Desde la perspectiva del derecho internacional las sanciones se entienden como las medidas coercitivas (forzar la voluntad) aplicadas a estados o individuos relacionados a un estado, bajo el supuesto que son una amenaza para la seguridad internacional. El objetivo primordial de las sanciones es modificar el comportamiento de los estados o individuos para asegurar la paz y seguridad internacional. Estas sanciones han de tener un consenso internacional (más allá de Europa y Estados Unidos) para que puedan ser concebidas como justas ante la necesidad de preservar la paz.
Por lastima, a lo largo de la historia moderna y sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, las sanciones han sido instituidas por los neocolonialistas (Europa y Estados Unidos) como un instrumento que ha de forzar la voluntad de los pueblos, de los gobiernos legitimante constituidos para lograr someter al esclavismo a sus habitantes. Lo antes mencionado, es fácilmente observable al repasar la lista de algunos de los países que han sido sancionados: Vietnam, Irán, Cuba, Venezuela, Nicaragua etc.
Tomando como referencia las dos definiciones antes mencionadas (RAE y la del derecho internacional) se debiese preguntar a los ejecutores de las sanciones:
¿Cuál es la infracción que han cometido los países sancionados según la definición de la Real Academia Española de la Lengua?
La respuesta es sencilla de expresar, pero difícil de entender para los racistas, esclavistas y genocidas de la tierra: Nuestra culpa ha sido ser libres, habernos liberados del yugo opresor y no aceptar ser recolonizados.
¿Bajo qué términos o premisas se puede decir que nosotros los revolucionarios constituimos una amenaza para la seguridad internacional?
Bajo ninguna premisa, nosotros no exportamos guerras, ni narcotráfico institucionalizado como Estados Unidos en Afganistán, sino mostramos al mundo que otro mundo es posible desde la cohesión de nuestra ideas y la fortaleza de nuestros corazones.
Es imperativo mencionar que estas sanciones, aplicadas injustamente, son de carácter unilateral, tomando como referencia que Europa y Estados Unidos actúan monolíticamente, sin someter a discusión este instrumento y mucho menos dejar margen de discusión en la aplicación de estas. Esto denota (significado directo) que no existe consenso entre la comunidad internacional, por tanto, la validez de dichas sanciones es ilegal.
Que sean ilegales las sanciones, no ha implicado que dejen de tener efectos en los ciudadanos de los países sancionados, puesto que toda sanción prevé la descomposición social para la generación de matrices adversas al pensamiento de los gobiernos sancionados. De forma análoga las sanciones pueden ser comparadas con bombas incendiarias que expanden el descontento y arrasan todo lo que encuentran a su paso.
De forma más poderosa las sanciones poseen una connotación armamentista (significado indirecto) de una bomba de tiempo. Las sanciones son ensambladas en las sociedades por los terroristas neocolonialistas, asentados en los congresos imperialistas buscando:
- A lo inmediato: generar incertidumbre y descontento en la población.
- A mediano plazo: desgaste económico (falta de empleo, desabastecimiento, etc.), desgaste político (aversión por el partido de gobierno) y desgaste social (falta de alimentos, medicinas, nuevos hospitales y escuelas, caminos y carreteras, etc.).
- Como resultados de lo antes mencionado: se esperan revueltas sociales, revoluciones de colores y derrocamientos de los gobiernos legítimamente constituidos, elegidos por el voto popular.
Los tres puntos citados no se deben permitir, nosotros tenemos el deber de desmantelar esa bomba de tiempo y el primer paso es la denuncia internacional. El imperialismo espera que al destruir o intentar destruir nuestro hábitat de vida, nuestro buen vivir, nuestra paz, nuestro Socialismo Cristiano y Solidario a través de las sanciones nosotros le demostremos sumisión, es más, amor. El imperialismo espera que seamos comprensivos con su conducta y nos identifiquemos con ella. Eso no va a ocurrir nunca, los revolucionarios y nuestros gobiernos no poseen el Síndrome de Estocolmo.
Berlín, Alemania (31 agosto 2021)
Fuente: Tortilla con Sal
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Por amor a nuestra Patria y nuestra Revolución ,por respeto a nuestros héroes y mártires ni un paso atrás.Viva Nicaragua Libre Cristiana,Socialista y Solidaria….Daniel Presidente
Viviremos en pugna permanente con los países citados (USA y Europa) pero no nos doblegarán; seguiremos adelante por nuestro pueblo, nuestras familias y por nuestra dignidad.
¡Ni un paso atrás!