Compartimos un artículo escrito por Ivonne Miranda Tapia y publicado en Barricada, titulado «Comandante Ulises Tapia: “La conjugación del coraje y el amor”.
A 42 años de tu estruendosa caída en combate, un 10 de septiembre de 1978, una bala de cañón impactó sobre de tu pecho liberando ese inmenso amor al pueblo e hizo que fluyera en la tierra fértil de la joven patria el vital líquido de tu sangre que regó la semilla de Sandino para nuestra liberación.
Después de 4 décadas de esta gesta heroica nuestro compromiso militante hoy más que nunca, seguirá siguiendo el ejemplo inclaudicable de nuestros héroes y mártires.
Hablar de amor suele ser muy trillado en diferentes aspectos de la vida del ser humano, pero el amor es el motor de acciones decisivas que repercuten directamente en el entorno en que vivimos. Por esta razón, no voy a parafrasear la biografía ya escrita del Comandante Ulises Tapia Roa, tampoco he de enfocarme en los detalles que he leído y escuchado de la organización insurreccional de septiembre de 1978 en Masaya donde su participación fue fundamental; sino que deseo hacer énfasis en el significado de la unidad familiar entorno a un problema social y sobre todo el sacrificio colectivo desinteresado que sólo la mística revolucionaria podía sostener en nuestra Nicaragua, así como su ejemplo como modo de vida y pensamiento nos fue inculcado como el mejor estandarte de valores humanos y éticos para las nuevas generaciones de la familia que no logramos conocerlo.
Dentro del marco del aniversario de estas fechas, procedí a realizar una entrevista a su esposa Esther Membreño y a su único hijo José Constantino Tapia Membreño.
Esther y Ulises se conocen en Masaya y nos dice ella: “ En el 73 por ahí la cosa que ya fuimos novios, bueno, ya después me di cuenta que andaba simpatizando en la lucha, él no me decía nada de que él estaba, que él tenía pues esa inclinación hacia las cuestiones revolucionarias y todo eso hasta cuando ya teníamos un tiempo de ser novios él me dijo de que él pertenecía al frente sandinista y yo no sabía qué era el frente, él me explicó que el frente sandinista iba siguiendo el legado de Sandino, yo no sabía quién era Sandino, allí pues digamos me alfabetizó en ese sentido, porque yo no te conocía todo eso entonces me dijo pues que pertenecía a las filas del frente, que eran los que luchaban por una Nicaragua mejor para que los campesinos tuvieran su tierra y que todo el desposeído tuviera beneficios, pues no sólo que el que tenga dinero dice va a ser beneficiado por un gobierno sino que seamos todos y por la nueva generación que tenga un futuro mejor y todo eso … Y así fue hasta en el 74 él se bachillera, él me visitaba donde yo vivía en Nindirí y ya era unos noviazgo más consolidado pues más fuerte ya estábamos pensando que cuando él se bachillerara pues él iba a estudiar una carrera que no fuera muy larga para después casarnos, en el 74 a finales fue que nos casamos, ya en el 75 ya Tino (José Constantino Tapia Membreño, Tino es la contratación de Constantino) nació el 02 de agosto de 1975 pues ya, estando ya casados”
Una vez casados a partir del 1975 se compromete más con el partido y expresa Esther: “más comprometido con el frente en lo poco que hablábamos, él no me platicaba mucho porque él me decía entre menos sepas es mejor para vos, es seguridad porque si sea cualquier cosa la guardia sabe de vos y te agarra, entonces te van a preguntar muchas cosas y si… y como torturaba la guardia pues y todo eso puede que vos vayas a decir alguna cosa; pero cuando ya él y yo estábamos conscientes, mejor dicho yo estaba más consciente de que era la lucha del frente, esté yo ya sabía algunas cosas que el frente necesitaba; por ejemplo el frente necesito una casa de seguridad Nindirí ya Tino nacido, así que nos mudamos.”
Daba clases en el Instituto de Nindirí de matemáticas y física, y estudiaba en la UNAN topografía en las noches.
