Una revolución no es un acontecimiento sencillo en la historia de un pueblo. Una revolución es un hecho complejo y difícil que tiene, además, la virtud de ser una gran maestra, porque nos facilita ir aprendiendo sobre la marcha, y sobre la marcha el pueblo va fortaleciendo su conciencia, y sobre la marcha nos vamos aprendiendo qué es una verdadera revolución.
La obra creadora de la revolución se observa en cada derecho restituido para el pueblo de Nicaragua: salud y educación gratuita, vivienda digna, equidad de género, seguridad, justicia, recreación y deportes, infraestructura educativa, hospitalaria, carreteras, en cada sonrisa de nuestros niños/as, jóvenes, mujeres y hombres.
Todos estos logros no serían posible sin el trabajo incansable de nuestro Pueblo. Los sacrificios que el pueblo de Nicaragua ha hecho a lo largo de su historia, no son sacrificios inútiles. Si algo tiene nuestro pueblo es que mantiene viva su memoria histórica, una memoria de lucha, valentía, patriotismo, nacionalismo, antimperialismo, internacionalismo. “La Revolución transforma conciencias y nos eleva a un nivel superior, para llegar a ser “Seres Humanos”.
“Prohibido olvidar” es la consigna; prohibido olvidar las atrocidades que dejó la intervención yanqui; prohibido olvidar lo sanguinario que fueron los más de 40 años de dictadura Somocista; prohibido olvidar la guerra de agresión que sufrimos entre el año 1980 – 1990; prohibido olvidar los 16 años de gobiernos neoliberales que sometieron al Pueblo a condiciones de extrema pobreza; prohibido olvidar esos meses de terror durante el intento fallido de golpe de estado en 2018.
Al romper las cadenas de estas etapas, se abrió la puerta y se le dio la oportunidad a este proceso transformador, a un proceso emancipador donde se enarbola la bandera de la dignidad, la bandera de la esperanza… esa es la Revolución Popular Sandinista. Para el Pueblo de Nicaragua, romper las cadenas no significó más que seguir con una nueva oportunidad de empezar, de empezar a hacer esa obra compleja y difícil que inició el General Augusto C. Sandino en 1927, que rescató el Comandante Carlos Fonseca Amador y que hoy en día tiene a la vanguardia el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo.
La Revolución marcha bien, avanza a pasos firmes; la Revolución ha logrado grandes triunfos, grandes victorias.Sin embargo, no importa que la Revolución esté fuerte, ni importa que el pueblo, en su inmensa mayoría, la esté respaldando; la Revolución necesita de toda su fuerza, y tiene que defender cada átomo de su fuerza,porque esa fuerza la necesita para defenderse, la necesita para defender al país, la necesita para seguir adelante en esta lucha incasable contra la pobreza, y, sobre todo, porque quedan todavía muchas luchas por librar.
El pueblo es la fuerza de la Revolución. La Revolución tiene respaldo, la Revolución es fuerte, la Revolución está alerta, y en noviembre de 2021 demostraremos el Poder Popular. En manos de nuestro pueblo está la oportunidad de seguir este proyecto transformador.
“Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”. (General Augusto C. Sandino)