Abracémonos hermanos y llenémonos nuestros ojos de lagrimas sin tener vergüenza al qué dirán. Sigamos siendo nosotros, sudados de tanto andar y batallar.
Bailemos hermanos, sin importar con quien o con quienes, todos somos iguales. Bailemos esa mazurca, sobaqueando con el alma hacia el porvenir.
Tomémonos de las manos, desde antes, hasta hoy y hasta siempre. Fundamos nuestro espíritu en uno solo para seguir en la colectividad de nuestras victorias.
Construyamos un mundo nuevo, nuestro mundo, nacido cual ciclo infinito de un Julio Victorioso. Y así, por consiguiente, que sea cada 19 de julio un eterno abrazo lleno de lluvia y de sol que permita a el árbol de la vida echar raíces en nuestra revolucionaria humanidad.
Jeremy Cerna
11 julio 2022 (Berlín, Alemania)
Fuente: Tortilla con Sal