En noviembre de 1966, el liderazgo central del FSLN publicó un manifiesto repudiando la política de Movilización Republicana del PSN (Partido Socialista Nicaragüense), titulado «¡Sandino Sí, Somoza no, Revolución Sí, farsa electoral no!». A continuación se presenta el contenido de dicho manifiesto:
Fecha: 25 de noviembre de 1966
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) Comunicado
Hermanos nicaragüenses:
Sinceridad y vergüenza
El pueblo nicaragüense está siendo víctima de la maniobra de una farsa electoral, que se propone imponer en la presidencia del país a Anastasio Somoza Debayle. Se pretende prolongar por más tiempo todavía el largo régimen de miseria y dolor, que ha padecido nuestro pueblo; se pretende uncir por más tiempo a nuestra patria al yugo del dólar.
Ante la pérfida estocada que se perpetra contra el angustiado pueblo de Nicaragua, el FSLN, al mismo tiempo que analiza la situación nacional que sufrimos, eleva su voz para reafirmar el juramento de patria libre o morir. Somos un movimiento cuya inquebrantable decisión de defender la justicia, tiene como testigo infalible la sangre de nuestros camaradas caídos en las montañas de los ríos al norte del país.
A la vez que hay sinceridad en el juramento que reafirmarnos en estos momentos, hay también cierta vergüenza en nuestra voz. Es que, a juicio de nosotros, los momentos actuales, con el pueblo martirizado y asediado, son apropiados, no para bondadosas promesas, sino para valerosas acciones.
Es mucho el lodo que inunda la moral en nuestro país; y nosotros que hemos aspirado a ser generosos, al no lograr todavía reanudar la acción libertaria, pareciera que ese lodo nos ha salpicado. Quizás sea así. Pero en las filas del FSLN milita una juventud que sabrá sacudirse la gota de lodo, para empuñar el arma patriótica y popular. Veamos someramente lo que está sucediendo en Nicaragua.
Convirtieron la unión opositora en estratagema
En su crecimiento la rebelión contra el régimen somocista, se ha encontrado con tremendos obstáculos, provocados dentro de las mismas fuerzas de oposición. Cargan con esta grave culpa los grupos dirigentes de las entidades: Partido Conservador de Nicaragua, Partido Socialcristiano Nicaragüense y Partido Liberal Independiente. Durante largos meses, tales elementos se empecinaron en mantener dividida a la oposición, distrayendo considerablemente energías en querellas internas. Finalmente, las fracciones rivales en que se encuentran divididos el Partido Conservador y el Partido Socialcristiano, y que se disputan las preferencias de la clase capitalista, convirtieron la Unión Nacional Opositora en una estratagema sectaria. Al lado de estos, en la Unión Nacional Opositora se ha negado sitio a los destacamentos que levantan una bandera revolucionaria y antiimperialista.
De hecho, los grupos dirigentes que controlan la Unión Nacional Opositora, y en particular las direcciones del Partido Conservador y del Partido Socialcristiano, se han prestado a los juegos del régimen somocista. Estos elementos realizan una oposición con «cuentagotas». No es casual la coincidencia de la actitud de estos señores, con la de sus predecesores, los políticos conservadores que durante más de treinta años, han frustrado con sus componendas y coqueteos, la resistencia popular contra el régimen somocista.
Ante la oposición adoptada por la dirección conservadora y sus acólitos, puede extraerse una deducción. Y es que, lo que se proponen, más que el derrocamiento del somocismo, es mantenerse como reserva del sistema reaccionario, para salir a la palestra cuando se llegue la hora en que el pueblo, hastiado de tanto oprobio, se levante en busca de nuevos rumbos justicieros.
La farsa electoral y el golpe militar
Los políticos que se han adueñado de la unión opositora se proponen arrastrar a nuestro pueblo hacia la farsa electoral. Nosotros desde el primer instante hemos declarado el repudio a tal farsa, que en resumidas cuentas no es más que una marrulla para distraer y conducir al fracaso el hondo descontento de las masas oprimidas. Pero esos políticos se dan cuenta que el pueblo de Nicaragua ha evolucionado en conciencia, y que, a pesar de todas las tretas electorales, este pueblo puede encontrar por sí mismo nuevas rutas en la búsqueda de una vida distinta, pletórica de felicidad. Es debido a esta circunstancia, que al tiempo que hablan de elecciones, tales políticos alientan la verificación de un golpe militar contra la camarilla somocista. Dicho golpe no puede nunca confundirse con la violencia popular, que ha de enfrentarse a la antipopular violencia somocista. Este golpe, no es más que un truco para encontrar una salida que evite la participación efectiva de las grandes masas en el logro de un cambio dentro del panorama político del país.
