Compartimos un artículo publicado en Barricada, escrito por
Yorlis Gabriela Luna Delgado, titulado «Día Nacional del Cooperativismo en Nicaragua». A continuación se presenta el texto:
El “Día Nacional del Cooperativismo en Nicaragua” se celebra cada 19 de febrero, en reconocimiento a las primeras cooperativas constituidas por el General Augusto C. Sandino en la zona de Río Coco y Güigüilí” en 1934.
Un día en reconocimiento al movimiento cooperativista del país
La institución del «Día Nacional del Cooperativismo en Nicaragua» surge por iniciativa de la Asamblea Nacional de la República de Nicaragua, que aprobó su institución el 10 de octubre de 2011, a través de la Ley N. 775.
De acuerdo a los miembros de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto en su dictamen: «El 19 de febrero de 1934, el General de Hombres Libres Augusto Cesar Sandino en su último acto en la montaña, en el proceso de pacificación, hace entrega del Acta Constitutiva y reconocimiento legal por el Gobierno de Juan Bautista Sacasa, de la Cooperativa, “Central de Cooperativas del Río Coco Güigüilí”; acta constituida ante los oficios notariales del Dr. Icaza Icaza, siendo este el primer hecho histórico registrado en el cual se da origen al movimiento cooperativo como tal en nuestro país”.
Sandino: “Yo me inclino por un régimen de cooperativas”
A.C Sandino es el padre del cooperativismo en Nicaragua. Él y sus soldados iniciaron el primer proyecto cooperativo en los márgenes del Río Coco, en 1934, “visualizando un proyecto estratégico de justicia social para reconstruir Nicaragua desde abajo” (Salazar, 2012), sentando las bases de un modelo económico y político, que rompiera los lazos de la humillación, desprecio y la dominación capitalista y oligárquica en el pueblo.
Sandino no buscó soluciones de corto plazo al desempleo y a la presión económica que afligían a los soldados terminada la guerra, en cambio su propuesta fue integral. Él quería hombres y mujeres libres de verdad, por eso el modelo cooperativo que creó buscaba la democratización del poder económico, político, social y cultural.
Se trataba de una propuesta de cooperativa solidaria, justa y autogestionaria, que se iba a traducir en vida digna para las familias y comunidades, desde el control y gestión de las riquezas locales para el beneficio propio. Sandino, con su proyecto de cooperativas, representó una gran amenaza: cambiar verdaderamente la estructura socio económica de Nicaragua.
El poder económico de las cooperativas las convierte en sujetos políticos protagónicos
Las cooperativas, en lo económico, significan el acceso real a los medios de producción de una forma colectiva y promueven la generación y redistribución de la riqueza con justicia social, donde las fortalezas individuales crean mecanismos de resistencia y justicia frente al control y especulación de los precios, al desempleo, y a las diferentes formas de abuso y control económico en la sociedad. Se sostienen y crean una economía real, que es capaz de regenerarse y ampliarse a sí misma (Núñez, 2006).
El poder económico de las cooperativas las convierte en sujetos políticos protagónicos, que desde la práctica cambian la realidad cotidiana de miles de familias, porque articulan y construyen el tejido social e influyen en el rumbo de la sociedad en su conjunto.
El trabajo cooperativo cualquiera sea su naturaleza (transporte, agrícola, etc.) se nutre de organización, paciencia y perseverancia. Y en dependencia de su tamaño y profundidad, exige mucha identidad, comunicación, liderazgo, confianza en sí mismo y en los demás seres humanos. Todas aquellas virtudes que Sandino llamó fraternidad entre los seres humanos.
Estas exigencias del trabajo cooperativo conllevan a que todos los individuos que conforman el colectivo puedan vivir procesos de reflexión permanente, donde a partir de los éxitos y fracasos, individuales y colectivos, se puede mejorar continuamente. El trabajo en colectivo enseña a renovarse constantemente, desde la capacidad de escuchar y de hablar con amor y conciencia; de plantear ideas y desacuerdos, sin romper la unidad y el equilibrio por el bien común.
