*Recopilado por Redacción Central
A través del arte y la literatura, el/la intelectual revolucionario/a ofrece al Pueblo nuevas formas de percibir la realidad para lograr una reestructuración de su relación con el mundo, una modificación de sus relaciones con el mundo burgués.
Liberándolo de los mitos burgueses, el/la intelectual, a través de su obra, hace volar la mansedumbre de la conciencia popular y la condiciona para la lucha libertadora. Seguir, posibilitar, poner en movimiento, encaminar y hacer un Pueblo compañero de la creación intelectual, proporcionarle una realidad que ha de buscar y sugerir el camino para llegar a esa realidad.
La producción intelectual es una invitación y ayuda a la identificación de la realidad y del Pueblo, encuentro de su yo, conciencia de sí para sí. Esclarecimiento definición, profundización de los problemas de la situación nacional cuyas soluciones las dará la lucha revolucionaria. Todo un cambio en la personalidad del o la intelectual a través del trato con el Pueblo, de las actitudes, de las críticas, de los diálogos con el Pueblo, del estudio de la realidad, a través de lo que escribe, de lo que habla, de lo que actúa.
La migración hacia el pueblo es el meollo del asunto. Ir al Pueblo quiere decir ir a los/as campesinos/as y a los/as obreros/as. Ir al proletario/a. Hay que ir a la historia del Pueblo, la pasada y la presente. Redescubrirlos, producir culturalmente en la óptica de la dimensión popular, producir y actuar en la lucha de la liberación nacional.
Para realizar la migración, el/la intelectual tiene que incendiar el lenguaje y acabar con los estereotipos conceptuales y decir un discurso diferente. No someterse al lenguaje aceptado y establecido. Cambio de conceptos y de lenguaje. “Escribir en contra del capitalismo con el bagaje mental y vocabulario que se derivan del capitalismo es perder el tiempo”.
Para liberar el lenguaje y los conceptos hay que aferrarse a la realidad de manera nueva, hay que adoptar el punto de vista del proletario. Hay que romper el orden ideológico establecido, el conservadurismo mental, impuestos por la oligarquía y el imperialismo; hay que romper las formas y las temáticas de la cultura, del arte y la literatura sacralizados por las clases dominantes.
El arte y la literatura han de inventar las posibilidades artísticas para dirigirse al Pueblo. Plantear la realidad artística o cultural en términos colectivos y no para la vocación de unos cuantos elegidos. Socializar. Ensayar y desarrollar las formas artísticas a través de una expresión colectiva. Poner en movimiento la cultura hacia donde se hallan reunidos los trabajadores. Ir a las masas. Cambiar el escenario de acción de la literatura y el arte, de toda la cultura y ligarla al movimiento de masas: a la calle, a la fábrica, a las haciendas, al campo, a los colegios, a los sindicatos, a las universidades. Hay que pensar seriamente en la posibilidad de la poesía y narrativa oral para dirigirse a las masas.
Pensar la literatura y arte con criterio de élites y creer que las masas populares son capaces de entender y apreciar el arte, es pensar con el criterio individualista de la propiedad privada y capitalista (yo primero, solo yo, yo contra todos); y desconocer, por un lado, la capacidad de invención y asimilación de los trabajadores, cuya práctica productiva los capacita y los sensibiliza para aprender la realidad y comprender el desarrollo histórico, y por otro, que la tibieza y el desinterés de las masas es consecuencia de la estructura de las relaciones sociales capitalistas y, por ello sólo un momento transitorio en su desarrollo. La realización de individuo tiene que ser la realización de todos. De todos y cada uno.
Establecer un puente vivo entre el/la intelectual y el Pueblo de Nicaragua que sufrió la intervención yanqui, una de las dictaduras más sangrientas de América Latina, una guerra de agresión, 16 años de neoliberalismo es tarea que requiere poner en juego la imaginación creadora.
Constituye un desafío estimulante a la actividad creadora del o la intelectual, por lo tanto…
El intelectual revolucionario/a tiene que organizarse e integrarse al movimiento revolucionario organizado. La organización revolucionaria dirige y coordina la lucha revolucionaria en sus diferentes niveles y formas. De esta manera, la organización es la integradora del esfuerzo cultural en la voluntad liberadora del Pueblo.
El/la intelectual revolucionario/a tiene que vivir atento y militante frente a las ayudas y promociones imperialistas, pues estos son atraídos normalmente a la órbita cultural imperialista. Por consiguiente, es responsabilidad combatir la frustración y la distorsión de la cultura, de las tradiciones y la historia del Pueblo, poner al descubierto los modelos a que inconscientemente obedecen los estudiantes e intelectuales, y que están en relación con la tipología cultura que quiere imponer el imperialismo, evidenciar el distorsionamiento de las necesidades de las masas trabajadoras, los modelos de vida que se las pretenda hacer aceptar. Tiene que afinar el sentido crítico para distinguir en las manifestaciones ideológicas todo aquello que tiene a justificar y mantener la dominación burguesa.
El/la intelectual revolucionario/a ha de servir de vehículo para una mayor inteligencia de la realidad del proceso histórico, de la lucha del Pueblo y su organización revolucionaria.
El/la intelectual revolucionario/a participa al igual que los demás, de la necesidad de expresar la inquietud de un país en trance de revolución, de la preocupación por expresar una convicción de la conciencia de la situación y de una nueva realidad de la acción.
El/la intelectual revolucionario/a tiene que organizarse e integrarse al movimiento revolucionario organizado. La organización revolucionaria dirige y coordina la lucha revolucionaria en sus diferentes niveles y formas. De esta manera, la organización es la integradora del esfuerzo cultural en la voluntad liberadora del Pueblo. Organizadamente las ideas adquieren una fuerza material incontenible.
El/la intelectual revolucionario/a, a través de una praxis científica-artística-literaria-política, diferenciada y diferenciadora irá haciendo saltar la realidad ideológica de la burguesía. En nuestro país, la lucha armada fue planteada como medio principal para alcanzar la liberación y tomar el poder, de manera que el/la intelectual no sólo ha de esgrimir el arma de la crítica sino estar listo para empuñar las armas.
Organizadamente, las ideas adquieren una fuerza material incontenible. Solo a través de la militancia revolucionaria organizada, podrán los intelectuales lograr una comprensión racional de la marcha y de los fines del movimiento revolucionario y participar conscientemente en la transformación del mundo que se verifica ante nuestros ojos.
Fuente:
*Recopilado a partir de Ideas del Comandante Ricardo Morales Avilés
Avilés, Ricardo M. (1972). Sobre la militancia revolucionaria de los intelectuales. Revista Taller, revista de los estudiantes de la UNAN, N° 8, enero de 197, pp. 63 – 70
Muy interesante, eso lo miramos en el 2018 como algunos intelectuales fueron arrastrados por las orbitas del imperio aca en Nicaragua.