Por Margine Gutiérrez
Ni como santos ni como ángeles, sino como revolucionarios. Los corruptos, los oportunistas, los vividores, los sinvergüenzas no son revolucionarios aunque griten consignas, vayan a las rotondas u ocupen un cargo. Esos no son sandinistas.
Lo son quienes no piden un pedazo de tierra ni siquiera para su sepultura. Los que no son serviles ni aduladores porque no tienen cola que les pisen. Los que sirven y atienden al Pueblo con esmero y mantienen una vinculación permanente, no para tomarse foto y publicarla en fb, sino para escucharlo, conocer sus preocupaciones, descontentos y así poder enmendar errores y redefinir políticas y acciones que les beneficien.
Los que estudian la teoría revolucionaria y la historia de lucha sandinista para alimentar sus principios y valores.
La conciencia no se forja con consignas si no con conocimiento.
La conciencia se forja con teoría y práctica consecuentemente revolucionaria. Es una lucha diaria y el reto es inmenso. Ser como Carlos, como Silvio, Julio y Leonel.
No es fácil, pero ese es el reto, seguir siendo revolucionarios pese a coyunturas adversas y a situaciones o actuaciones con las que estamos en desacuerdo.