Las cooperativas: forjando nuevos valores
Las cooperativas van más allá del frío interés utilitario, mercantilista deshumanizado y del individualismo egocéntrico propios del capitalismo, que vuelve todo mercancía, que precio hasta a los sentimientos y como dijo Ernesto Che Guevara, nos pone en competencia, como bestias que se van a devorar.
Asimismo, las cooperativas superan el machismo, el racismo y todas las miserias humanas que la cultura dominante capitalista nos viene imponiendo desde la conquista.
Las cooperativas nos muestran el camino hacia las enseñanzas de los ancestros, quienes se juntaban para realizar el «tequio» (trabajo colectivo en náhuatl); es decir, los diferentes trabajos de la vida individual y de la comunidad, desde sembrar los campos, cosechar, construir las casas de los recién casados, hacer los caminos y diques de agua, etc. De ahí que la vivencia del colectivo desde una cooperativa implica una descolonización constante, de nuestros pensares, sentires, decires y actuares. Es decir, desde la realidad contemporánea tocar, sentir, vivir y abrazar nuestras raíces; y desde ahí construir nuevos saberes y realidades para una revolución cultural.
El poder económico de las cooperativas las convierte en sujetos políticos protagónicos, forja liderazgos y sujetos políticos contra-hegemónicos. De ahí que durante los 16 años de neoliberalismo en Nicaragua, las cooperativas fueron atacadas violentamente, estuvieron en resistencia para mantener sus tierras y los medios de producción; “fueron minimizadas, manipuladas y desfiguradas al gusto y antojo de quienes reconcentraban la riqueza y multiplicaban la pobreza” (Salazar, 2012).
Trece años de fomento a la organización local, fortaleciendo las cooperativas
Sin embargo, hoy los sueños de Sandino sobre el régimen de cooperativas están vigentes y palpitan vivos en Nicaragua, gracias a que desde el 2007, cuando empezó la Segunda Etapa de la Revolución Sandinista, se declaró “el tiempo de las cooperativas”.
Esto se ha materializado en políticas públicas del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional para el fomento a la colectividad y a la organización local, que, de paso a cooperativas sólidas, y a fortalecer las cooperativas existentes. Políticas públicas que se han venido concretando desde la titulación, el crédito y financiamiento, apoyo técnico y acompañamiento, pero también desde la participación activa de las y los portagonistas, evitando la lógica asistencialista individualizada.
Entre las políticas públicas que fomentan la colectividad y el cooperativismo, podemos mencionar: los Bancos Comunitarios de Semillas Criollas y Acriolladas del INTA, los grupos solidarios del Ministerio de la Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa, MEFCCA, los grupos de mujeres de Usura Cero, etc.
Hay vastos ejemplos de grupos organizados que iniciaron como protagonistas de una política pública y hoy son cooperativas, como la Cooperativa «Gloria Quintanilla» en El Crucero, el «Mercado campesino» de Juigalpa, o ejemplos del bienestar del pueblo con el apoyo directo a las cooperativas como lo es el transporte público en Managua.
Tenemos muchos avances, pero hace falta mucho camino por recorrer. Ya lo decía Sandino: nuestro país nos ofrece enormes potencialidades para producir la mayor parte de lo que necesitamos, pero desde la economía popular cooperativa y familiar, que genera la verdadera riqueza del país (CEP, 2018).
El camino no es fácil, ni recto, sobre todo por la complejidad de aprender diario a creer y confiar entre los seres humanos, pero tampoco es desconocido: nuestros ancestros y Sandino ya lo caminaron, ya nos indicaron el camino.
Fuente: Barricada
También, te puede interesar:
Reportaje al General Augusto C. Sandino: «En Nicaragua hay tres poderes y yo soy uno de ellos»
General Augusto C. Sandino: «Mensaje al Séptimo Congreso Estudiantil mexicano»
La vida cooperativista es muy bonita, por que en las cooperativas demostramos la igualdad de derechos, igualdad en oportunidades, se practica la equidad de género y la transparencia en el manejo de los recursos.