Continúa Esther: “ Antes el responsable de nosotros en la casa de Granada era Camilo Ortega, ahí en esa casa de Carlos Manuel Jarquín que murió en el norte, ese rentaba ahí, en esa casa de seguridad llegaba la Leticia (Refiriéndose a Leticia Herrera) también bar recuerdo una anécdota que acabamos de almorzar pegado una pulpería llegó un becas a comprar Sí pero como vos estás en lo que llega como separaban los beca rapidísimo se va y todos nos quedamos ver aquí y ya después cuando no escuchamos pues que no era nada con nosotros, me dice Camilo esté, yo en Granada me amaba Ángela y Ulises se llamaba Fernando porque nos pusimos eso seudónimo digamos seudónimo porque yo soy Esther de los Ángeles, por cualquier cosa uno tiene tenía que ir cuadrando todo, yo Ángela y Ulises, Fernando, porque él se llama Ulises Fernando entonces su segundo nombre era su seudónimo y en Granada mi hijo el seudónimo de él era Patricio, por Patricio Argüello por eso le pusieron así le puso Camilo Ortega. Así que Camilo me dice Angelita, dice vaya como que va a comprar, dice y va a averiguar qué es lo que pasa yo salí pero más en mi corazón iba nerviosa pero por fuera iba tranquila, ya voy a la venta comprar y ahí me di cuenta que no era nada, porque el hombre (guardia) andaba comprando tal vez cigarro qué sé yo el guardia y después se fue ya regrese yo a la casa no es nada todo tranquilo “
En 1976 pasa a la clandestinidad en la montaña, y para la gente conocida de la familia Ulises andaba trabajando como topógrafo en el norte, por eso no se mantenía con ellos. En Octubre de 1977, sus hermanos Constantino Tapia Roa y Adela Tapia Roa, son partícipes del intento de toma del cuartel de la Guardia Nacional en Masaya. Constantino Tapia Roa (hermano mayor de Ulises) es apresado y enjuiciado, mientras que Adela Tapia (Hermana mayor de Ulises) pidió asilo en México. Por los actos del 17 de octubre llegan a catear la casa de su padre José Constantino Tapia Espinoza (por ser el progenitor de varios insurgentes), en la casa se encontraban sus hermanas menores Martha, Ivonne, Maribel, Esther y su hijo, junto a Amada Bolaños esposa de su papá y su sobrina Rosadela Escobar Tapia, hija de Adela. Todas ellas fueron llevadas al comando de la guardia para ser encarceladas hasta que sus respectivos esposos llegaran, el objetivo principal era apresar a Ulises y a Constantino (Hermano). Sólo se presentó su padre y los niños fueron liberados. Esther quedó presa esperando ser enjuiciada. Posteriormente salió bajo fianza.
A mediados de marzo de 1978, Ulises es capturado por el ejército de Honduras en la Hacienda Peñas Blancas en la región de La Lodoza junto con Germán Pomares (el Danto) y el mandador de la hacienda Rafael Quiñónez. La captura fue violenta, a Ulises le pegaron un culatazo en la cabeza que lo dejó inconsciente.
El presidente Omar Torrijos, de Panamá les dio asilo político, para que no fueran deportados a Nicaragua ni entregados a la Guardia Nacional. Llegando a Panamá un 31 de marzo de 1978. Posteriormente se traslada a Costa Rica, donde vivía una de sus hermanas menores, Ruth Tapia Roa, con su esposo. Es desde Costa Rica que envía una carta a Esther desde el exilio fechada del 04 de abril de 1978, la cual transcribo textualmente a continuación:
“Mi queridísima Delagneau:
Recibe un abrazo amoroso lo mismo que para mi hijo Patry. Traté de escribirte estando allá pero se hacía difícil en ella te decía lo mucho que me ha ayudado a superarme el papel que han cumplido ustedes por allá. Espero que la represión asesina no siga cayendo sobre tanta gente indefensa pero ¡Ay! De los traidores serán escarnecidos por este glorioso pueblo.
Quiero aclararles que hoy como ayer mi decisión de lucha es indeclinable y que me siento más comprometido por los acontecimientos sucedidos a seguir adelante, en la nota a papá le explico el porqué de mi captura y que no se crea que me recluí en embajada alguna ni nada que se parezca, pues iba a cumplir una misión en la que iba de corresponsable y que lo que más lamento en este momento es no estar ocupando las primeras líneas de combates, quiero decirte muchas cosas que no puedo consignar aquí pero significan mucho para mí, para vos y para mi hijo y sepan que cada día se agranda mi amor por ustedes y que únicamente el amor a la Revolución me hacen aguantar la separación física.
