Compartimos con todas/os un artículo de análisis escrito por Manuel Espinoza, titulado originalmente «Derrota del Marketing Político Mentiroso de Macri en las Elecciones Primarias y el Retorno de la Izquierda». A continuación el texto original:
Ayer el presidente ultra-derechista de Argentina Mauricio Macri perdió en las elecciones primarias abiertas, simultaneas y obligatorias conocidas técnicamente como (PASO). En estas se decidió qué candidatos quedaron aprobados a participar en la contienda electoral programada para el 27 de octubre de este año.
Desde ya, el sueño de Macri de un segundo término se ha visto más que borroso tras los resultados que arrojaron una constante de arriba del 47% a favor de sus contendientes principales Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner del partido “Justicialista” contra un 36% del binomio Macri y Miguel Ángel Pichetto. De ahí que Macri inmediatamente expresara públicamente el haber “tenido una mala elección” y que “desde mañana iniciarían a redoblar los esfuerzos para en octubre obtener el apoyo para lograr continuar con el cambio.”
No le ayudaron las mentiras bien aplicadas según el manual de marketing político (donde podés disfrazar y mentir sobre un producto con tal de lograr que lo compren) que le facilitaron la victoria en las elecciones presidenciales en el 2015. La realidad agobiante, empobrecida y de esclavitud financiera ante el Fondo Monetario Internacional por décadas a futuro, se impusieron ante su vieja táctica de uso de frases muy prometedoras, pero que hoy sonaron más huecas que nunca y sin sentido.
Y no solo el sueño de la reelección presidencial de Macri está en juego, y él y sus socios fieles seguidores del consenso de Washington lo saben. Recordemos, que el “Consenso de Washington” consiste en una serie de recomendaciones de 1990, que tenían por objetivo que los países de América Latina “se ordenaran bajo recetas neo-liberales” como soluciones a la crisis de la deuda externa de los 80 y que Macri en su administración ha seguido al pie de la letra empobreciendo a millones de argentinos.
Su edificio de mentira inició con la necesidad de la reducción del déficit presupuestario. Además, mintió elevando el monto del déficit a un 7% del PBI para justificar el ajuste cuando en realidad era menor del 2%. Esto le facilitó iniciar con el Recorte del gasto público afectando los gastos en los servicios sociales y recortando en una mayor medida los subsidios al transporte, lo que no dejó de golpear a la población más desfavorecida.
Con una Reforma tributaria como el camino para incrementar la recaudación bajo la lógica de imponer más impuestos a los ciudadanos, sus bienes y servicios y otras maniobras neo-liberales ya hartas conocidas como cambio competitivo y estable, la baja del precio de la divisa argentina, la atracción de la inversión extranjera, condujeron al deterioro casi total de la economía argentina con un profundo déficit fiscal una elevada inflación, desempleo y reducción de los servicios públicos de salud con medicamentos carísimos y golpes severos al sistema educativo y una inversión extranjera en estampida.
Además, la privatización no se hizo esperar y el endeudamiento con el FMI, con más de 55 mil millones de dólares, ha sido la mejor misión que su gobierno neo-liberal pudo cumplir ante los dueños de la esclavitud mundial.
Por eso desde hace años, junto con la mala administración pública de Macri, la lucha permanente en Chile y la inestable situación en Perú y Ecuador, la matanza indiscriminada de líderes sociales en Colombia y su impunidad internacional avalada por los EE.UU. y resto de países de la OTAN, la llegada de otro ultra-derechista como Bolsonaro en Brasil y sus prontas medidas anti popular, están marcando la crónica de la muerte anunciada de la derecha y el retorno de la izquierda en el continente.
Recordemos, que en Brasil el golpe legislativo a Dilma Russef y el encarcelamiento injustificado y ya comprobado de Lula da Silva en Brasil le permitieron a Bolsonaro, de una manera corrupta, llegar a la presidencia. De no haberse impedido presentarse al binomio Russef-Lula para la presidencia, este último hubiera arrasado electoralmente. En este sentido, el retorno de la izquierda a estos países es una cuestión de tiempo y no un eterno imposible.
No cabe duda de que Alberto Fernández y Cristina Fernández ha sido más que inteligente al ocupar una segunda posición como candidata a vicepresidente y no tratar de ser el centro de atención en una candidatura presidencial ya que en caso de ser atacada como lo fue Dilma Russef y Lula para impedir su asegurado triunfo presidencial, lo resultado a favor de su partido no serían afectado a tal medida de impedir su victoria.
Nadie se explica cómo los argentinos pueden tolerar tanta humillación y aberración por parte de un modelo económico fracasado y con líderes tan corruptos en la historia política del país. No es la primera vez que los argentinos caminan rumbo al Golgota, con una cruz acuesta y con pocas esperanzas de poderse muy pronto quitársela de encima. Si en el 2006 lograron quitarse al FMI, la deuda ahora prácticamente es y será impagable, de ahí que la receta de las medidas del Consenso de Washington es lo que más están escarmentando los argentinos.
No se necesita ser experto en los asuntos argentinos o en el análisis del sistema internacional y su transformación actual para entender que Argentina es un claro ejemplo como se libra la resistencia popular global contra del modelo capitalista post neo-liberal donde, por un lado, está claro que el orden mundial liberal es inestable y se mantiene al borde de una crisis. No hay una pronta solución vista a largo plazo. Sobre todo, en una coyuntura global donde los defensores del modelo los EEUU y sus aliados se ven afectados por el comunismo de mercado de China, los centros de poder emergentes como el BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y el banco asiático donde la Argentina en mano de la izquierda podrá mirar con esperanzas de asistencia.
Y es que desde ya están obligados porque el FMI ya le desembolsó a Macri la mayor cantidad del préstamo. Estaban urgidos en Washington de atar a Argentina a la esclavitud del Sistema de Bretton Woods, que diseñó al FMI. De esos 55 mil millones prestados por el FMI a la próxima administración presidencial solo se le desembolsaran USD 6,800 dólares que aún quedan pendiente y serán entregados bajo serias condiciones a nivel de pistola en la cabeza con el chaleco de la economía neo-liberal impuesta durante Macri.
Con desembolsos de 980 millones diferidos hasta junio del 2021 el nuevo gobierno no estaría en la capacidad de implementar ningún tipo de giro a la economía política de la izquierda.
¡Al no poder revertir la nefasta herencia esclavizante de Macri, el pueblo miraría con ojos de incapacidad a la futura administración ejecutiva en la presidencia y no con los ojos de esperanzas que han depositado ayer los argentinos en las elecciones primarias como un STOP al macrismo nefasto!
En un poco más de dos meses si pierde Macri en la primera vuelta o si pierde el 24 de noviembre cuando están programada la segunda vuelta las cosas iniciarían oficialmente a dar un giro paulatino de 180 grados. De hecho, con este primer revés contundente en las elecciones primarias de ayer que muestra la orientación popular hacia la izquierda las cosas ya comenzaron a cambiar en Argentina. Dos cosas hasta ayer son ciertas y es que ayer se derrotó al marketin mentiros de la formula Macrista y el retorno de la izquierda es mas posible y tangible.
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