Compartimos con todas/os la segunda parte del análisis realizado por el Comandante Carlos Fonseca Amador, un análisis táctico – estratégico necesario para la lucha contra el tirano Somoza.
La lucha por la transformación de Nicaragua
(Tomado de una copia mecanográfica encontrada en el Archivo de la OSN (Oficina de Seguridad Nacional) de la dictadura militar somocista. Data de 1960.)
La lucha contra la dictadura encabezada por la familia Somoza es una lucha por lograr la transformación de Nicaragua. Esto equivale a decir que nos proponemos liquidar el sistema económico y político que impera en nuestro país para sustituirlo por un sistema nuevo y superior.
Los campesinos: base del ejército revolucionario
La principal base popular del Ejército Revolucionario la constituyen los campesinos, por lo cual en esencia nuestra guerra tiene que ser una guerra agraria, una guerra por el rescate a favor de los campesinos medios y pobres de las tierras que los grandes hacendados les han arrebatado con maña y fuerza.
El soldado revolucionario se ganará la confianza del campesinado dándole pruebas de sinceridad y honradez porque esto es más convincente que la más ardorosa proclama. El Ejército Defensor del Pueblo debe estar identificado con las calamidades de la vida del campesino.
El ciudadano acostumbrado a la vida de la ciudad debe marchar al campo solamente si posee ciertos conocimientos o aptitudes que lo hagan indispensable. La lucha guerrillera en el campo es tremendamente penosa. Durante mucho tiempo se lleva una vida errante y es que precisamente la movilidad es una de las ventajas que lleva el guerrillero sobre las fuerzas dictatoriales. Batista sospechaba, según lo declaró cierta vez, que los barbudos poseían ciertas armas secretas que les permitían pelear con éxito.
Fidel Castro confirmó la sospecha declarando que realmente sus fuerzas poseían armas secretas y seguidamente las señaló tocándose las piernas, y exclamando: «nuestras armas secretas son las piernas».
Si la estrategia es de uno contra diez, la táctica o sea la línea a seguir en cada batalla es de diez contra uno. Las fuerzas guerrilleras solamente deben pelear cuando previamente pueda calcularse que la batalla será victoriosa y que será de provecho para la continuación de la guerra.
Es indudable que la cantidad y calidad de las armas tienen importancia en el éxito de la guerra, pero es conveniente no exagerar esta verdad. Debemos recordar que al finalizar la guerra del pueblo de Cuba contra la oprobiosa tiranía de Batista, éste poseía mayores y mejores armas que los rebeldes y sin embargo fue derrotado. Eso ocurrió así porque lo fundamental es la elevada moral del soldado del pueblo.
Otras formas de lucha
La lucha armada sin el auxilio de otras formas de lucha no puede conducirnos a la victoria. Hemos dicho antes que la lucha legal en nuestro país no puede ser el principal medio para derrocar la dictadura. Es preciso que no extrememos el significado de esta tesis porque sería peligroso para el éxito de la lucha armada negarse absolutamente a aprovechar las pocas puertas legales para dar salida, con las lógicas limitaciones, a la mayor cantidad de denuncias sobre los problemas soportados por el pueblo.
Las puertas legales, por estrechas que sean, deben ocuparse para ligarse con el pueblo. Empleando el cerebro tenemos que encontrar la manera de poder hablar legalmente siendo leales a los principios revolucionarios, manteniendo la distancia con los oportunistas y los traidores.
También puedes leer: Carlos Fonseca: Análisis – 1960 (Parte I)
La actividad clandestina es auxiliar importante de la lucha armada. Esta actividad organiza los mítines relámpagos, la pinta de paredes, la volante subversiva, etcétera. Podemos incluir en esta actividad la radio clandestina que en contacto directo con los combatientes tiene la posibilidad de comunicar la verdad al pueblo, propagar la noticia de los crímenes que la dictadura pretende mantener ocultos, refutar las mentiras propaladas por la propaganda dictatorial.
La participación del pueblo en la lucha tendrá su mayor expresión en la huelga general de brazos caídos, en el momento en que las fuerzas del Ejército Revolucionario hayan adquirido el desarrollo que permite asestar severos golpes a la Guardia Nacional, que le acarrearán una profunda desmoralización.
La lucha del pueblo se lleva a cabo de una manera en que el Ejército Defensor del Pueblo ocupa la posición de vanguardia. Sin el auxilio de las otras formas de lucha puede ocurrir que aun alcanzándose algún progreso serio en la actividad militar, la lucha en general sufra un estancamiento. La historia de Nicaragua ofrece ejemplos formidables, siendo el principal de ellos la lucha de los patriotas sandinistas contra los invasores yanquis y contra los nicaragüenses traidores.
También puedes leer: En el Chaparral: resistir hasta el último tiro
Ocurrió que, dado el momento histórico que vivía tanto Nicaragua como el resto de América Latina, los diversos sectores del pueblo carecían de la madurez suficiente para comprender la responsabilidad que les cabía en la lucha antiimperialista y la pelea se centró en las montañas dando maravilloso resultado la táctica guerrillera. Y aunque los sandinistas dieron un magnífico ejemplo de patriotismo y sentaron un brillante precedente, no lograron tomar el poder.
El aventurerismo
El aventurerismo conduce al inútil derramamiento de sangre; se caracteriza porque es la decisión de combatir sin tener claridad sobre el desarrollo que la lucha habrá de tener en el futuro y entonces resulta que las dificultades que el aventurero no previo lo sorprenden sin la preparación para superarlas. Por lo tanto es fundamental tener entendido el desarrollo de la lucha armada, las diversas fases que la integran. Por supuesto que no debe ni pensarse en que los guerrilleros podrán en los primeros días o semanas obtener las victorias que los arriben al poder.
- En la primera fase se propondrá el objetivo de mantenerse, de conservarse la fuerza inicial.
- En la segunda fase deberá consolidarse lo que se ha ganado en la primera.
- En la tercera fase, lograda la fuerza necesaria, se encamina el Ejército Defensor del Pueblo a derrotar definitivamente la dictadura, acompañando las acciones militares de la huelga general que impide que se frustre la lucha por las maniobras de los enemigos del pueblo.
Además, te recomendamos leer:
Revolución: Escritos de Carlos Fonseca Amador