Delagneau cómo está Patricio? Ya no se debe de acordar de lo feliz que me hacía, no sabes lo que diera por verlos aunque fuera un minuto y todo el tiempo es mi sueño el encuentro con ustedes, un crimen más del tirano y sus esbirros.
Bueno, espero noticias de ustedes. De la flaca no sé nada. Abrazos a todos.
Besos para vos, tu esposo que te adora, extraña y sueña con verte,
H.
La H, corresponde a su pseudónimo Heberto. Cabe destacar que quién lo incorpora en el Frente Sandinista es su hermano mayor Constantino Tapia Roa, pero posteriormente Ulises se encarga integrar toda la familia a la lucha, y desde el exilio convence al esposo de su hermana Ruth, Sergio Ducasse, francés, quién trabajaba en la OIT de la ONU, que prestaran su casa como casa de seguridad de la Dirección Nacional. Posteriormente llega Humberto Ortega, en San José Costa Rica, y así sucesivamente otros compañeros.
El trabajo en el exilio no paraba, según su hermana Ruth Tapia, que estuvo con él en el exilio, mencionó que estaban entrenando a los jóvenes que prepararon en la clandestinidad, cito textualmente: “Ulises era puro, con mística, era muy intenso. Se preocupaba por la formación ideológica, y siempre trató de tener adeptos al frente sandinista, empezando por la familia. Era radical.”.
Es por eso que cuando surgen los problemas ideológicos de las tendencias, él decide alinearse con los Terceristas, con los Ortega, y le explicaba a Ruth: “Los GPP pequeños burgueses, no es una lucha real, son social demócratas, nosotros estamos conectados al pueblo. Los GPP no se coordinaban en los momentos de batalla.”
Recuerda Ruth, que él le decía que no quería dejarle una patria así a su “ticho amigo” (Así le decía a su hijo). Le dijo a su papá que si le podía dejar a su mujer y a su hijo (en la casa cuando él se fue a la clandestinidad), y su papá le dijo que sí, Papá en todo lo apoyó.
En Junio de 1978, Ruth fue de visita a Nicaragua y Ulises ya estaba integrado a la clandestinidad de nuevo en el país. Él le pide que le lleve a su esposa e hijo para verlos después de muchos años. Referente a esto Esther explica: “Yo me acuerdo que yo anduve trabajando en unas encuestas, el último día las en cuenta que ya nos pagaron yo me fui al centro comercial a comprarle un vestidito a Tino, un trajecito, el siguiente día que de eso una llamada donde mi tía, que llama donde mi tía Eloísa y habla con mi prima la Reina, quien habla? ¿habla Reina, y ahí? Es el esposo de Esther y ella le dice emocionada: ¡Ulises! Y entonces le hice le digas que tal día la esperó a tal hora y en la esquina de Chico tripas afuera entonces así fueron a avisar que mañana te espera en la a la calor acá en la esquina del chico tripa y sé que voy a saber dónde queda eso, yo emocionadísima quería y no quería ir, quería porque claro imagínate tanto tiempo, pero no quería porque yo sabía que iba a sufrir más la cosa es que es bueno así quedamos y ya estaba la Ruth aquí en Nicaragua, desde Costa Rica, Y entonces me dice yo te llevo y ya no fuimos con ella también aunque ya lo había visto ya en Costa Rica y en Panamá y lo volvió a ver a su hermano entonces cuando yo lo vi quería que el tiempo se detuviera, no podía expresar mis emociones porque no podía ser entendés o reprimir sé de eso la cosa es que él fascinado porque cuando vio a Tino (su hijo) lo quedó viendo y él le dijo sabes quién soy? Y el niño le dijo: ¡Sí! ¡Mi papá! A pesar de que él lo dejó más pequeño cuando lo volvió a ver lo reconoció ya de ahí ya fuimos a ese lugar a cómo te digo y no pudimos conversar tranquilamente porque tuvimos que salir en carrera de ese es el lugar donde vamos a comer se fue algo rapidito pues ya tuvimos que irlo a dejar a Granada. En Granada y después parece bien siempre llamaba o sino por medio de correo de llegar un muchacho llegó a dejar un correo antes que él llegó a dejarme un papel donde decía: Ya estoy en Nicaragua y en cualquier momento nos volvemos a ver por si acaso un día me ves en la calle hace como que no me conoces y yo me daba miedo de volver a encariñar, no volverte a todos a ver, a quedar sufriendo pero si hasta que ya llamó a la casa y él le dijo que cualquier momento él me avisaba cuando nos miramos esta vez me dijo: Yo te vuelvo a llamar estate pendiente o cada semana o cada 15 días julio-agosto en todo ese tiempo porque ya es la última vez ya venía la insurrección de septiembre.”
