María Elena Pérez Parrales tenía 14 años cuando junto a otros 22 combatientes populares murió carbonizada por un bombardeo de la Guardia Somocista en Masaya el 3 de julio de 1979.
Ella nació el 11 de mayo de 1965, hija de Olga María Borge Parrales y de Julio César Pérez Villalta. Vivía en la Colonia Unidad de Propósitos, en el oriente de Managua, y estudiaba en el Instituto Modesto Armijo, ubicado en su barrio, en donde se integró al Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES). Antes de la Insurrección de Septiembre de 1978, la Guardia Somocista asesina a su hermano Manuel de Jesús Pérez en la comunidad San Antonio Sur, en el kilómetro 10 y medio de la carretera a Masaya, de un disparo en la espalda.
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Poco después de aquél asesinato que marcó su vida, María Elena se integró a una célula clandestina del FSLN y adoptó el seudónimo de Chela Betty; participó en mítines de agitación y en acciones para recuperar armas y medicamentos, como preparativos para la Insurrección Final que se avecinaba.
El 27 de junio de 1979, María Elena y los combatientes populares de su zona salieron hacia Masaya en El Repliegue. Tras su arribo, son ubicados en un campamento en las afueras de la ciudad.
El 3 de julio, la aviación somocista roció gasolina sobre el campamento donde ellos estaban y de inmediato desde la nave aérea lanzaron una bomba. El campamento se convirtió en una gigantesca hoguera que abrasó a todos los 23 muchachos. Todos estaban despiertos. Ninguno sobrevivió.
María Elena pudo ser identificada porque minutos antes del infierno que desató la Guardia Somocista, ella se había despedido de su hermana, quien se alejaba del lugar cuando presenció el bombardeo. Únicamente encontraron su dentadura. Fue imposible reconocer a los otros 22 combatientes.
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En los años 80, el sitio de la matanza fue bautizado como Parque 3 de Julio, en homenaje a los héroes brutalmente asesinados aquél día de 1979, en donde está una plaquita con el nombre de María Elena y en memoria de los 22 compañeros cuyos identidades nunca se supieron.
A 40 años del martirio de la Chela Betty, su familia, sus hermanos, siempre la recuerdan.
Datos suministrados por: su sobrina, Olga Pérez.
Escrito por: William Grigsby Vado