Comparecencia ante las cámaras,
en el programa "Telemundo Pregunta".
La Habana, 10 de junio de 1959
PERIODISTA: El pueblo está tranquilo, porque además ve la serenidad de sus gobernantes. Por ejemplo, un compañero de usted en el desembargo del Granma y en la Sierra Maestra, y uno de los lugartenientes más queridos de usted y más eficientes, que es el doctor Guevara, usted lo manda al Cairo. Si hubiera un peligro inminente, usted haría que el doctor Guevara se quedara en Cuba.
FIDEL: Indiscutiblemente que es uno de los compañeros más necesarios en cualquier momento de emergencia. Pero por la seguridad que tenemos nosotros en el pueblo de Cuba, no solamente el compañero Guevara: podemos salir diez comandantes, veinte comandantes. Aquí se quedan los tenientes, y los tenientes derrotan cualquier invasión. Los compañeros que hicieron la Revolución no eran nada cuando empezaron. No tenían más que buena voluntad y disposición de lucha, y sobre la marcha se hicieron oficiales. El grado máximo del Ejército Rebelde, ustedes saben que es el de comandante. Los generales se han acabado ya.
PERIODISTA: ¿Cuál es el motivo del viaje del doctor Guevara al Cercano Oriente?
FIDEL: Usted sabe que me invitaron, y no pude ir. Teníamos que enviar una persona representativa, y el compañero Guevara es uno de los compañeros más caracterizados de nuestra Revolución, muy inteligente. Para esa misión de tipo económico, yo les aseguro que si hay posibilidades de vender allí los productos de nuestro país, de hacer intercambio comercial con esos países del Cercano Oriente, será aprovechada por ese compañero. No debe nadie dar cabida a la menor suspicacia. Lo enviamos allí por su capacidad y él estará otra vez entre nosotros dentro de 30 ó 45 días; pero tengo la seguridad de que si tuviera que regresar rápido no habría que mandarle orden para que se encargara de regresar a Cuba.
Referencia:
Sacado del Libro «El Che en Fidel Castro. Selección Temática 1959 – 1997», pp. 2-3. Editorial Política, La Habana, 1998, quien lo obtuvo de Revolución, La Habana, 10 de junio de 1959, p.10.