La última vez de su encuentro, cuenta Esther: “La última vez fue que llevaron en un carro y nos miramos aquí donde Tinajón (Constantino Tapia Roa, hermano mayor de Ulises) la Amadita, todos lo vieron todos, la Maribel, la Ivonne todas, nos dejaron ahí (Ella y el niño) pasamos la noche nosotros con él y yo pues ahí nos quedamos esa noche y al día siguiente Marvin (Marvin Tapia Roa, su otro hermano mayor) me llegó a traer y ya me dejaron a mí al mercado y que no podían entrar a mí me vino entrada de una de las entradas de Nindirí. Ya él me había dicho que era lo que iba a pasar, ya sabes si quedó acabo de salir a una guerra siempre hay riesgo, yo no quise ponerle mente cuando me dejaron a mí , yo tranquila pero cuando yo me bajé el carro que yo aquí mira trozón horrible después ya estalló el 9 de septiembre ya la cosa, ya no supimos nada de gente fue allá donde supieron los vecinos ya que lo conocían y allí llegaron ahí aquí no se comunicaron una casa entonces de ahí me llaman el domingo del 10 ya en la tarde ya me volví a llamar y me dicen que mataron a Ulises, entonces Don Tino (Su suegro) le dijo: vamos a esperar que sea algo confirmado, no tenemos que desesperarnos eso tenemos que tener calma paciencia dice, yo mañana voy a intentar llegar lo más cerca de la Cruz Roja para preguntar si es cierto, dice eso fue lo que hizo y era realidad.”
No quería dejar de un lado, uno de los testimonios más enternecedores de las anécdotas familiares, pero para ello cito textualmente tan importante pasaje, documentado por uno de los libros del Instituto de Estudios del Sandinismo:
“Los niños nos servían muchas veces como manto, digamos, porque a veces teníamos que movernos en las ciudades y la represión era enorme. Se hacían registros y andaban por todos lados los famosos Becats. Entonces, si te movías con tu esposa, una compañera y un niño, parecía un matrimonio y así había menos probabilidades de que te descubrieran actuando. Tres días antes de la insurrección de septiembre nosotros teníamos que movernos a Managua a hacer unos contactos y lo hacíamos con niños. Llevamos a nuestras esposas- mi hermano Ulises y yo- y también a los niños, a unas reuniones a Managua. Así era más fácil la movilización. En esos momentos era difícil moverse porque había muchos retenes en las carreteras y si veían a dos hombres solos en un carro, era peligroso. Entonces para eso recurríamos al apoyo de las mujeres y los niños.
Era curioso ver cómo los niños llegaban a comprender lo que andaban haciendo. Me acuerdo de un sobrinito mío, el hijo de Ulises; cuando íbamos a visitar alguna casa de seguridad y lo llevábamos, y cuando alguien le preguntaba: ¿Y a dónde andabas vos? “Por ahí, por ahí, decía”. Nada más. No decía a dónde andaba. A tan corta edad los niños comprendían el trabajo que estaban haciendo”. Pág. 189. Constantino Tapia Roa ¡Y se armó la runga…! Testimonios de la insurrección popular sandinista en Masaya. 1982.
Ulises Tapia era un revolucionario completo, y se deja ver que su paternidad estaba llena de grandes sentimientos de camaradería y fraternidad, que su hijo supiera que en su padre encontraba un amigo que estaría para él en los caminos duros de la vida y que juntos podrían solucionar sus problemas, enseñándole con el ejemplo. A continuación presento la carta que le redactara a José Constantino Tapia Membreño (de 1 año y medio) desde la montaña (12 de mayo de 1977) cuyo pseudónimo era Patricio.
