Compartimos un artículo de Fredy Franco, publicado en Visión Sandinista, titulado «La educación y el progreso de Nicaragua». A continuación se presenta el texto:
El progreso de las naciones depende de múltiples factores, destacándose entre ellos el papel de la educación con sentido transformador y emancipador, en tanto generadora de conocimientos, capacidades, habilidades, actitudes, aptitudes y valores, que hacen crecer al ser humano y a la sociedad, con posibilidades de desarrollo y bienestar material y espiritual.
La educación en Nicaragua se ha recuperado y se asegura hoy como un derecho humano, como una responsabilidad fundamental del Estado en su aseguramiento, convirtiéndola cada vez más como una premisa y factor de desarrollo.
Hoy la educación se asegura como una prioridad de Estado, en la que cotidianamente todas las semanas, los actores educativos –a través de la Comisión Nacional de Educación– trabajan y atienden la macro y la micro educación, toda su integralidad, que ha permitido actuar de manera articulada e integrada como pocos sistemas educativos en la región.
El progreso de Nicaragua está determinado por la existencia de un gobierno revolucionario, que ha logrado unir a Nicaragua y a todos los actores económicos sociales, con una agenda de desarrollo nacional, que se construye y realiza de manera protagónica con el compromiso y el aporte de todos, y en donde la educación en todos los niveles juega un papel central en la creación de capacidades y en el desarrollo humano.
Nicaragua del año 2007 al año 2018, ha avanzado en equidad política y social. En lo político por la existencia de una democracia integral que hace protagonista y partícipe directo a todos los sectores en las principales decisiones del país y por la participación equitativa alcanzada por hombres y mujeres en la vida política. En lo social por la restitución de los derechos, entre ellos el derecho a la educación, en la que igualmente profesores, estudiantes y la familia participan para que haya más y mejor educación en el modelo de responsabilidad compartida y en el modelo de Fe, Familia y Comunidad.
Nicaragua ha ido alcanzando indicadores fundamentales de acceso, equidad y calidad de la educación en los últimos 11 años, llegando a más de 2.3 millones de estudiantes en todos los niveles y modalidades, que incluye preescolar, primaria, secundaria, educación especial, formación docente, y el restante en educación técnica y universitaria que igualmente ha venido creciendo y diversificándose en el país.
Se han ampliado las oportunidades educativas, sobre todo llevando la secundaria y el bachillerato a las zonas rurales y se ha establecido la educación universitaria abierta en línea, se ha ordenado y ampliado la oferta de educación técnica en el país, que igualmente ofrece amplias posibilidades de oportunidades económico-social para la inserción
laboral.
En el país se ha ido estableciendo un currículo educativo para los nuevos tiempos, que incluye el concepto y la concepción de aprender-emprender-prosperar, para crear una nueva mentalidad de desarrollo para las presentes y futuras generaciones.
Su actualización y pertinencia atiende las necesidades del desarrollo humano y nacional, incluyen de manera central la promoción de los valores, el uso de las nuevas tecnologías en el proceso educativo, la oferta de inglés para los niños desde el primer grado, una nueva concepción del hecho educativo, poniendo como su centro de gravedad los aprendizajes.
Junto a la ampliación y mejoramiento de infraestructura física y educativa, las condiciones sociales para asegurar acceso y permanencia, que incluye, entre otras, la gratuidad, la merienda y mochila escolar, está la capacitación
y actualización de los docentes en los aspectos científicos, pedagógicos y didácticos.
Hay que reconocer el avance significativo en la superación de los docentes a través de las escuelas normales y las facultades de educación de las universidades, que ha permitido la reducción drástica del empirismo en el país y su profesionalización.
A ello se suma la sistemática formación del liderazgo de las instituciones educativas, que incluye la oferta de postgrados y maestrías, lo que ha permitido mejorar la administración educativa.
La educación universitaria está hoy plenamente articulada con el resto del sistema, lo que le ha permitido construir una visión sistémica, un compromiso colectivo y una disposición a contribuir al mejoramiento
educativo del país.
En ese sentido, se trabaja de manera conjunta en el impulso del Programa Nacional Aprender-Emprender y Prosperar, la incorporación de la tecnología digital en el sistema educativo, la activación del nuevo currículo y la investigación educativa.
Las universidades están en un proceso de pleno aporte al desarrollo nacional, que les permita cumplir con más calidad y pertinencia sus funciones y su contribución al desarrollo educativo y nacional, sobre todo con los impulsos de los procesos de formación, extensión, de investigación e innovación que aporten valor agregado en cuanto a producciones científicas y su uso en los distintos ámbitos del desarrollo nacional.
Se trata de dar un salto de calidad para generar mayores capacidades en el país, sobre todo en la calidad y en el valor agregado que se le dan a la economía y los servicios, proceso establecido en el Programa Nacional de Desarrollo Humano 2018-2021, en la que la educación debe jugar un papel central para su logro.
Al tener condiciones de paz y estabilidad, con un gobierno que se preocupa y ocupa de todos los asuntos, con una innegable vocación humanista, es que la educación siempre jugará un papel de primer orden para la transformación y el desarrollo de Nicaragua y los nicaragüenses, Por eso educación y progreso caminan de la mano, pero una educación con sentido humano y transformador, para que haya progreso humano, justo, incluyente y en permanente evolución.
Fuente: http://www.visionsandinista.net/
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