Compartimos un artículo escrito por Ariana Campero Nava, Embajadora de Bolivia en Cuba, titulado: «¿Qué hacer?» A continuación se presenta el texto original.
Grandes logros alcanzamos las mujeres en 13 años de Proceso de Cambio. Contamos con un 51% de participación femenina en la Asamblea Legislativa, mujeres en el Ejecutivo, embajadoras y cónsules, alcaldesas y concejalas, entre ellas muchas jóvenes.
Desde el Gobierno se apoyó a deportistas y artistas, programas gubernamentales han beneficiado a millones de bolivianas en educación, agricultura y producción, quiero destacar que el 46% de títulos propietarios de tierras fueron entregados a mujeres. En salud, el Bono Juana Azurduy contribuyó a disminuir la mortalidad materna y universalizamos el subsidio prenatal a embarazadas sin seguro social.
Ahora bien, la mujer no solo es maternidad, al día fallecen tres mujeres por cáncer cérvico uterino, primera causa de muerte de mujeres en edad fértil, para ello el Gobierno incorporó gratuitamente la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano y tenemos el derecho a tomar un día libre para hacernos el Papanicolaou.
¿La última década descuidamos a la mujer? ¿La relegamos al hogar?
La deconstrucción de una sociedad patriarcal es una responsabilidad de todas y todos, requiere cambiar mentes y estructuras, dejar de reproducir una educación machista y violenta contribuirá a disminuir los feminicidios. Criemos una infancia libre de roles de género, no consumamos más productos que cosifican el cuerpo de la mujer, dejemos de llamar “feminazis” a las feministas que luchan por iguales salarios entre hombres y mujeres para un mismo cargo, dejemos de atribuir el ascenso laboral de una mujer a posibles vínculos amorosos con el jefe, no acusemos a las minifaldas como responsables de la violencia sexual o el acoso; basta de celos enfermizos, la mujer no es propiedad de nadie.
Practica la sororidad, confía en tu hija, defiende a tu vecina, no permitas que tu familia sea una estructura patriarcal; por tanto, el día de hoy vestiré a mi hija de celeste, para que en el futuro, si quiere ser futbolista, traumatóloga o ingeniera eléctrica, nada ni nadie la empuje a renunciar a sus sueños.
Tomado de: https://correodelalba.org
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