Carta a Patricio
Nic. 12-05-77
Querido hijo:
Supongo (creo no suponer mal) que ya podes leer pues con tantas maestras en tu casa.
¿Cómo estás, Bien?
¿Cómo están tus relaciones con garabato?
No pelees tanto con ella, acordate que es descuerdada y chanleevon cómo está? Saludamela lo mismo que a tus tías (Mercedes, Ruth, Adela, Chan, Tino, Marvin, Gata) a tu abuelito querelo y cuídalo.
Pronto me vas a tener junto a vos, y mientras tanto pórtate bien, obedecele a tu abuelito, decile que mucho lo recuerdo y lo amo.
Yo estoy bien, hay momento que me siento un poco triste por no poder verlos pero me doy cuenta que siempre están conmigo y el deseo de vernos en una Patria Libre me da más fuerzas para seguir adelante.
Contame todo lo tuyo, si ya tenés novia, si vas a la escuela todo lo que nos pueda unir más.
Si tenés algún problema cuéntamelo, para que tratemos de resolverlo juntos.
Bueno ticho pórtate bien y cuida mucho a Mamá.
Besos y abrazos de quien te adora
PAPÁ
Patria Libre o Morir
PD: Tomate una foto donde estés guapo y me la mandas.
Esta carta fue publicada en el libro Y aún viven entre nosotros, del Instituto de Estudios del Sandinismo.
Platicando con Tino, así le decimos cariñosamente en la familia a todos los Constantino, José Constantino Tapia Membreño, le preguntaba qué recuerdo tenía de su papá, ya que él tenía 3 años de edad cuando mi tío murió, entonces me dijo: “de mi papá son pocos recuerdos los que tengo, digamos, la única cosa que me acuerdo de él es una vez que me estaba chineando, creo que vivíamos en Granada, cuando estábamos clandestinos y que me estaba cantando “No sé me raje mi compa” y lo que recuerdo es su boca, su boca nada más, cuando me estaba cantando yo le agarraba la boca, eso, los otros son como como que lo estoy viendo de largo como esos encuentros que dice mi mamá cuando íbamos a verlo a Granada que nada tengo los recuerdos como que él estaba parado y que él venía de largo y que él venía pero no le puedo ver la cara bien Así que digamos vivencias con él no tengo ninguna. Lo que sí es amor después todo el legado de lo que él dejó, digamos de ver en el compromiso que asumió toda la familia por el sacrificio que él hizo, ver en todo eso es un compromiso muy grande para todos para mí también, para mí una una cosa que sí recuerdo que mi mamá me decía era de que en el futuro, cuando fuera más adulto que tratara de estudiar y hacer cosas para no ser una carga ni del Estado ni andar diciendo que porque era hijo de un caído andar pidiendo a la Revolución y eso pues el propósito siempre fue salir adelante y aprovechar en realidad el sacrificio de esa generación haciendo algo productivo para él para el país y para Nicaragua”
Indiscutiblemente no pude dejar de hacerle esta pregunta: ¿Qué sentiste vos cuando leíste la carta que sale en el libro, que fue la carta que te escribió en la clandestinidad mi tío? A esto respondió Constantino: “Es genial, vamos ahora que yo soy padre me parte el corazón de sentir lo que él pudo haber sentido en ese momento y lo difícil de las circunstancias que era igual no saber si iba a vivir un día más, ya para esa generación fueron decisiones muy muy difíciles y muy extremas para para ellos en su corta edad y juventud que tenían fueron pienso yo jóvenes muy maduros y muy consciente de lo que estaban haciendo, en su momento cosas que es difícil que comprende un joven en esta época incluso yo para mí ,para mí en mi juventud era muy difícil pensar en hacer lo mismo sacrificios que ellos hicieron, pero igual que si me tocaban vivir lo que esperaba no vivirlo los tenía que asumir y afrontar por el legado que había recibido de la familia de mi papá pero digamos en esa carta, ya ahora consciente de lo que veo es el amor incondicional que tienen los padres hacia uno, que es lo que yo trato de transmitirle a mis hijos también tratar de hacer eso de enseñarle