Diferentes organizaciones sociales que luchan por el respeto a la diversidad sexual (a nivel mundial), enfocada en la comunidad LGBTIQ, estiman que se trata de al menos un 10 por ciento de toda población a nivel mundial. En el caso de Nicaragua, esto se traduce en más de 600.000 personas integrando este colectivo.[1]
Para nuestro país, la lucha de igualdad de derechos ha sido toda una odisea. Nicaragua posee una cultura social fuertemente influenciada por la Iglesia Católica, pese a que constitucionalmente el país es laico, sigue siendo muy conservadora cuando se aborda esta temática.
Los datos revelan que hasta 2008, Nicaragua era uno de los países de América Latina que mantenía la homosexualidad como delito bajo el concepto de «sodomía», con penas de uno a tres años de cárcel.
Durante este tiempo, no fue extraño observar graves casos de discriminación. Por ejemplo, en noviembre de 2006, el expresidente Enrique Bolaños ordenó la recopilación de una lista de funcionarios públicos “sospechosos de ser parte del mundo Gay – Lésbico – Bisexual” para que fueran despedidos antes de que él dejara el poder en 2007.[2]
En el año 2009, con el Sandinismo en el poder, comenzó a funcionar la nueva procuraduría que responde al “derecho universal de reconocer a ciudadanos y ciudadanas en su condición de personas con diversidad sexual”, con el objetivo de trabajar en el respeto de sus deberes y derechos constitucionales.
El 24 de junio de 2016, distintas organizaciones de la diversidad sexual de Honduras, Guatemala y El Salvador, aseguraron que en Nicaragua existe mayor apertura hacia la comunidad de Lesbianas, Gay, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI+) en aspectos laborales y de salud.[3]
Galilea Bracho, directora ejecutiva de la Red Multicultural de Mujeres Trans, de Guatemala, aseveró que:
“En la región el derecho más violentado es el acceso a la salud integral y al trabajo digno, a excepción de Nicaragua que está dando espacios en algunas empresas públicas y privadas, así como en el derecho a la salud. En cambio, en Guatemala, por ejemplo, no contamos con este avance, que es bastante significativo. Tampoco tenemos acceso a una educación digna porque siempre se nos ponen limitantes por la orientación sexual y no por las habilidades”.
El 27 de julio de 2017, El Nuevo Diario publicó resultados de la encuesta “Estigma y Discriminación Nicaragua 2016”, realizada por la firma CID Gallup, donde se reveló que hay avances sobre la conciencia de los derechos humanos de las personas no heterosexuales; sin embargo, aún hay tres de cada diez nicaragüenses (29%) que no estarían dispuestas/os a permitir que en su casa vivieran personas homosexuales.[4]
Este estudio dio a conocer que Nicaragua se encuentra en el tercer lugar de los países de la región con mayor apertura a la diversidad sexual. Los países de Costa Rica (24%) y Panamá (21%) son los que muestran menos discriminación en la región.
En Nicaragua, una encuesta realizada en el año 2013 reveló que el 38% de la población se mostró en desacuerdo a compartir casa con una persona gay; tres años más tarde, en el 2016, pasó a un 29%, lo que representa una disminución de nueve puntos porcentuales.
Se conoce que desde el año 2012 la marcha del Orgullo LGTBI+ se llevó a cabo en pequeñas concentraciones y en el año 2015, durante 3 años consecutivos (2015, 2016 y 2017), la misma se realizó con mayor afluencia de personas y en forma más visible. Sin embargo, durante el año 2018, un sector de la burguesía con pensamiento reaccionario decidió vender la marcha del orgullo a la oposición.
Fue aquí donde la marcha dejó de ser orgullo de la lucha LGBTI+, y la misma se convirtió en una plataforma golpista para intentar derrocar el gobierno constitucional de Nicaragua. Los audios filtrados de Báez dejaron evidencia de este complot que tenían todas estos organismos golpistas en contra del pueblo de Nicaragua.[5]
A partir de esto, la brecha de desigualdad incrementó en Nicaragua, dejando como consecuencia un notable retraso en cuanto a la aceptación de la sociedad referente a la temática de diversidad sexual. Es decir, el intento de golpe de estado en Nicaragua generó, además de pérdidas humanas, materiales y económicas, un retraso como sociedad.
Para eliminar este tipo de prejuicios se debe tener la capacidad de seguir planteando una política de educación incluyente y políticas de concienciación desde la población, tal y como se venía haciendo hasta antes del intento de golpe de estado.
Nuestra visión debe ir más allá que tener que juzgar a una persona por su orientación sexual. Estamos en un período de transición hacia la sociedad del futuro y este es uno de los grandes trabajos que debemos seguir construyendo para alcanzar una colectividad más justa y más igualitaria, donde se respeten los derechos de cada quien, sin juzgar raza, género y orientación sexual. La lucha por la igualdad de derechos y contra todas las injusticias es un deber que debe implicar a todos los/as ciudadanas/os.
“La conciencia de las masas obreras no puede ser una verdadera conciencia de clase si los obreros no aprenden –basándose en hechos y acontecimientos políticos concretos y, además, actuales sin falta—a observar a cada una de las otras clases sociales en todas las manifestaciones de su vida intelectual, moral y política; si no aprenden a hacer un análisis materialista y una apreciación materialista de todos los aspectos de la actividad y la vida de todas las clases, sectores y grupos de la población..” (V. Lenin)
A la Unidad y el Amor
Germán J. Van de Velde
[1] http://www.ipsnoticias.net/2009/12/ddhh-nicaragua-la-diversidad-sexual-ya-tiene-quien-la-defienda/
[2]https://www.redvolucion.net/2019/06/27/lgtbi-nicaragua-equidad-gracias-al-fsln/
[3]https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/396194-nicaragua-hay-mas-apertura-comunidad-lgbti/
[4]https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/435082-nicas-son-mas-tolerantes-diversidad-sexual/
[5]https://www.redvolucion.net/2018/10/29/el-audio-de-baez-responsabilidad-directa-en-el-intento-de-golpe/