Compartimos con todos y todas la Parte III del análisis táctico-estratégico de la lucha por la transformación de Nicaragua realizado por el Comandante Carlos Fonseca Amador.
La lucha por la transformación de Nicaragua
(Tomado de una copia mecanográfica encontrada en el Archivo de la OSN (Oficina de Seguridad Nacional) de la dictadura militar somocista. Data de 1960.)
La lucha contra la dictadura encabezada por la familia Somoza es una lucha por lograr la transformación de Nicaragua. Esto equivale a decir que nos proponemos liquidar el sistema económico y político que impera en nuestro país para sustituirlo por un sistema nuevo y superior.
La defensiva estratégica
Podemos también dividir en dos fases la estrategia militar de los revolucionarios. La primera fase es la defensiva estratégica, esto quiere decir que en la primera fase, dada la debilidad material de las fuerzas revolucionarias, no puede existir el propósito de lograr la victoria definitiva, sino solamente el de defender lo que se tiene y alcanzar un progreso limitado. Pero si esta fase es defensiva en el sentido estratégico o sea que es defensiva su línea general, no acontece así en el sentido táctico o sea en el sentido de conducir cada batalla porque nuestras fuerzas, para vencer con mayor facilidad, deben poseer la iniciativa o lo que es lo mismo llevar la ofensiva en cada batalla. La segunda fase es la ofensiva estratégica y se propone el tener la fuerza material y moral suficiente para derrotar definitivamente a la dictadura tomando en cuenta los elementos que hemos dejado expuestos en el curso del presente trabajo.
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Para alcanzar la victoria en la guerra es natural que la valentía sea indispensable, pero comprendamos que no es suficiente. Más bien, la valentía es suficiente para decidirse a participar en un combate. Y participar en el combate no es el último fin del soldado. Hace falta lo fundamental que es alcanzar la victoria. Ya en esto entra en juego algo más que la valentía y es el empleo del cerebro, el empleo de los cinco sentidos que posee el hombre, que iluminan el campo de batalla y nos enseñan en qué puntos es más débil el enemigo, en qué puntos es inferior materialmente con relación a nosotros.
Nadie en el mundo debe tomar más en cuenta la realidad como el soldado revolucionario. Porque está corriendo peligro la vida de seres humanos de calidad moral ejemplar y porque del éxito de éstos en la lucha depende el cambio de la dolorosa suerte del pueblo nicaragüense que durante siglos y siglos solamente penas ha conocido en la vida. Tomar en cuenta la realidad significa subordinar nuestra conducta a esa realidad y no a nuestros deseos caprichosos. Es fundamental escuchar la voz de la realidad. Ella nos dirá que ciertas batallas victoriosas pueden traer la derrota de la guerra y que por consiguiente cuando nos preparemos para una batalla debemos vincular ésta con el futuro de la guerra. En la guerra de 1926 las fuerzas conservadoras, al lograr la victoria en Chinandega sobre los liberales comandados por Parajón, quedaron profundamente averiadas para poder enfrentarse a las fuerzas constitucionalistas que procedían de la Costa Atlántica.
El abastecimiento secreto
Para que nosotros tengamos la iniciativa necesitamos conocer el terreno, contar con una vigilancia eficiente incluyendo el servicio secreto de abastecimiento. Estos elementos nos preparan contra los ataques sorpresivos que son el principal enemigo de nuestra iniciativa. Si conocemos los pasos de las fuerzas somocistas, huiremos hacia otros puntos si somos inferiores materialmente o si los medios con que contamos hemos de utilizarlos en acciones planificadas. Pero no podremos huir y seremos aplastados, aunque conozcamos el terreno, si no tenemos nada para comer.
El terrorismo
Es de suma importancia referirse a nuestra posición frente al terrorismo, ya que en nuestro país la actividad de esa clase ha alcanzado cierto desarrollo y hasta hoy no hemos visto una explicación ajustada a la razón en la prensa nacional. Somos decididos opositores al terror de bombas y sabotajes aislados como base en la lucha contra la dictadura. Es completamente equivocado creer que la zozobra producida por las bombas liquidará la dictadura. El terror como sistema solamente lo emplean las fuerzas reaccionarias. Y tan cierto es que el terror no conduce a la victoria que si así fuera la dictadura vencería porque cuenta con los mejores medios para implantarlo. Sin embargo, sabemos que la dictadura está condenada a ser derrotada como ha acontecido en parte de los países de la tierra. La bomba y el sabotaje pueden emplearse para auxiliar una específica acción armada. Pero aún entonces debe tenerse sumo cuidado para impedir que resulten víctimas inocentes. En una palabra, las bombas y el sabotaje deben emplearse cuando sea indispensable en la obtención de una victoria armada.
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Ciertos terroristas hablan de quebrar la economía desplegando sabotajes en los centros de trabajo. En realidad estos elementos son simples charlatanes, que no hablan con seriedad o conocen superficialmente nada más, los principios políticos revolucionarios. La economía de Nicaragua por esencia es una economía en quiebra, que sufre crisis permanente. Esa es la característica de la economía semicolonial y semifeudal. Y precisamente nuestra lucha es por liquidar el instrumento político de esa economía y desarrollar un sistema que se caracterice por el auge en la producción. En una palabra la economía de Nicaragua no necesita de bombas y de sabotaje para llegar a la quiebra, porque como lo dejamos dicho tal rasgo es su esencia.