo futuro, donde los pueblos dominados por el imperio, se unirán y derrocarán al dominador, los Estados Unidos de Norteamérica. Que la Nación Latinoamericana es una Tierra Prometida donde habrá prosperidad sin exclusiones para todas las personas y pueblos, solo habrá una única ciudadanía, la «CIUDADANÍA LATINOAMERICANA». Aquí encontramos un simil con el Profeta Moises que visionó que el pueblo Hebreo disperso por la opresión del Imperialismo Egipcio, por su fe en Dios y sus luchas, unificarían sus 12 tribus y alcanzarían su libertad, derrotarían al explotador, y poseerían plena soberanía e independencia sobre «una tierra donde fluye lecha y miel», también es un paralelismo con las visiones del Apóstol Juan en el Libro de Revelaciones o Apocalipsis en donde anticipó la existencia de «cielos nuevos y tierras nuevas» Y es que esa es precisamente la esencia de la misión de un profeta anunciar la libertad, muchas veces sin verla materialmente, porque son crucificados por los poderosos de la tierra, pero su sangre y la de sus seguidores se convierte en el abono que hace realidad la utopía redentora. Utopía o profecía que ya es una realidad en Nicaragua, Cuba, Venezuela, Bolivia y tantos pueblos más, Utopía un crece y se expande, hasta que todos en unidad alcancemos la libertad de nuestros pueblos cumpliéndose así la profecía de Sandino, Darío, Simon Bolivar, Jose de San Martín, José Martí, Morazán y tantos más profetas y libertadores de nuestras tierras benditas.
Escrito por Carlos Emilio López
También, te puede interesar:
Sandino – Guerrillero de luz [Poema]
Sandino Vive y avanza ¡Siempre Más Allá!