Compartimos con todas y todos el Discurso pronunciado por el Comandante de la Revolución Sandinista y Ministro del Interior, Compañero Tomás Borge, en conmemoración del 46 Aniversario de la Muerte del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino titulado «El Partido Sandinista y las cualidades del Militante».
Un partido revolucionario de nuevo tipo, que no se
parezca en nada a los viejos y podridos partidos
del pasado, un partido que no esté domesticado,
ni por el miedo, ni por el oportunismo, ni por el
sectarismo, ni por el elitismo, ni por la ambición
personal de nadie. Un partido que a la vez tenga
una táctica flexible, que sea capaz de ser
intransigente frente a la injusticia y la explotación
y ser intolerante con el oportunismo y otras
desviaciones en las que suelen caer algunas
organizaciones revolucionarias.
Escrito por: Tomás Borge, Comandante de la Revolución Popular Sandinista
No recuerdo con exactitud cuál es el tema que se me señaló, aunque tengo la impresión de que tendría que dictar una especie de charlas académicas alrededor de ese tema, y preferimos nosotros sacarle más utilidad a este momento refiriéndonos a cuestiones muy concretas, alrededor del desarrollo de nuestra organización revolucionaria. Sin duda alguna, de todas las organizaciones existentes a lo largo de la historia política de Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, es la única que ha expresado a plenitud los intereses cardinales dé nuestro pueblo, la única organización que ha sido capaz de conducir a nuestro pueblo hacia la victoria en la etapa de la guerra, y será sin duda alguna la única organización capaz de conducir a nuestro pueblo hacia nuevas victorias.
El Partido Sandinista
En esta etapa difícil y compleja de la Reconstrucción Nacional, el objetivo fundamental del Frente Sandinista de Liberación Nacional es suprimir hasta los últimos residuos de la explotación y crear una nueva sociedad. Existen organizaciones de masas, los sindicatos, los Comité de Defensa sandinista (CDS), la organización femenina, la juventud Sandinista, y hasta nuestros niños están organizados, pero hace falta sin duda prestarle un interés especial a la organización superior, a la única que es capaz de llevar la Revolución hasta sus últimas consecuencias, la única que es capaz de conducir a las organizaciones de masas, de conducir a nuestro pueblo hacia su liberación integral; de ahí que la importancia que tiene la existencia de un partido revolucionario que es y seguirá siendo el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Como deberá ser el Partido
Un partido revolucionario de nuevo tipo, que no se parezca en nada a los viejos y podridos partidos del pasado, un partido que no esté domesticado, ni por el miedo, ni por el oportunismo, ni por el sectarismo, ni por el elitismo, ni por la ambición personal de nadie. Un partido que a la vez tenga una táctica flexible, que sea capaz de ser intransigente frente a la injusticia y la explotación y ser intolerante con el oportunismo y otras desviaciones en las que suelen caer algunas organizaciones revolucionarias.
Un partido que sepa, sobre todo, actuar; que no sea un partido congelado. Que tenga su teoría, que base su actuación en la teoría revolucionaria, en el pensamiento de Sandino y en el pensamiento de Fonseca, que sepa seguir orientaciones de nuestra Dirección Nacional; un partido que reúna a los revolucionarios nicaragüenses en una forma voluntaria; un partido que tenga en sus filas hombres y mujeres sencillos y modestos, seres comunes y corrientes, obreros y campesinos, intelectuales que se distingan nada más por su espíritu de sacrificio, por su abnegación y por su entrega total a los intereses del pueblo; un partido que tenga militantes que no se consideren por encima de los demás, que no se dejen arrastrar por la vanidad, sino que sepan ser humildes frente a los humildes, aunque también sepan ser dignos frente a los poderosos.
Naturalmente que nosotros comprendemos que para crear una organización de esta naturaleza, hay que pasar por una etapa de maduración política y orgánica; que no basta desear la existencia de un partido de una gran calidad, sino que hay que trabajar todos los días para formar ese partido.
Asegurar Unidad Ideológica
Es importante que nos demos cuenta que hay que trascender la simple actitud propagandística y asegurar la unidad ideológica, transformar el movimiento espontáneo de las masas en un movimiento de conciencia. Sin duda alguna cuando nuestra organización revolucionaria madure lo suficiente, tendremos que llegar forzosamente a la elección de todos los organismos del FSLN, a la sistemática rendición de cuentas de todos los organismos de nuestra organización, y a fortalecer una disciplina rigurosa y una subordinación a las decisiones de la mayoría que será obligatoria para las minorías.
Con este fin tenemos que crecer y madurar, realizar una actividad de reclutamiento que a la vez debe ser activa y prudente; activa para llevar los mejores a nuestra organización, y prudente para impedir que a nuestra organización lleguen los peores, para que no se infiltren en nuestra organización elementos viciosos, negativos o ligados al pasado tenebroso que acabamos de liquidar.
