Hubo una vez un hombre que nació de un grano de maíz, en tierra fecunda.
Ese hombre escuchó resonar en su pecho la oda “A Roosevelt”
y desde entonces estuvo claro de su destino.
Se dice y lo creo, que desde muy pequeño aprendió a leer y escribir,
pero no solo las letras visibles, sino la cara de los hombres,
de su pueblo, y vio la miseria.
Luego aprendió a entender a la montaña y se hicieron amigos,
la vio llorando por hijos.
Este hombre de maíz se hizo uno solo con su pasado, con sus ancestros.
Entonces nos miró a los ojos y nos dijo – levántense y luchemos juntos –
y así lo hicimos y ganamos.
Después de tantas victorias y queriendo la paz fue traicionado,
por unas cuantas monedas.
Sandino fue asesinado y murió,
pero para morir Sandino, fue analfabeto y no aprendió a morir,
así que, sin saberlo, sus asesinos, lo estaban trayendo a la eternidad.
Su cuerpo se desintegro en millones de haces de luz
y comenzó a hacerse infinito,
y allí, en el infinito mismo, trazó caminos
por donde camino Fidel, El Che, Carlos y ahora Daniel
y junto a él nosotros.
Allá en lo alto se logra ver su silueta, llena de estrellas,
haciendo justicia: en su mano derecha el machete y en su izquierda la cabeza del invasor.
¡Patria y Libertad!
Jeremy Cerna
20.02.2021
Berlín, Alemania
Fuente: Tortilla Con Sal