Compartimos con todas y todos el poema de Amiri Baraka, titulado: «A la gente en Palestina». A continuación se presentan los versos del poema:
Yo huelo la sangre de los palestinos en el aliento de América
Yo veo la carne de los niños desgarrada por las balas
estadounidenses
que cuelgan de los diente de Israel; Petróleo
imperialista que gotea de sus lenguas
Ellos hablan de investigarse a sí mismo
Ellos lavarán sus manos con mentiras
& cubrirán sus asesinatos
con lija de periódico televisivo
ellos contratarán guionistas
para crear febrilmente ficción sobre el terrorismo O.L.P.
ellos quieren robar
ellos quieren violar
ellos quieren desarmar a la gente
ellos quieren ganancias
ellos quieren controlar todo el Oriente Medio
ellos quieren la riqueza
ellos quieren el petróleo
pero
ellos no pueden inventar un arma
para lidear con la Lucha Justa del Pueblo Palestino
ellos no tienen cura para el amor a la libertad de la Gente
no hay mentiras que puedan cubrir la Auto-Determinación
no hay nada a lo que puede regresarse
el futuro de la Palestina Liberada
La Justicia ha tomado refugio en el crecimiento de los Niños
hay una tormenta en la Gente
que lleva el Viento & la Lluvia & el Sol
Todo lo que trae Vida & Libertad
está en el pronóstico para Palestina
el futuro es brillante
aunque la lucha es larga y tortuosa
El Pueblo democrático del Mundo
está de tu lado
& Vamos a Ganar
El otro día fui a la filmoteca de la biblioteca a ver la película Kaddisch für einen Freund (Kaddish for a Friend) de Leo Khasin (2012). Cuando proyectan películas gratis en espacios donde estoy a gusto suelo ir sin ver demasiado de qué va. Paso un buen rato, disfruto y fin. La cosa es que esta película fue un auténtico desastre. Con toques de un sentimentalismo bastante lamentable, intenta igualar un genocidio como el que está sufriendo Palestina sin ningún tipo, además, de fundamento. Es la idea cuando se busca más la lágrima fácil del espectador que un argumento sólido.
Los personajes estaban construidos de una manera bastante dualista y más problemática todavía. Las personas árabes eran retratadas como personas violentas, macarras de barrio. Las personas judías, como abueletes tiernas y bailando. El padre del protagonista, violento. El judío, con sus rarezas, vulnerable (los servicios sociales hacen una aparición pero sin comentarios porque la intervención es espantosa).
Alí, el protagonista, empieza la película pintando en las paredes “libertad para Palestina” y acaba por homenajear a un personaje que no es sólo que no reconozca el genocidio por parte de Israel, sino que incluso llama al protagonista terrorista en momentos de enfado. Y estas son las consecuencias de individualizar, en una relación entre dos personas, una realidad que trasciende mucho más allá sin atender en absoluto al contexto o directamente invisibilizarlo con intenciones más que dudosas.
¿Cómo es posible que haya contado algunas de las problemáticas de la película sin saber de qué va? Porque la idea de esta entrada no es hablar de ella -salvo para evitar que se vea, al menos sin ahondar más allá de lo que ofrece- sino compartir un poema, en un intento posiblemente en balde de intentar equilibrar la realidad un poco, y es que en este caso la cultura, el cine, ha hecho un flaco favor a un problema muy real en Palestina.
Tomado de: https://www.palestinalibre.org/
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