Los Militantes
Es importante que todos los Sandinistas del Frente y todos sus miembros, me refiero también a los afiliados porque nuestra organización está creciendo tanto a nivel de militancia como a nivel de afiliados; es decir, que los militantes, serán los mejores elementos, aquellos que se distingan, como dije anteriormente, por sus cualidades, y no porque lleven la frente muy en alto, miren por encima de los hombros de los demás, sino POR SUS CUALIDADES MORALES, SUS CUALIDADES REVOLUCIONARIAS; y una gran masa de afiliados, tal como lo ha orientado nuestra Dirección Nacional, para que en nuestro país, donde existe todavía el pluralismo político, las grandes masas del pueblo no sean atraídas por los partidos de viejo cuño; para que ese vacío que quedaría si nosotros únicamente nos limitamos a la militancia, no sea llenado por organizaciones de vieja estirpe; para que nuestra organización pueda colocar a la cabeza, a los mejores, y tener tras de sí una gran retaguardia, una gran fuerza de masa organizada, con determinados deberes y derechos.
Otras Orientaciones
Es importante que toda esta masa de afiliados, junto con los militantes, tengan una máxima participación en las labores prácticas, y de esa manera nuestra organización se convierta en una fuerza efectivamente dirigente, con una verdadera capacidad política en el proceso de la estructura organizada. Esto dependerá realmente de cada momento y quizás ¡inicialmente, hemos tenido que improvisar un poco alrededor de las formas organizativas que hay que darle a nuestra organización de vanguardia.
Lo importante, ahora como siempre, es que exista una voluntad única dentro del Frente Sandinista de Liberación Nacional, una voluntad capaz de unificar una infinidad de voluntades individuales y grupos que sepan combinar la disciplina con la democracia organizativa partidaria; es decir, en nuestra organización pueden haber y deben haber criterios diferentes, pero una vez que la organización tome una decisión arrancada de un criterio mayoritario, todos estamos obligados a acatar esa decisión. Debe por lo tanto basarse en una disciplina única y en una decisión que se apoya en la voluntad de la mayoría de los militantes de nuestra organización.
Los Dirigentes deben ser Visibles
Por supuesto que cuando hablamos de democracia, queremos decir que todo mundo tiene derecho a discutir y a opinar, pero no sólo a discutir y opinar, sino también a acatar las decisiones que se tomen y traducirlas en acción; porque no basta la discusión si ésta no está acompañada por la acción, por la energía práctica de todos los días. En este sentido nuestra propia experiencia, como otras experiencias, nos indican que es muy importante consolidar la presencia de dirigentes, la estabilidad de los dirigentes dentro de la organización y, por supuesto, que los dirigentes que se coloquen por encima de una organización revolucionaria como la nuestra, deben ser como vitrinas, deben ser como los escenarios de los teatros, como este mismo lugar donde somos visibles frente a todos, íntimamente ligados al pueblo y a sus problemas, al mismo tiempo, los dirigentes de cada sector deben demostrar su capacidad para trabajar y también su capacidad para reconocer sus errores y para poderlos enmendar dentro de la organización.
La Crítica y la Autocrítica
Nosotros nos estamos refiriendo a estos temas, porque hemos visto algunas cosas dentro de nuestra organización; en ella debe haber una amplia libertad de discusión, repito: hacer uso de la crítica y de la autocrítica también, pero no de la crítica que destruye, como se ha hecho tantas veces, sino de la crítica que fortalece, de la autocrítica, tan necesaria como el jabón que usamos todos los días para bañarnos y quitarnos la suciedad del cuerpo; esa es la autocrítica desde el punto de vista político, como el médico que cura al enfermo.
La crítica y la autocrítica debemos utilizarlas todos los días y a cada instante, sin convertirlas, por supuesto, en una cosa negativa, insidiosa, como ocurre frecuentemente; algunos hacen una crítica dirigida a destruir a los compañeros, transformándola en ataques eminentemente personales, que a veces hacen imposible la vida de los compañeros; una crítica que se encarga de «escarbar» hasta los últimos defectos de nuestros compañeros y que está de cara al pasado, buscando sus errores pasados, sin darse cuenta que la Revolución le da la oportunidad a todos para que de ahora en adelante podamos ser mejores y demostrar en la práctica que lo somos.
Evitar Burocratismo
Unidad de acción no quiere decir uniformidad de criterios. En las tareas de todos los días puede haber diferencias, pero hay que dilucidarlas dentro de un plano de contradicciones no antagónicas, en un plano de fraternidad sandinista. Debe, por lo tanto, nuestra organización, crecer dentro del marco de la disciplina y de la democracia, para no caer en uno de los males más terribles en que puede caer nuestra Revolución, como es el burocratismo y la charlatanería.
