Compartimos un artículo de Fernando Bossi Rojas, titulado «Cuba, libre de analfabetismo». A continuación se presenta el texto:
El 22 de diciembre de 1961 la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana estaba desbordada de gente. Frente a una multitud que no se movió a pesar de una lluvia torrencial, el Comandante Fidel Castro proclamó a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.
La gran batalla había terminado en triunfo, casi 800 mil cubanos se habían alfabetizado gracias a la Revolución. Tras izar la bandera nacional, Fidel se dirigió al pueblo: “Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así: batalla, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. Batalla que comenzaron los maestros, que prosiguieron los alfabetizadores populares, y que cobró extraordinario y decisivo impulso cuando nuestras masas juveniles, integradas en el ejército de alfabetización ‘Conrado Benítez’, se incorporaron a esa lucha. Y cuando todavía hacía falta un esfuerzo mayor, llegó un nuevo refuerzo, el último refuerzo, el refuerzo de la clase obrera directamente, a través de millares de brigadistas ‘Patria o Muerte’. Las masas hicieron suya esta lucha; todas las organizaciones de masa hicieron suya esta bandera, y solo así habría sido posible ganar la batalla”.
Al llamado del gobierno revolucionario miles de voluntarios, maestros, estudiantes y obreros se sumaron a la empresa. El desafío era que en el transcurso de un año se erradicara el analfabetismo en Cuba. Y así se hizo.
La contrarrevolución realizó todo lo posible para entorpecer la tarea. Se burló de la propuesta, boicoteó sus acciones, trató de desmoralizar a los educadores y al pueblo… y como si esto fuera poco, asesinó a varios brigadistas. Mientras el imperialismo y sus aliados arremetían con más saña contra los protagonistas de la gesta, éstos demostraban mayor voluntad y espíritu de sacrificio.
En otro pasaje del histórico discurso de Fidel dijo: “¡Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, eso es socialismo!”.
Ese triunfo de Cuba socialista, décadas después, se repitió en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, gracias a la marcha integracionista y gracias a las enseñanzas de Fidel.
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