más que todo con el ejemplo más que con las palabras las cosas buenas de la vida y el compromiso de lo que es que el ser sandinista no es sólo decirlo, ponerse la bandera la camiseta, y eso, es una forma de vida, yo he tratado de hacerlo en el colegio, en la universidad, en mi trabajo, en mis relaciones con mis amigos, con mi hijos, con mi familia, incluso de tratar de ser recto, correcto y hacer las cosas bien cómo se tienen que hacer porque para eso por eso es que eso se hace; eso, otra cosa importante que igual yo se la re calco a mis hijos con esto de la globalización es que el ser sandinista es el ser nacionalista es querer a tu país en realidad querer a tu país, no sólo decirlo o ponerte azul y blanco de puro gusto y usurparlo y mancharlo con cualquier cosa, sino en realidad a ser conscientes de que cómo vamos a hacer mejor este país Nicaragua en países subdesarrollados no porque no tenga recursos esos desarrollado por qué los nicaragüenses lo hacemos así pues eso es parte del cambio que tenemos que hacer como como sandinista crear la nueva conciencia la gente no sé el hombre nuevo que hay que hacer en este país”
Destaca Constantino refiriéndose a la generación histórica que hizo posible nuestra generación: “El sacrificio que hizo esa esa generación y esa juventud es sentirse comprometida con dar ese salto, es que es que ahora para nosotros es un poco más más sencillo digamos pensar en transformar y hacer un hombre nuevo en este país porque ya se dio ese gran sacrificio esta gente, ésta generación que se abstrajo de su realidad ,eso es lo que te digo se abstrajeron de su realidad para pasar a dar hasta su vida por hacer un cambio en el país ; entonces por ejemplo yo estoy claro de que mi papá hizo eso no pensando en él, no pensando si en un futuro iba a tener un cargo político, ni si quiera eso creo que pensaba él, ni siquiera pensaba ninguno de esa gente; igual la familia, la familia, no creas el compromiso que hizo mi papá de aceptar ese paso los comprometió más a ellos y siendo justo con ellos todo se metieron de hecho de lleno a eso ; Por ejemplo mi tío Tino (Constantino Tapia Roa) que fue el que lo metió a él en el frente me imagino que al ver que su hermano estaba haciendo eso lo obligó y lo encaminó a hacer más cosas de las que tal vez hubiese querido hacer, porque él también en un momento el compromiso moral de hacerlo y actuar igual, eso, eso, eso es lo que lo que en sí nos hizo toda esa generación; nosotros en este caso igual.”
Mantiene Constantino: “El ser sandinista no se contrapone con el cristianismo. Mi figura paterna, de mi papá, tuve la de mi abuelo (José Constantino Tapia Espinoza) me enseñó compromiso moral de que la palabra de un hombre vale más que una firma, que hay que tener honestidad, entereza, valor, mi abuelo tuvo una educación de comienzos del siglo pasado, mi abuelo me caló mucho y esa es la mía, la que trato de enseñarle a mis hijos de que no pueden no pueden variar y tomar cosas que no son de ellos jamás va a poder ser, entonces igual esos pensamientos de lealtad, compromiso, de ser solidario con las demás personas jamás he sentido que estén en contraposición con la fe cristiana qué es lo que digamos estamos apelando nosotros en la reconciliación de este país que fue lo que se utilizó de eslogan para acá aunque le moleste a los católicos políticos, católicos curas, sinvergüenza que andan destruyendo el país, ahora nos están quitando de que utilizamos la palabra pero nosotros no sólo lo utilizamos sino que la ponemos en práctica, en la búsqueda del progreso y ayuda gente sin ser conocida que se sintieran acogido por un gobierno que lo está ayudando de verdad por ser nicaragüense, por vivir la necesidad que están viviendo y tratar de darle respuesta inmediata si después respuestas a largo plazo, pero eso no lo no estoy seguro que no lo veo no lo sienten”.
