Compartimos con nuestros lectores una Carta escrita por el Gral. Augusto C. Sandino al coronel Abraham Rivera el 14 de octubre de 1930. A continuación se presenta el texto:
Cuartel Gral. del Ejército Defensor
de la Soberanía Nacional de Nicaragua
Octubre 14 de 1930.
Sr. Coronel Abraham Rivera
Río Coco.
Muy apreciable hermano en la Patria:
Hemos tenido el placer de recibir todas las comunicaciones que Ud. se ha servido enviarnos, siendo la última de ellas la que se sirvió participarme del proyecto de hacer un viaje por montaña a cierto lugar de conveniencia para el Ejército…
En estos días nuestro Ejército está preparándose de sus mejores planes, y es posible que en breve traslademos nuestro Cuartel Gral. en algunas de las regiones del interior.
Ese posible traslado nuestro por aquellos lados debe de llenar de alegría a los miembros de nuestro Ejército, quienes con algún cargo o por algún motivo queden por estos lados.
No hay, pues, lugar a tristezas ni desesperaciones, porque esas cosas son hijas solamente de la irresolución y la cobardía, y de esa clase de seres la humanidad no podrá esperar ningún beneficio.
Tenga Ud. fe y confianza razonadas y esa misma trate Ud. de inyectarles a quienes le rodean, para que de ese ambiente halagador se recargue la atmósfera que respiren.
Tenga Ud. presente que la ley divina que nos rige sólo es una: la de amor.
De esa ley de amor se derivan las demás. La ley de amor solamente reconoce a la justicia, su hija predilecta, que nació de sus entrañas.
Para sentarle sobre de base lo que le queda expuesta arriba, invítole a usted a obsequiarme quince minutos de atención en los momentos que Ud. se encuentre solo y en estado reposado.
Me hago la dulce ilusión de que está usted ya solo y listo para obsequiarme los quince minutos de atención que le he solicitado: imagínese usted mirar a todos los mares de la tierra juntos, y que se le ordena a un gorrioncito llegar y tomar un trago de agua de aquel mar cada cien millones de siglos.
Cuando ese gorrioncito haya logrado beber en la forma indicada toda el agua de aquel inmenso mar, entonces será un segundo de la eternidad.
Sin embargo, el tiempo de la eternidad no alcanza para poder recorrer, con la velocidad más grande imaginable, todo lo que es el espacio.
La primera sustancia que existió en esa inmensidad es el éter, pero antes del éter existió una gran voluntad, es decir, un gran deseo de ser lo que no era, más claro, amor eterno.
El éter ya es materia y es la vida demostrada por la electricidad que es la vida de los hombres, es decir, todo luz (el espíritu). El espíritu es consustancial del padre creador del universo.
Queda pues Ud. en posesión, querido hermano Rivera, para que siempre esté presto a defender las causas justas, aunque recurra a todos los sacrificios imaginados, porque el sacrificio es amor (el creador o sea Dios).
La injusticia viene del desconocimiento de las leyes divinas, cuando la humanidad estaba en embrión y por lo mismo, la injusticia no tiene razón de ser, porque es contra la ley de amor, única que reinará sobre la tierra, cuando la fraternidad humana venga y los hombres sean de luz, como es el mandato del padre creador.
Para llegar de un punto a otro se necesita principiar a caminar porque si nunca se principia nunca se llega.
Para destruir a la injusticia ha sido necesario atacarla y por eso hemos visto venir a muchos con esa misión sobre la tierra, entre ellos está Jesús, y todo hombre que lucha por la Libertad de los Pueblos, es continuador de aquellas doctrinas.
Hay hombres en la tierra quienes creen que viviendo ellos bien, es locura sacrificarse por el bien colectivo.
Cuando eso se dice por ignorancia es menos malo que cuando se dice con conocimiento de causa, porque entonces a ese individuo lo animan mezquinos egoísmos y eso es tener odio por la humanidad, y sin embargo con todos sus odios a la humanidad, viven en sus orgías a costa de las lágrimas y vidas humanas.
Eso es injusticia, y la injusticia tarde que temprano tiene que ser vencida por la Justicia Divina.
La tierra fue un mundo de expiación, adonde la Justicia Divina mantuvo por millones de siglos a espíritus refractarios a la ley divina, pero hoy la tierra ha alcanzado su regeneración y esos espíritus refractarios serán arrojados a otros planetas menos progresados que la tierra. rra.
De manera, pues, que la injusticia desaparecerá de la tierra y solamente triunfará la justicia.
La tierra produce todo lo necesario para la alegría y comodidades del género humano, pero, como hemos dicho, por largos millones de siglos la injusticia se enseñoreó sobre la tierra y las grandes existencias de lo necesario para la vida del género humano han estado en manos de unos pocos señorones, y la gran mayoría de los pueblos, careciendo hasta de lo indispensable, y quizás hasta se han muerto de hambre, después de haber producido con su sudor lo que otros derrochan con francachela.
Pero ya habrá justicia y la guerra de los opresores de pueblos libres será matada por la guerra de Libertadores, y después habrá justicia y como consecuencia habrá paz sobre la tierra.
Querido hermano Coronel Rivera:
Que no le desesperen mis explicaciones de esta carta, porque en Ud. siempre he advertido bastante inteligencia, y tengo interés en que los hombres que me rodean se embeban en el más grande amor a la justicia, porque ella es nuestro estandarte de libertad. Pronto le escribiré más y le noticiaré del desarrollo de nuestras operaciones militares en los distintos frentes por donde opera nuestro Ejército. Reciba un fraternal abrazo de este su hermano que lo estima.
Patria y Libertad
A. C. Sandino
[Firma y Sello]
Referencias: Ramírez, S. (1984). «El pensamiento Vivo / Augusto C. Sandino». Tomo II. Editorial Nueva Nicaragua, colección de pensamiento vivo 4. p. 145 – 147
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