Muchas veces me pregunté… ¿Cuáles son los acontecimientos que ocurren en nuestra vida, qué aprendizajes significativos marcan nuestro SER para que nos volvamos Revolucionarios/as? Desde un punto de vista personal, hay un sinnúmero de acontecimientos y circunstancias a lo largo de la vida que marcan ese camino, es decir, es un proceso que se construye con el tiempo.
A continuación, compartimos algunos relatos del Comandante Carlos Fonseca Amador, durante su juventud, que se pueden interpretar como acontecimientos que contribuyeron a construir el SER Revolucionario legendario e inmortal de nuestro Comandante:
A la edad de dieciocho años Carlos le dijo a su amigo cercano Ramón Gutiérrez que él nunca había tenido relaciones sexuales. Cuando Ramón le preguntó asombrado porqué, Carlos le dijo que él jamás le haría a una mujer o que le habían hecho a su madre. Un poema que Fonseca escribió para la revista Segovia en 1954 contiene las líneas: «Está bien que… la Tomasa vaya a tener hijo./ Pero está mal que… el hijo de la Tomasa no vaya a tener padre». En el juicio de 1964, a Fonseca se le preguntó acerca de lo reportado por la Guardia Nacional de que él, después de su arresto, había necesitado tratamiento por enfermedad venérea. «Vean compañeros», el insistió, «yo soy un asceta, casi un místico. Todo mi tiempo lo tengo dedicado a la revolución y a la patria». Todo eso es falso. Es un invento».
Cuando Carlos Fonseca se matriculó en la Universidad nacional en 1956, escribió «sirvienta» en el espacio para la ocupación de los padres. El empleado lo miró y dijo, «¿No quiere decir de oficios domésticos?» Carlos le replicó: «No, soy hijo de una sirvienta».
Escribiéndole a su padre en 1960, Fonseca le decía, «la vida de mi mamá es toda una tristeza, una tragedia continua». Carlos le solicitaba ayuda, no para él, sino para su madre:
«Ella la pobrecita, a esta altura de su vida no ha gozado de lo que significa vivir en un cuartito independiente. Todo el tiempo ha sido una esclava de las cocinas en que le ha tocado trabajar y que han servido también de hogar para mí… Mi tía es una mujer con la cual mi mamá vive amargada. Pues en Matagalpa ella podría vivir en una casita alquilada que con agua y luz podría costar a lo sumo unos cien córdobas. Ella naturalmente que se juntaría con mis hermanos maternos menores. Yo le aseguré que Ud. nos ayudaría no propiamente porque tuviera la obligación de hacerlo sino porque se podría dar cuenta que la realización de ese sueño a mi me produciría incomparable satisfacción. Cuando ella se aparezca por la oficina yo le recomiendo que Ud. tenga presente que ella solo tristezas ha encontrado en esa vida y qu epor consiguiente [sic] sufre hondamente con una simple mala mirada que le hagan.»
Por todo lo vivido… nuestro Comandante sigue siendo nuestro norte, nuestra luz, nuestro horizonte.
¿Y a vos? ¿Qué acontecimientos te marcaron para SER Revolucionaria/o? Digno para reflexionar.
A la Unidad y el Amor
Referencias
Referencia: Zimmermann (2003). «Carlos Fonseca Amador y la revolución nicaragüense.»
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Comandante Carlos Fonseca: Primeros encuentros con el Marxismo