Al denunciar el carácter reaccionario de un golpe militar, no queremos de ninguna manera, menospreciar el importante papel que le corresponde desempeñar al sector patriótico que indudablemente existe dentro de la Guardia Nacional. Es un sector que tiene como gloriosos precursores a una serie de militares mártires. Sólo existe una base sólida, para que la decisión de lucha de todos los sectores no sea desviada hacia nuevos engaños por parte de los ambiciosos sin escrúpulos. Tal base es la abierta participación de las muchedumbres y de sus cuerpos conscientes de combate.
Intransigencia ante la claudicación electoral
El sector de la izquierda revolucionaria con el que hemos mantenido diferencias, se ha manifestado a favor de la participación en el proceso electoral, incluyendo la emisión del voto el día de las elecciones. Nosotros, en cambio, sostenemos el más efectivo repudio a la farsa electoral. Al definir nuestra línea, hemos tenido presente la obligación de los revolucionarios de estar en contacto y al frente de las masas combatientes. Elaboramos nuestra línea, partiendo de las condiciones nacionales de nuestro país. Nos hemos hecho cargo de la avalancha derrotista y conformista que le imprimen a la lucha popular los elementos reaccionarios de la oposición. En vista de esto, consideramos indispensable asumir una postura de intransigencia ante la claudicación electorera, única manera de contrarrestar la ofensiva derrotista.
Es cierto que es obligación de los revolucionarios conquistar la más vasta unidad de las diversas fuerzas. Lo que nosotros criticamos a cierto sector de izquierda, es que se ponga exclusivamente en la unidad todo el acento de la movilización popular; poniendo en último término, y con frecuencia no dándole ningún lugar, a la acción independiente del movimiento revolucionario. Tengamos en mente, estimados amigos, las características y hasta las tradiciones de la rama politiquera de la oposición. Si la acción revolucionaria independiente no ocupa un alto plano, no estamos unificando al pueblo, sino poniendo en malas manos el destino de Nicaragua. La unidad no debe degenerar en entrega de la lucha popular al sector dirigente conservador. La unidad debe ser emulación batalladora entre las distintas fuerzas que componen la oposición.
Unidad y no entrega
Esta claro que no cerramos los ojos ante la influencia que todavía ejercen en un sector del pueblo, las dirigencias de los viejos partidos capitalistas. Por eso no negamos la necesidad de la unidad. Pero que para nosotros debe ser exactamente eso, UNIDAD y no entrega.
En paralelo a lo anterior, apreciamos el debilitamiento de la influencia de las dirigencias capitalistas sobre las amplias masas, dándose también el fenómeno, de que en extensos sectores tal influencia ha desaparecido, siendo sustituida por la conciencia revolucionaria.
Al fin de cuentas, lo que está sucediendo en Nicaragua, no viene sino a confirmar una verdad. Esta se refiere a que las fuerzas capitalistas y yanquistas, no representan a las masas populares que, explotadas y laboriosas, son las más ansiosas de arribar a una nueva era. Estas experiencias, están aleccionando a mucho pueblo en el sentido de que la bandera de la victoria lleva inscritas en su manto las sagradas palabras: Patria y trabajo.
Ni solitarios nos mantendríamos cruzados de brazos
El Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, no desea ir solitario al campo de la lucha revolucionaria, ya que ningún nicaragüense, sean cuales fueran las opiniones que sustente, puede ser privado del derecho de defender el ideal popular. Pero queremos decirle al pueblo, que, si acaso no encontráramos compañía, ello no será pretexto para que continuemos cruzados de brazos.
El sargento de West Point
A Anastasio Somoza Debayle, sargento del cuartel yanqui de West Point, podemos decirle que aunque invada oficialmente la Loma de Tiscapa, cometería un craso error si se considerara victorioso. Tenga por cierto Anastasio Somoza Debayle, ladrón y asesino, que el pueblo de Nicaragua habrá de cobrarle un alto precio por sus incontables crímenes.
Cada día nos convencemos más de que la acción al gusto de los leguleyos somocistas, en virtud de democratizar al país, a lo que conduce es a envalentonar a los enemigos de los nicaragüenses honrados. Sabemos que la eficaz lucha revolucionaria, causa la ira de los amos yanquis. Pero también sabemos que una lucha que parte de las copiosas enseñanzas de nuestra heroica historia nacional, puede desafiar cualquier tipo de agresión.
Hermanos nicaragüenses: Seamos dignos descendientes de Augusto César Sandino, el más grande héroe popular de América Latina, y que desafió victoriosamente a la más agresiva potencia imperialista: La bota yanqui.
A la lucha, hermanos nicaragüenses: por la tierra, por el trabajo, por la cultura.
¡PATRIA LIBRE O MORIR!
Frente Sandinista de Liberación Nacional
Carlos Fonseca, Silvio Mayorga, Rigoberto Cruz, Oscar Turcios, Conchita Alday. Managua, 25 de noviembre de 1966
Referencias Bibliográficas
Comunicado del FSLN impreso en Managua, Editorial y Lito «Artes Gráficas» y distribuido inmediatamente después de su fecha de redacción, 25 de noviembre de 1966.
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