Nuestra organización está a la cabeza de las masas, está obligada a conducir a las masas; pero a las masas hay que convencerlas de que somos sus defensores frente al pueblo, frente a las masas, no hay que utilizar el método de, simplemente, ordenar y decir «hágase», para que las masas «hagan». Al mismo tiempo tenemos que comprender que no podemos enfadarnos por los atrasos que hay en nuestro país, desde el punto de vista político; porque a veces caemos en la tentación de enfadarnos con las masas, cuando vemos su atraso, su incomprensión frente a determinados problemas. Por el contrario, debemos buscar la forma de llegar al corazón y a la conciencia de las masas. No podemos únicamente capitalizar nuestro prestigio ganado en la guerra y creer que eso es suficiente: hay que ganarse el apoyo, el respeto de las masas, todos los días, a cada minuto, sabiendo interpretar los intereses del pueblo trabajador.
El Verdadero Sandinista
En fin, para ser un verdadero Sandinista, debemos de llenarnos de determinadas cualidades, cultivarlas todos los días, echarles agua y abono, ser estudiosos, previsores, modestos, sencillos, humildes y dignos a la vez, francos, leales, enérgicos, sacrificados. Un Sandinista es aquel que se preocupa más por el pueblo que por sí mismo; un Sandinista es aquel que le sale al frente a la corrupción intransigentemente, un Sandinista es aquel que hace todos los esfuerzos posibles por arrojar de su conciencia el egoísmo, el desgano en el trabajo, LA PREPOTENCIA, TAN COMÚN A VECES, NO SOLO A NIVEL DE MILITANTES, SINO A NIVEL DE MIEMBROS DE LAS FUERZAS ARMADAS. Porque el hecho de tener un carnet de Sandinista, de tener un uniforme de Sandinista, no nos da privilegios de ninguna especie, por el contrario, somos servidores y no servidos.
El militante Sandinista y los miembros de las Fuerzas Armadas: Policía, miembros del Ejército, de la Seguridad del Estado, deben ser un ejemplo en todo. Algunos creen que sólo deben ser ejemplo en la reunión partidaria, o en el cuartel, o en la oficina, CUANDO DEBEN SER EJEMPLO LAS 24 HORAS DEL DÍA, PARA HACERSE DIGNOS DEL CARNET, O DEL UNIFORME: DEBEN TENER UNA MORAL SUPERIOR PARA SER HIJOS DE SANDINO.
Para que Sandino viva de verdad, tenemos que tener una moral superior las 24 horas del día. No es compatible la militando revolucionaria o la hora del uniforme con una conducta indecorosa que a veces se refleja en las tristes noches de parranda y de la irresponsabilidad. Nosotros no somos de los que ocultamos nuestras debilidades, porque, deber de Sandinista, es desnudarlas frente a las masas; y hemos visto a compañeros irresponsables, que inclusive abusan de la responsabilidad que se les ha dado.
Labor de todos los Días
Tiene que ser una labor paciente de todos los días, para enfrentarnos a esas debilidades que no caben en un revolucionario; hemos encontrado compañeros manejando automóviles en las calles, en estado de embriaguez, para citar apenas un ejemplo, y hemos conocido de anomalías que se producen en los centros de policías, que ya no tienen explicación alguna, después de varios meses de haber triunfado la Revolución.
Porque aquí, cuando hablamos de militantes, nos vemos obligados a hablar también de los combatientes uniformados, porque ellos, de una u otra forma, están ligados a la organización, son considerados por nuestra Dirección como afiliados a nuestra organización, de tal modo, que nosotros los militantes Sandinistas y nosotros los combatientes de nuestras Fuerzas Armadas, somos AMIGOS DEL PUEBLO Y NO AMOS DEL PUEBLO!! Somos, por naturaleza, enemigos de toda manifestación de tiranía; debemos de estar dispuestos a escuchar con respeto las opiniones ajenas, no creernos superiores, no desdeñar a los atrasados.
Aprender de las Masas para Educar a las Masas
Los que tengan labor de educación, los organizadores de nuestra organización, deben de ir más que con el libro, con el ejemplo, a los lugares donde haya que crecer organizativamente. Debemos, por lo tanto, desterrar toda manifestación de paternalismo, de elitismo, comprender que es necesario conducir a las masas, pero también hay que aprender de las masas; tener la humildad suficiente para entender que el pueblo está lleno de sabiduría y nos puede enseñar, aunque tampoco eso significa que tendremos que ponernos a la altura del atraso de los sectores más primitivos y atrasados de nuestra población, sino arrancar esa sabiduría y aprender de ella, para después educar.
