Compartimos escrito del General Augusto C. Sandino, titulado «Las armas libertarias se cubren de inmarcesibles glorias», fechado el 4 de enero de 1928 [1]. A continuación se presenta el texto:
Con oportunidad, los simpatizadores de nuestra causa activaron sus informaciones a este cuartel, relativas a la organización que los punitivos nórdicos, en unión de los patricidas, preparaban hacia dos meses en Matagalpa, para dar un combate general en El Chipote.
Nuestro ejército no necesitaba hacer ostentación de valor, supuesto que éste ha sido, y sigue siendo probado, siempre que los piratas intentan expedicionar en nuestra zona.
El 30 de diciembre próximo anterior, a las ocho de la mañana, el enemigo, compuesto de trescientos yankeesy doscientos patricidas, hacía alto en actitud de exploración en el punto llamado Trincheras, a cuatro kilómetros de Quilalí, y lentamente, como un asqueroso reptil, fue desenvolviendo sus movimientos, los cuales no podían ser en otra forma como no fuera en línea recta. La ironía de los libertadores reflejábase en la mirada; su sarcástica sonrisa acentuaba la expresión del odio a los invasores; las miras de los famosos «conocnes» buscaban con ansia el corazón de los asesinos de nuestra soberanía. Los prácticos bomberos esperaban a pie firme el instante en que el enemigo se aglomerara para hacer su exterminio con el terrible fuego de bombas.
Así fue: a las ocho y cinco minutos a.m., la cadena de tiradores yankees, compuesta de sesenta hombres, que pausadamente avanzaba sobre nuestras trincheras, fue completamente destrozada por las certeras descargas de nuestra fusilería, causando tremenda confusión y pánico indescriptible en el enemigo, que en su vertiginosa huida atropellaba todo lo que encontraba a su paso, pues hay que advertir que el sitio escogido para batirlo fue el Paso de la Muerte. Los que milagrosamente salieron con vida deben recordarlo siempre. El enemigo, ante el enorme número de bajas que en menos de cinco minutos se le hicieron, no pudo reorganizarse en el mismo lugar del combate para retroceder en orden, sino que, en completa dispersión, huyó por distintos caminos rumbo a Quilalí, con la esperanza de unirse con otra columna de bandoleros rubios, que de Telpaneca salía, apoyando el avance de la séptima columna de piratas, que fue batida en Trincheras. Con la violencia del rayo y con la ayuda de Dios, los defensores de la libertad destruyeron, en cinco minutos, el plan de combate que los punitivos tardaron dos meses en organizar.
Explorando el campo, nos cercioramos del resultado de nuestra victoria: sesenta y cuatro enemigos muertos, sesenta y nueve rifles con una máquina Lewis, seis mil cartuchos de varias clases y muchos otras cosas de menor importancia.
Con esta jornada terminó el avance del enemigo por este sector. Esperamos combatir con el mismo impetu otra columna de traidores e invasores que, por el lado de Telpaneca, avanza, con el fin de cooperar en el combate general que los invasores pensaban dar en El Chipote.
El 31 el enemigo aún no se había dado cuenta de la violenta derrota de los que de Matagalpa salieron llenos de orgullo, y por tal motivo venían resueltos a combatir con nosotros; pero el juez del caserío del Varillal, y veinte de sus compañeros fueron suficientes para castigarlos sangrientamente, haciéndoles once muertos y algunos heridos.
El 1° de enero se recibieron informes, en este cuartel general, de que los yankees venían en número de trescientos por e camino de Telpaneca, con orden de cooperar con el combate general de El Chipote. inmediatamente ordené a los Coroneles Estrada y Colindres, salieran con sus cabalerías a cortar el avance del enemigo, persiguiéndolo hasta exterminarlo. Con tan buena suerte intensificaron su acción los nuestros que, a la 1 p.m. de ese mismo día, tomaron posiciones en el mismo punto de Las Cruces donde, dos meses antes, habían sido derrotados los bandoleros conquistadores, esperándoles con toda resolución.
Quince minutos después, dejamos avanzar toda la columna punitiva, embotellándola y obligándola a pelear cuerpo a cuerpo, y en tres horas de fuego de fusilería y bombas de ano, quedó diezmada y luego fue destruida, casi en su totalidad, a machete. Esto horrorizó a los piratas sobrevivientes, obligándolos a huir de manera vergonzosa, dejando en el campo noventa y siete muertos y sesenta heridos; entre aquellos los dos jefes principales, los que fueron identificados por los documentos que se les recogieron, así como se les tomaron los planes de combate y claves que empleaban con los aviadores. El botín avanzado fue de gran consideración: seis máquinas Lewis, tres máquinas Thompson, dos rifles Lewis automáticos, cuarenta y seis rifles Lewis y dieciséis mulas cargadas con parque de varios calibres, así como gran cantidad de provisiones.
Siempre continuamos procurando destruir otras columnas de bucaneros, que tratan de combinarse para atacarnos; confiamos en que pronto volveremos a destrozar a los punitivos y patricidas.
Patria y Libertad
A. C. Sandino
Baluarte de la Soberanía Nacional de Nicaragua
El Chipote, enero 4 de 1928.
Referencias: Ramírez, S. (1984). «El pensamiento Vivo / Augusto C. Sandino». Tomo I. Editorial Nueva Nicaragua, colección de pensamiento vivo 4. p.p. 215 – 217
[1] Por su contenido, esta carta, dirigida a Froylán Turcios, es, en realidad, un parte de guerra. Entre 1927 y 1928, la mayoría de estos fueron redactados en forma de misivas dirigidas al director de la revista Ariel.
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