Constantino Tapia Membreño tiene tres hijos, expresa: “ el mayor se llama Ulises Fernando Tapia le puse así como como mi papá, como su abuelo, igual,es una tradición familiar porque yo me llamo como mi abuelo Constantino Tapia, un poco parecido a cien años de soledad pero así es la familia en América Latina y el más pequeño se llama José Mateo Tapia ; el mayor tiene 18 años el de en medio tiene 14 años y el pequeñito tiene 8 años. La verdad que lo que he tratado de hacer es más que todo enseñarles con el ejemplo más que decirle más, que miren como trabajo como día a día cotidianamente voy y hago cosas muchas veces cuando estaban más pequeños lo llevaba el trabajo a que vieran como eran los barrios difíciles de Managua, otra realidad, distinta a la de ellos, que porque hay que tratar de hacer mejor las cosas en el país, incluso cuando iba manejando en el vehículo con ellos les enseñé, estamos acostumbrados a quejarnos de que todo mundo no sabe manejar bien y la policía ni me paraba”
“Mis hijos si conocen el legado de mi papá, sí ya les he dicho, los he llevado a los actos que hacen, hemos ido al cementerio, han leído el libro , la historia, han visto cosas, han recibido beneficio de eso de una directa o indirectamente de todo lo que es la revolución; Y entonces si por lo menos están enterados, hay una gran influencia ahora con las redes sociales increíblemente, que al menos desde la formación del hogar podemos contrarrestar.”
Lógicamente no podemos hablar de manera general de la Familia Tapia, sin mencionar al patriarca principal, constructor y forjador de generaciones de consciencia pura y sobre todo del sistema de valores que nos han hecho las personas que somos, nuestro abuelo José Constantino Tapia Espinoza, quien también fue para algunos de sus nietos nuestro padre, conocido como Don Tino Tapia, en Masaya y Nindirí. Usualmente, se habla del dolor de las madres de héroes y mártires de nuestra revolución, pero yo conocí el dolor de un padre de un héroe que le llamaba “Ulises el Troyano”, con él visitábamos todos los años el cementerio íbamos a dejar flores a mi tío Ulises, y le escribía poemas en cada aniversario de natalicio y de su paso a la inmortalidad, con sus expresivas palabras de padre fuerte, orgulloso y cariñoso, es a través de sus poemas que conocimos a mi tío Ulises, el guerrillero inmortal.
Un fragmento de una carta enviada desde el exilio a su padre, Ulises escribe: “He tratado de no defraudarlos y creo que he cumplido un poco hasta donde me da mi poca capacidad, mi decisión de lucha es inclaudicable, tené la seguridad de que si caigo es combatiendo.
Hasta La Victoria Siempre”
Y para finalizar este resumen de sentimientos colectivos, vigentes en la Nicaragua de hoy, a pesar que no nos acompañan físicamente mi abuelo José Constantino Tapia Espinoza, ni mi tío Constantino Tapia Roa, ni mi tío Ulises, compartimos el poema que le hizo su padre:
A mi Ulises en el veintiún aniversario de su caída
Ulises Tapia Roa:
Tu nombre, tu figura,
Son banderas de lucha,
De coraje y de honor;
Eres fulgor de gloria,
Eres claro diamante
Que en lontanaza brillas;
Con luz propia y divina
Del gentil guerrillero…
Que regó con su sangre
El estrecho sendero:
Que nos llevó al penacho
Del triunfo, y de la gloria;
Y que fue tu amor inmenso
Por este pueblo heroico:
El que te dio el coraje
De vencer o morir.
Hoy que cumples veintiún años
De haber llegado a la gloria,
Recojo tu coraje y también su fusil.
Ya legaste tu nombre
A nuestra estrecha historia;
Siempre serás ejemplo,
Para la juventud,
Eres el vivo ejemplo
De valor y de amor.
Constantino Tapia Espinoza (10 septiembre 1998)
La placa que los denominados autoconvocados en 2018 arrancaron del Barrio de Países Bajos, Masaya, donde cayó en combate el Comandante Ulises Tapia decía:
“El estampido del cañón, lleno de dolor la calle, más tu grito de libertad, despertó a todo Nicaragua.”
Podrán arrancarla mil veces, pero ya la gesta heroica de todos nuestros héroes y mártires de la gloriosa insurrección popular sandinista ya levantó su cosecha HOY y es la que defenderá las victorias alcanzadas por la revolución.
¡Si ves que avanzo seguime, si me detengo empújame y si acaso retrocedo ahí mismo liquídame!!
¡Por nuestros muertos juramos defender nuestras victorias!
¡Los Golpistas NO PASARÁN!
¡Comandante Ulises Tapia Roa!
¡PRESENTE! ¡PRESENTE! ¡PRESENTE!
Por Ivonne Miranda Tapia
Fuente: Barricada
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