APRENDER DE LAS MASAS PARA EDUCAR A LAS MASAS, esa debe ser la guía de nuestra organización y de nuestros combatientes, hablar siempre con la verdad desnuda sin ocultar nuestras debilidades, nuestras limitaciones; ayudar a los cuadros nuevos que se acercan a la organización con gran entusiasmo, porque a veces los cuadros viejos nos creemos as!, como que la Revolución es sólo cosa nuestra.
Además, debemos orientar y aclarar, educar a nuestra organización y a nuestros combatientes en el espíritu de la solidaridad internacional, porque mezquinos y egoístas seríamos nosotros si sólo pensáramos en nuestra propia tierra y no tomáramos en cuenta la miseria, el hambre, la explotación, de que están siendo víctimas los pueblos de América Latina.
Ser amplios y flexibles y no dejarse engañar por dogmáticos que no tienen ni la menor idea de lo que es la realidad; pero al mismo tiempo ser valientes, audaces e intransigentes frente a nuestros enemigos, por muy poderosos que éstos sean, dentro o fuera del país. Sandino murió por eso y Sandino ha resucitado por eso.
También la frase «Sandino Vive» debe convertirse en una frase que recoja las aspiraciones y anhelos de nuestro pueblo y los anhelos de liberación de los pueblos de América Latina; no debe convertirse en una frase vacía, una frase congelada que nada nos dice.
Para que Sandino viva nosotros necesitamos vivir todos los días, las 24 horas, nuestra Revolución. Para que el pensamiento de Sandino viva y el pensamiento de su discípulo excepcional, Carlos Fonseca, viva, necesitamos despojarnos de todas las lacras que nos dejó el pasado y convertirnos realmente en Hombres Nuevos; y para que esta frase nos diga algo, hombres nuevos, mujeres nuevas, llenos de generosidad, llenos de coraje y de valor para hacer nuestra Revolución.
No nos Vendemos por unos dólares más
Esta Revolución la hicimos para dar respuesta a los problemas propios de nuestro país, pero la hicimos para dar un paso más de avance en la liberación de América Latina. Inclusive cada una de las cosas que hagamos estarán destinadas no sólo a consolidar nuestra Revolución, sino también a poner nuestro grano de arena en la lucha revolucionaria de los pueblos explotados de este Continente, pues cuando nosotros hacíamos la guerra y nuestra Dirección tomaba decisiones, no las tomaba tan sólo pensando en nuestra victoria, sino también pensando en nuestro ejemplo.
Cuando las presiones de los norteamericanos nos acosaban y pretendían que ampliáramos nuestra Junta de Gobierno, nuestra Dirección Nacional se negó a ampliar esa Junta, no porque eso cambiara en esencia las reglas del juego en nuestro país, sino porque nos dábamos cuenta de que no había que sentar un precedente ante el imperialismo norteamericano; era preciso demostrar al imperialismo yanqui y a los pueblos de América Latina que había un pueblo que se había puesto de pie de una vez para siempre. Y cuando a nosotros nos dijeron que opináramos no sé sobre qué conflicto internacional, porque si no opinábamos de determinada manera, se ponía en peligro el préstamo de los 75 millones, NOSOTROS LES RESPONDIMOS: ¡¡LOS SANDINISTAS NO NOS VENDEMOS POR UNOS DOLARES MAS!!
El mejor Homenaje a Sandino
Creo que el mejor homenaje que le podemos rendir a Sandino es consolidar nuestra organización, salirle al frente a las desviaciones, integrar a nuestra organización, como organización de vanguardia, al trabajo de las masas organizadas; interpretar el sentimiento de nuestro pueblo y conducirlo, y convertirnos cada uno de nosotros en verdaderos hijos de Sandino; de lo contrario estos homenajes no tendrían razón de ser y caeríamos en la simple palabrería a lo cual en verdad nosotros le tenemos horror.
De tal manera que el mejor homenaje a nuestro héroe, AUGUSTO C. SANDINO, es recuperar su pensamiento, y el de sus discípulos, como Carlos Fonseca; traducirlos y llevarlos, a través de la práctica, enérgica y valientemente, al corazón y al seno de las masas.
Ese es el verdadero homenaje que nosotros rendimos a la memoria de ese extraordinario luchador antiimperialista que se llamó Augusto César Sandino, y que alguna vez dijo en un grito de combate que ha repercutido hasta hoy, que se está escuchando hasta en el último confín de América y que se escuchará hasta el último día de la historia:
¡¡¡PATRIA LIBRE O MORIR!!!
Referencias:
Discurso pronunciado por el Comandante de la Revolución y Ministro del Interior, Compañero Tomás Borge, en conmemoración del 46 Aniversario de la Muerte del General de Hombres Libres, Augusto César Sandino, el miércoles 20 de febrero de 1980, en el Cine María, con la presencia de los trabajadores del Ministerio del Interior.
Además, te recomendamos leer:
Combate del Bramadero: Los yankees caían como chapulines