Los acontecimientos ocurridos entre abril y julio de 2018 dejaron una gran huella en nuestra organización y en nuestra historia. Se trata de una huella de dolor y tristeza por darnos cuenta del odio que se manifestó en su momento contra el Sandinismo.
Las circunstancias que nos llevaron hasta ese momento, sin embargo, generaron un proceso de concientización en nuestro pueblo y en nuestra Juventud Revolucionaria. Hoy no podemos afirmar que todo sigue siendo como antes, porque estaríamos diciendo una blasfemia. Las circunstancias y los acontecimientos ocurridos marcaron en nuestros corazones sentimientos encontrados de amor y odio.
En esta gran batalla que hemos librado, encontramos hermanas y hermanos que posiblemente no percibíamos que existían, es decir, no teníamos conciencia a ciencia cierta que pasaban a nuestro lado y eran nuestras/os hermanos/as que en algún momento serían los pilares fundamentales, serían la bandera alentadora y el ejemplo invencible de la Revolución.
Actualmente, es posible afirmar que debido a estos acontecimientos ocurridos:“El pueblo quiere fortalecer la Revolución, el pueblo quiere que su Revolución sea fuerte y que la Revolución pueda defenderse de los ataques de sus enemigos. El pueblo quiere, por eso, que los revolucionarios se unan”.[1]
La Tercera Ley de Newton dice que: “Toda acción tiene una reacción”, es decir, por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, este realiza una fuerza igual, pero en sentido opuesto sobre el cuerpo que la produjo”.
SIN EMBARGO, A NEWTON HAY QUE PREGUNTARLE:
¿Qué pasa cuando se aplica una acción y la reacción se da a partir de miles y millones de fuerzas que se multiplican en sentido opuesto?
Haciendo una analogía de la tercera Ley de Newton, los acontecimientos ocurridos en Nicaragua en el año 2018 permiten analizar que, en su momento, una fuerza fue aplicada y como contraparte a dicha acción hubo una reacción de miles y millones de fuerzas personales multiplicadas y trabajando en forma conjunta para contrarrestar la misma, siempre cooperando unas con otras en forma genuina y entrelazadas entre sí.
Por este hecho, la multiplicación de millones de fuerzas personales generó una reacción contundente hasta el punto tal de contrarrestar, anular y enterrar esa fuerza aplicada que intentó desestabilizar el Sandinismo.
Si bien es cierto que todo lo que nos rodea es física, también nos hace reflexionar si el comportamiento humano y el comportamiento de sociedades pueden ser aislados de ese mundo que nos rodea y que quizás esas reacciones son las que nos hacen ser Sociedades Revolucionarios/as.
Esto nos hace recapacitar que, si las leyes de la física pueden dar explicación al comportamiento humano de una sociedad, de un pueblo. Si hablamos en este sentido y en este caso particular, posiblemente la física no está completamente alineada con las Sociedades Revolucionarias.
Esta multiplicación de todas las fuerzas fue consumada en una reacción casi letal para el enemigo, lo cual permitirá que “cuando en el futuro se hable de esta obra Revolucionaria, se hablará de nuestra generación unida en pie de lucha, obligados todos a poner nuestro esfuerzo, obligados todos a hacer lo que esté al alcance de nuestras manos, obligados todos a luchar”[2], porque se está defendiendo lo que el pueblo quiso hacer, se está defendiendo lo que quisieron hacer nuestros héroes y mártires, se está defendiendo lo que quiere hacer nuestra juventud.
Si bien, “en años atrás fue el patriotismo lo que prevaleció a voluntad, en los próximos años deberá prevalecer, unido a ese patriotismo y a esa conciencia, la inteligencia y la capacidad”.[3] No es secreto que en muchas/os hermanas/os se fortaleció este sentimiento patriota que nos hizo retomar conciencia de clases. Una conciencia que se ve reflejada en la inteligencia y la capacidad de todas y todos para enfrentar nuevos retos y superar nuevos problemas que están por venir.
Lo que no me queda duda es que esta unión y esta multiplicación de fuerzas personales simplemente ha generado un nuevo fenómeno de Resurrección Popular que puede reducirse a “que cuando un pueblo está unido, tiene fe y tiene hombres que no la van a traicionar, es un pueblo invencible; y que la Revolución nada ni nadie podrá vencerla”.[4]
TAL Y COMO DIRÍA EL COMANDANTE TOMÁS BORGE:
“La Unidad del Frente Sandinista de Liberación Nacional no es una suma sino una multiplicación, es algo más todavía, es una proyección geométrica en el desarrollo de las fuerzas revolucionarias nicaragüenses. La Unidad, por otra parte, no fue un acto emocional, ni un decreto, fue el resultado de un proceso difícil, lleno de contradicciones y al mismo tiempo fue el resultado de la reflexión, de la madurez de los revolucionarios nicaragüenses”.
¡La Unidad es la vida, la división es la muerte! ¡la Unidad significa multiplicación, la no unidad significa la división! Los Verdaderos Sandinistas son los que se mantienen Unidos, los sandinistas que se dividen dejan de ser de alguna manera sandinistas. ¡Los invito por tanto a la Unidad![5]
A la Unidad y el Amor
Patria es Humanidad
Patria y Libertad
Germán J. Van de Velde